Jugar con muñecas, desde la antigüedad hasta el presente

Las muñecas cuentan con una historia milenaria. Te proponemos un itinerario que parte de los modelos más antiguos para llegar a los modelos contemporáneos.
muñecas

De trapo o porcelana, rígidas o articuladas, con traje de época o bata de doctora: desde hace milenios, las muñecas han formado parte de la infancia de generaciones enteras de infantes. ¿Cómo han cambiado a lo largo del tiempo? ¿Seguimos jugando con muñecas de la misma forma que lo hacían nuestras madres y abuelas? ¿Y hasta qué punto una muñeca refleja el momento histórico y el contexto cultural en el que nace?

Las muñecas y muñecos se diferencian de otros juguetes por el hecho de representar un perfil antropomorfo. Al reproducir las formas características de los seres humanos, estos juguetes permiten una identificación entre el objeto y el individuo. Por esto, las muñecas alientan juegos caracterizados por la asunción de roles, la narración de historias y la interacción interpersonal, y ayudan a formar al infante para que pueda asumir los roles sociales que el grupo le tiene reservado. Los primeros ejemplos de muñecas atestados en el registro arqueológico proceden de la antigüedad. Se han encontrado muñecas hechas de papiro, lino y marfil en lugares como Egipto, Roma y Grecia, y algunos de los modelos más sofisticados incluso eran articulados para que el niño o la niña pudiese moverlos a placer.  

Muñeca vudú - Imagen: Wikicommons

De todas maneras, las muñecas no poseyeron un rol lúdico de manera exclusiva. Aunque la función que se le atribuía en el pasado permanezca envuelta en la oscuridad, a muchas de estas representaciones antropomorfas se le atribuyen funciones votivas, religiosas y funerarias. Las estatuillas con forma humana procedentes de los sitios arqueológicos de época cicládica (ca. 3200-2000 a.C.), por ejemplo, se han interpretado como objetos ligados a la fertilidad, como representaciones de los difuntos de la familia e incluso como sustitutos de víctimas sacrificiales. Por otro lado, muñecas vudú como la encontrada en Egipto y conservada actualmente en el Museo del Louvre de París apuntan que las efigies podían usarse para lanzar maldiciones o vengarse de los enemigos.

Si en la Edad Moderna las muñecas más fieles a la forma humana eran objetos de lujo al alcance solo de los más ricos, la industrialización hizo que la muñeca se convirtiese en un juguete popular. La producción en cadena y el uso de materiales baratos como el plástico le permitieron introducirse en las casas de todas las clases sociales y transformarse en un objeto de consumo. Repasemos algunos de los ejemplos que muestran la evolución de este clásico.

Muñeca de trapo procedente de Egipto

Las muñecas de trapo cuentan con una larga historia. Materiales como el lino se utilizaban para componer el cuerpo, la cabeza y los miembros de la muñeca, y se utilizaban trapos para rellenarla. Se empleaba lana para crear el cabello, mientras que se podía recurrir al uso de cuentas de colores para decorarla.

Muñeca romana

Piezas como la que se encontró en la tumba de Crepereia Tryphaena, joven romana fallecida en la juventud en el siglo II d.C., muestran el alto grado de detalle y complejidad que podían alcanzar las muñecas de la antigüedad. Fabricada en marfil, la muñeca representa un cuerpo femenino adulto y está dotado de pernios en los brazos y las piernas.

Muñecas akuba

Usadas por grupos étnicos africanos como los fante, estas efigies sirven de buen augurio para las futuras madres y se consideran benefactoras de la fertilidad. Otras versiones de estas muñecas, como las utilizadas entre los ndebele y los xhosa, además de incentivar las capacidades reproductivas también eran usadas por las muchachas jóvenes para practicar el rol de futura madre.  

Muñecas de porcelana

Experimentaron su mayor auge durante la segunda mitad del siglo XIX. Las más famosas se fabricaban en Alemania, que contaba con famosos maestros jugueteros desde el siglo XV. La cabeza se realizaba con porcelana, mientras que el cuerpo podía ser de papel maché, madera o tela rellena de serrín. Al ser objetos de lujo para las niñas de las familias adineradas, las muñecas de porcelana solían vestirse con trajes a la moda.

Muñeca de hojas de maíz

Por modesto que resulte, cualquier material es apto para fabricar un muñeco de juguete. Los nativos americanos utilizaban las hojas de maíz para dar forma a estas sencillas figuras con las que jugaban los niños.

Muñeca Hina

Inspiradas en la familia imperial, estas muñecas tradicionales de Japón se regalan a las niñas recién nacidas como un deseo de prosperidad, felicidad y salud para el futuro. Durante el festival anual de Hinamatsuri, las muñecas se exponen en las casas.

Mariquita Pérez

Creada en 1939 por Leonor Coello y fabricada en cartón piedra, la muñeca Mariquita Pérez supuso un éxito comercial rotundo. Contaba con la particularidad de que podía vestirse con trajes y complementos a la moda. Además, se le creó una historia familiar y se diseñaron otros muñecos para que ejerciesen de hermanos. Precede a Barbie en 20 años.

Muñecas en el festival de Golu

Durante el festival hinduista de Golu que se celebra en el sur de la India se disponen muñecas, pequeños muebles y otros utensilios de la vida cotidiana para narrar leyendas e historias sobre matrimonios, aventuras y la vida en la corte.

G. I. Joe

Los niños también juegan con muñecos. La línea G. I. Joe nació en 1964 y se inspiró en el ejército norteamericano para crear sus modelos. Les siguieron otros productos jugueteros similares como Big Jim o Madelman, que representaban figuras masculinas, por lo general aventureros, colonos y soldados.

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