Misterioso hallazgo arqueológico en Canadá: arqueólogos descubren unas preciosas cuentas indígenas de hace 400 años en una colonia inglesa donde jamás habían aparecido

Descubren siete cuentas de wampum del siglo XVII en Terranova. Se trata de un hallazgo arqueológico que reescribe la historia del comercio entre indígenas y colonos.
Descubren en una colonia inglesa de Canadá unas cuentas indígenas que desconciertan a los arqueólogos
Descubren en una colonia inglesa de Canadá unas cuentas indígenas que desconciertan a los arqueólogos. Foto: Ferryland Archaeology Project

En un rincón remoto de la costa este de Canadá, un puñado de pequeñas cuentas de concha ha desenterrado una historia mucho mayor que su tamaño. Siete diminutos cilindros blancos y púrpuras han emergido de las capas de tierra de un asentamiento colonial en Ferryland, en la provincia de Terranova y Labrador, y su hallazgo podría transformar nuestra comprensión sobre las redes comerciales, los contactos interculturales y la vida cotidiana en las primeras colonias europeas en América del Norte.

Un hallazgo inesperado en un rincón olvidado

El descubrimiento tuvo lugar este verano, durante una campaña de excavación arqueológica en el histórico sitio de la Colonia de Avalon, un asentamiento fundado por colonos ingleses en el siglo XVII. En medio de herramientas oxidadas, fragmentos de loza europea y restos de estructuras en ruinas, un estudiante de arqueología encontró lo que a simple vista parecían fragmentos de concha sin valor. Pero tras un examen más detallado, se reveló que eran cuentas de wampum, un tipo de abalorio ceremonial elaborado por pueblos indígenas a partir de conchas marinas.

Que aparezcan estas cuentas en un contexto colonial ya sería de por sí fascinante. Pero lo realmente extraordinario es que, hasta ahora, nunca se habían encontrado wampum en esta región de Canadá. Este descubrimiento representa la primera evidencia material de estas cuentas en toda la provincia, lo que sugiere que los vínculos entre los pueblos indígenas y los colonos europeos fueron más profundos —y más geográficamente amplios— de lo que se creía.

A principios de este verano, un equipo de arqueólogos desenterró en la antigua colonia de Avalon, en Ferryland, siete diminutas cuentas de concha
A principios de este verano, un equipo de arqueólogos desenterró en la antigua colonia de Avalon, en Ferryland, siete diminutas cuentas de concha. Foto: Henrike Wilhelm/CBC

Wampum: mucho más que "moneda indígena"

Durante siglos, las cuentas de wampum han sido malinterpretadas como una suerte de moneda primitiva. Sin embargo, su verdadero significado es mucho más complejo. Para muchas naciones indígenas del noreste de América, como los iroqueses y los wampanoag, estas cuentas servían como elementos rituales cargados de simbolismo. Se utilizaban en cinturones ceremoniales que registraban tratados, alianzas, historias orales y hasta declaraciones de guerra.

Las cuentas eran elaboradas con conchas de quahog (una almeja de agua salada) y de whelk (un caracol marino), talladas y perforadas a mano, con una destreza que no cualquiera dominaba. El color púrpura, más raro, era especialmente valioso. El proceso de manufactura podía tardar horas o incluso días para producir una sola cuenta, lo que las hacía objetos preciados tanto espiritual como socialmente.

Con la llegada de los colonos europeos, el wampum adquirió un nuevo rol como objeto de intercambio. Comerciantes ingleses y neerlandeses adoptaron estas cuentas en sus transacciones con los pueblos originarios, otorgándoles un valor económico que antes no tenían. Esta transformación del wampum de artefacto ceremonial a bien de consumo es uno de los ejemplos más reveladores de cómo el contacto colonial alteró prácticas ancestrales.

Ferryland: un cruce de mundos en el Atlántico Norte

El enclave donde se hallaron las cuentas, conocido como la Colonia de Avalon, no es un lugar cualquiera. Fundado oficialmente en 1621 bajo patrocinio inglés, el asentamiento tenía como objetivo ser un refugio para católicos perseguidos y, más tarde, un núcleo comercial en una región clave para la pesca del bacalao. Aunque en su momento fue una de las colonias más ambiciosas del Atlántico Norte, su historia fue breve y marcada por el abandono, conflictos con pueblos indígenas y las duras condiciones climáticas.

Desde los años 80, las excavaciones en el lugar han sacado a la luz miles de objetos que retratan la vida cotidiana de sus habitantes: desde herramientas de hierro hasta monedas, pipas de arcilla, restos de estructuras de piedra y hasta joyas coloniales. Pero nunca, en más de tres décadas de investigación, habían aparecido cuentas de wampum. Su repentina presencia desentierra una historia oculta de interacciones con comunidades indígenas o, al menos, con comerciantes que previamente habían entablado esos lazos.

Las cuentas fueron halladas en una capa de desechos domésticos, lo que sugiere que no se trataba de un depósito ceremonial, sino de un objeto utilitario o incluso decorativo que fue perdido o desechado por sus propietarios colonos. Esto nos plantea preguntas fascinantes: ¿quién trajo las cuentas a la colonia? ¿Fueron adquiridas por comercio directo con pueblos indígenas locales como los Mi’kmaq? ¿O llegaron desde más lejos, a través de redes de intercambio con comerciantes de Nueva Inglaterra o de los Países Bajos?

Las cuentas de wampum se entrelazaban en cinturones que los pueblos indígenas utilizaban como una forma de preservar y transmitir acontecimientos históricos, costumbres ancestrales y normas sociales
Las cuentas de wampum se entrelazaban en cinturones que los pueblos indígenas utilizaban como una forma de preservar y transmitir acontecimientos históricos, costumbres ancestrales y normas sociales. Foto: Ka’nhehsí:io Deer/CBC

Un objeto, múltiples historias

Aunque las cuentas son minúsculas —de apenas unos milímetros—, contienen capas de significados. No solo son evidencia de contacto intercultural, sino también testimonio del modo en que los objetos cambian de función y de valor al cruzar fronteras culturales. Un objeto sagrado para una comunidad puede convertirse en adorno para otra. Un bien de intercambio puede, con el tiempo, terminar olvidado entre restos de basura colonial.

También nos recuerdan que el mundo del siglo XVII estaba mucho más conectado de lo que solemos imaginar. Lejos de ser una colonia aislada en los confines del Atlántico Norte, Ferryland formaba parte de una red compleja de comercio, migraciones y conflictos que involucraba a pueblos originarios, colonos europeos, comerciantes transatlánticos y autoridades imperiales. Las cuentas de wampum halladas este verano son, en cierto modo, pequeños fragmentos de esa vasta red global.

Por último, su descubrimiento ofrece una oportunidad única para repensar cómo se enseña y entiende la historia colonial en América del Norte. Una historia que no solo trata de imperios y fundadores, sino también de objetos olvidados, de contactos no documentados y de una realidad cotidiana tejida entre culturas distintas que se encontraron, negociaron, y en ocasiones, chocaron.

¿Y ahora qué?

Las cuentas serán ahora sometidas a estudios detallados que intentarán determinar con mayor precisión su origen geográfico, el tipo exacto de concha y la técnica utilizada para su perforación, tal y como cuentan desde CBC News. Estos datos podrían ayudar a trazar un mapa más exacto de las rutas por las que circularon estos objetos, y por ende, de los vínculos entre diferentes culturas en el siglo XVII.

Mientras tanto, el hallazgo ya ha despertado el interés de historiadores, arqueólogos y comunidades indígenas, que ven en estas piezas no solo un objeto arqueológico, sino un símbolo de una historia compartida, compleja y, a menudo, olvidada.

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