Varios medios de comunicación han informado que la Tierra podría ser golpeada por un asteroide "perdido" este año. El asteroide 2007 FT3 tiene más de 300 metros de diámetro y su colisión con nuestro planeta causaría una explosión equivalente a la de 2.600 millones de toneladas de TNT. Esto causaría una devastación local total, pero no lo suficiente como para amenazar la supervivencia de la civilización global. Es una roca muy grande, pero no tan grande para los estándares de los asteroides. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? Esta es toda la información de que se dispone:

Es un asteroide real
Varios informes relativos a seguimiento de asteroides sugerían que uno en concreto, llamado 2007 FT3 que fue visto por primera vez navegando por el espacio en 2007, podría estar “a punto de golpear nuestro planeta” el próximo 5 de octubre de 2024. El asteroide es completamente real; no se trata de ninguna invención.
La NASA, sin embargo, ha desmentido estos rumores de colisión catastrófica, afirmando que no hay ningún asteroide que próximamente vaya a suponer una amenaza para nuestro planeta y en este caso, la probabilidad de una colisión de 2007 FT3 es de 0,0000092%. Esto significa que las probabilidades existen, pero son muy, muy, muy pequeñas, aproximadamente como de 1 entre 10 millones (10.000.000).
Sí que es cierto que el asteroide, por tanto, se encuentra en la zona de seguimiento de objetos potencialmente peligrosos, la Tabla de Riesgo Centinela de la NASA. Además, como no había sido visto desde entonces (y solo durante 1,2 días antes de desaparecer de la vista de los instrumentos), fue observado en 14 puntos de su arco durante este día y pico, lo que sí permitió tanto calcular su órbita como buscar posibles colisiones. Aunque fue poco tiempo para estudiarlo a fondo, fue suficiente para determinar que tiene unos 315 metros de diámetro y que su órbita podría llevarlo en dirección hacia nuestro planeta en algunas de sus aproximaciones futuras.

Los cálculos
Una vez tomados los cálculos y planteada su órbita, el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA identificó 89 impactos potenciales, incluido el que estos días se ha hecho tan famoso: el próximo 5 de octubre de 2024. Como viene siendo habitual, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio proporcionó la información sobre este asteroide “perdido”.
Teniendo en cuenta la proximidad de la posibilidad de impacto potencial, el asteroide llamó lógicamente la atención, por las hipotéticas pero significativas consecuencias sobre si ocurriera un impacto. Tanto en la próxima fecha de 2024 como en la siguiente del 3 de marzo de 2030 (otra de sus aproximaciones a nuestro planeta), lo más probable es que no ocurra nada.

Los asteroides varían en tamaño. Son restos de la formación temprana del sistema solar y están compuestos principalmente de minerales, metales y otros elementos. La mayoría de los asteroides representan pequeñas rocas y algunos son objetos de varios cientos de kilómetros de diámetro.
Principalmente se encuentran en el cinturón de asteroides, una región del espacio ubicada entre las órbitas de Marte y Júpiter, pero también se pueden localizar en cualquier parte del sistema solar. Aunque la mayoría reside en el cinturón de asteroides, algunos asteroides tienen órbitas que los acercan a la Tierra.

Si los astrónomos se vuelven a topar con 2007 FT3 en algunas de sus trayectorias, podremos aprender más sobre su órbita, y quién sabe si lo suficiente para eliminarlo de la lista de posibles amenazas de la Tierra o incluso preparar una misión espacial para desviarlo, como en el caso de la prueba DART, en el improbable caso de que se dirija hacia nosotros. En resumen: no es probable que haya impacto. Las probabilidades son comparables a las de ganar la lotería y siempre tenemos tiempo de crear formas de mitigar las posibilidades de que los asteroides choquen contra nuestro planeta, ya que por el momento, la monitorización de asteroides, tanto de la NASA como de otras agencias espaciales, permite que se rastreen y clasifique todo lo que entra en nuestro radio cercano a la Tierra.
Cuanto más grande sea el asteroide, más fácil será detectarlo para nuestros expertos en defensa planetaria. Esto significa que las órbitas de los asteroides más grandes alrededor del Sol suelen ser bien conocidas y comprendidas desde hace años o incluso décadas, según la NASA.

Referencias:
- NASA Sentry: Earth Impact Monitoring https://cneos.jpl.nasa.gov/sentry/
- Small-Body Database Lookup https://ssd.jpl.nasa.gov/tools/sbdb_lookup.html#/?sstr=2007%20FT3&view=VOP
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- Sheppard, S., Tholen, D., Pokorný, P., Micheli, M., Dell’Antonio, I., Fu, S., Trujillo, C., Beaton, R., Carlsten, S., Drlica-Wagner, A., Martínez-Vázquez, C., Mau, S., Santana-Ros, T., Santana-Silva, L., Sifón, C., Simha, S., Thirouin, A., Trilling, D., Vivas, A., & Zenteno, A. (2022). A Deep and Wide Twilight Survey for Asteroids Interior to Earth and Venus. The Astronomical Journal, 164. https://doi.org/10.3847/1538-3881/ac8cff.
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