¿Quién necesita una calculadora cuando tienes alas, bigotes o zarpas? Desde lo profundo de la selva hasta el zumbido inquieto de un jardín, el mundo animal rebosa de ejemplos de criaturas que, sin saber sumar como nosotros, manejan los números con sorprendente soltura. No hablamos de ecuaciones ni álgebra, sino de una capacidad más antigua y esencial: distinguir, comparar, decidir… y sobrevivir gracias a ello.
Chimpancés que eligen la mejor recompensa calculando combinaciones, aves que distinguen entre tres y cinco granos antes de comer, peces que escogen bandadas más numerosas para protegerse, o leones que valoran cuántos rugidos hay antes de entrar en combate. Estas habilidades, documentadas en docenas de estudios, revelan que la noción de cantidad no es un invento humano, sino una herramienta evolutiva compartida con muchos otros seres vivos.
Incluso una planta carnívora, la famosa venus atrapamoscas, puede “contar” los estímulos antes de cerrar su trampa. Y en laboratorios de todo el mundo, científicos e ingenieros se inspiran en estos comportamientos naturales para diseñar sistemas de inteligencia artificial capaces de percibir y aprender como lo haría un animal. Porque, al final, contar no siempre requiere un cerebro grande. A veces, basta con saber cuándo es uno… y cuándo son muchos.

Cálculos entre ramas: la aritmética de los simios
En un experimento clásico, un chimpancé observa cómo un cuidador reparte trozos de fruta entre varios recipientes. Sin haber recibido entrenamiento previo en matemáticas, el animal elige —con asombrosa consistencia— el conjunto con mayor cantidad total. Esta escena, que ha sido replicada en numerosos estudios desde los años ochenta, muestra que los grandes simios no solo reconocen números, sino que pueden realizar operaciones básicas como la suma.
Los macacos rhesus, por su parte, han demostrado una sorprendente velocidad para identificar cantidades presentadas visualmente. En pruebas en laboratorio, estos monos eran capaces de "contar" con gran precisión, reaccionando ante secuencias de objetos en pantalla.
Pero su talento no acaba ahí: también logran asociar estímulos de distintos sentidos —como sonidos y figuras— para deducir equivalencias numéricas, una hazaña cognitiva que exige una forma de pensamiento abstracto.
Este tipo de habilidades, lejos de ser anecdóticas, revelan una competencia numérica innata que se extiende por distintas ramas del árbol evolutivo. Aunque carezcan de lenguaje simbólico, los primates son capaces de manejar cantidades, anticipar resultados y tomar decisiones que implican una evaluación cuantitativa del entorno. En la selva, eso puede marcar la diferencia entre una buena comida… y ninguna.
Zumbidos que cuentan y rugidos que advierten
Más allá de los mamíferos, el talento numérico también zumbaba en los pasillos de la ciencia desde los años 90, cuando un experimento con abejas abrió los ojos de los investigadores. En él, las abejas debían encontrar una recompensa siguiendo un camino con marcas visuales en el suelo. Si se alteraba el número de señales, perdían la orientación. La conclusión fue clara: estaban contando. Hasta cuatro elementos, para ser precisos.
Este límite, por cierto, no es exclusivo de las abejas. Se ha detectado en diversas especies como una especie de “zona cómoda” de la percepción numérica, lo que sugiere que existe un umbral cognitivo compartido entre cerebros muy distintos.
De hecho, estudios posteriores confirmaron que las abejas pueden distinguir con fiabilidad entre conjuntos con uno, dos, tres o cuatro puntos, pero fallan más allá de ese rango.
También los leones parecen realizar cálculos rápidos cuando se enfrentan a una amenaza. En estado salvaje, las crías muestran comportamientos distintos dependiendo de cuántos rugidos escuchan y cuántos compañeros tienen cerca. Si el número de intrusos suena abrumador, prefieren evitar el conflicto. Es una decisión numérica, sí, pero también de vida o muerte. Porque en la sabana, saber contar puede ser la mejor defensa.

El cerebro animal ante los números: cómo procesan la información numérica
Al analizar cómo distintos animales manejan conceptos numéricos, varios estudios señalan que se trata de un sistema de estimación aproximada. En primates, por ejemplo, la corteza parietal, especialmente la región intraparietal y el lóbulo prefrontal, muestran una activación específica cuando los monos distinguen cantidades.
Pero no son solo los primates. Las aves como los cuervos emplean una región llamada nidopallium caudolaterale, análogo funcional de la corteza parietal humana. Un estudio en cuervos demostró que no solo distinguen entre cero y otros números, sino que sus neuronas reflejan una línea numérica interna. Asimismo, palomas y otras aves muestran respuestas neuronales proporcionales a distintas cantidades.
Por tanto, aunque sin el lenguaje simbólico humano, estos animales utilizan un sistema numérico aproximado que se basa en neuronas selectivas. En los primates, una red entre parietal y prefrontal permite estimaciones y comparaciones básicas, mientras que en las aves el nidopallium desempeña un papel similar.
Esto revela que la percepción numérica espontánea tiene raíces profundas en la evolución, y no depende exclusivamente de nuestro córtex o del aprendizaje cultural.
Neuro-IA y creatividad animal: el futuro de la cognición
Hoy en día, investigadores están combinando inteligencia artificial y robótica para entender cómo los animales procesan la información numérica. Un ejemplo sorprendente es el uso de redes neuronales de disparo, inspiradas en cerebros reales de insectos.
A su vez, la robótica bioinspirada ha dado un paso más para crear robots que funcionan como animales. Investigadores de la TU Delft desarrollaron un dron autónomo, emulando la eficiencia visual de aves e insectos. De este modo, la simbiosis entre IA y biología está desvelando nuevos niveles de cómo el cerebro maneja la información.
Además, el campo de la neuro-robótica busca integrar cerebros biológicos con cuerpos sintéticos. Las “hybrots” son un ejemplo: robots controlados por redes de neuronas vivas cultivadas en laboratorio, capaces de aprender y responder al entorno en tiempo real.
Esta curiosa frontera es una prueba de concepto que cuestiona los límites de la inteligencia, al mismo tiempo que ofrece una plataforma para estudiar cómo los circuitos nerviosos adaptan su comportamiento para tareas sencillas.

Matemáticas para sobrevivir: estrategias numéricas en la naturaleza
Aunque evocar las ecuaciones de la clase de mates puede parecer exagerado en el mundo animal, numerosos estudios demuestran que contar —o al menos reconocer cantidades— es una herramienta vital para sobrevivir. Del bosque a la sabana, muchas especies recurren a esta capacidad para tomar decisiones cruciales.
Los mamíferos y aves emplean estrategias numéricas para localizar alimentos con mayor eficiencia. Por ejemplo, algunos pájaros comparan el número de frutos disponibles en distintas ramas antes de decidirse, buscando la opción más rica en nutrientes. Así maximizan su ingesta gastando menos energía.
La discriminación numérica también suele emplearse como medida de protección. Batallas así lo demuestran: los leones evalúan cuántos rugidos provienen del grupo rival antes de acercarse, y ya sea enfrentarse o darse la vuelta. En el terreno del cortejo, las hembras de muchas especies eligen parejas que cantan más veces por minuto.
Aunque no se trata de resolver integrales, estas capacidades numéricas permitieron a muchas especies afinar su supervivencia a través del tiempo. Y es probable que, a lo largo de la evolución, no solucionaran problemas complejos… pero sí los más esenciales: comer, no ser comidos y reproducirse.
Referencias
- Wu, P., Zhu, J., He, Q., Wang, Z., & Shi, L. (2025). Visual numerical cognition in pigeons: conformity to the Weber-Fechner law. Animal cognition. doi: 10.1007/s10071-025-01957-y
- Kirschhock, M. E., Ditz, H. M., & Nieder, A. (2021). Behavioral and Neuronal Representation of Numerosity Zero in the Crow. The Journal of neuroscience : the official journal of the Society for Neuroscience. doi: 10.1523/JNEUROSCI.0090-21.2021
- Okuyama, S., Kuki, T. & Mushiake, H. (2015). Representation of the Numerosity ‘zero’ in the Parietal Cortex of the Monkey. Sci Rep. doi: 10.1038/srep10059
- Kelly, M., & Barron, A. B. (2022). The best of both worlds: Dual systems of reasoning in animals and AI. Cognition, 225, 105118. doi: 10.1016/j.cognition.2022.105118
- Paredes-Vallés, F., Hagenaars, J. J., Dupeyroux, J., Stroobants, S., Xu, Y., & de Croon, G. C. (2024). Fully neuromorphic vision and control for autonomous drone flight. Science Robotics. doi: 10.1126/scirobotics.adi0591