No solo los objetos preciosos son importantes. Por su diversidad y su amplitud, la colección de maderas descubierta en la tumba de Tutankhamon en 1922 es la más importante colección arqueobotánica hallada en todo Egipto. Este tesoro botánico, compuesto por collares de guirnaldas vegetales y piezas de mobiliario funerario realizadas con madera local e importada, fue uno de los primeros en someterse a análisis anatómicos para la identificación de especies vegetales del Antiguo Egipto.
El tesoro de Tutankhamon: un legado de maderas antiguas
Esta tumba real, cuyo mobiliario ha sido preservado del aire y la luz durante varios millones de años, destaca por la variedad y calidad de los productos locales e importados a los que el rey tenía acceso. Sin embargo, mientras que la colección botánica descubierta de plantas y legumbres ha sido objeto de múltiples estudios, la mayor parte de las maderas de su mobiliario funerario está aún sin identificar. Algunas muestras fueron enviadas por P. Newberry a los laboratorios Jodrell y a los Jardines Botánicos de Kew, situados en Londres, para su análisis.
Fue el botánico L.A. Boodle quien analizó al microscopio estos fragmentos de madera. Después de su muerte, en 1941, los botánicos C.R. Metalfe y L. Chalk continuaron sus trabajos desde la Universidad de Oxford. Definitivamente, fue A. Lucas, un químico londinense que colaboraría con Carter durante nueve misiones arqueológicas, quien analizara diferentes piezas de madera de la tumba real, en particular clavijas y tacos utilizados para el ensamblaje de diversos objetos.

Carter utilizó un código de colores para describir las maderas de la tumba: objeto de “madera blanca”, de “madera roja”, que todavía es utilizado hoy en día en las investigaciones actuales. Estas definiciones de colores, como el rojo, pueden corresponderse con varias especies de coníferas, como por ejemplo el ciprés (Cupressus sempervirens) o el enebro (Juniperus sp.), lo que impide un conocimiento real de los tipos de maderas usadas para la fabricación de los objetos.
Un lujo: maderas de maestros artesanos en el Antiguo Egipto
¿Por qué es tan importante la madera? Egipto, un país desértico, estaba desprovisto de bosques y, por lo tanto, de madera, por lo que esta era un bien preciado, un objeto de lujo. La madera ha llegado hasta el valle del Nilo a largo de la historia de Egipto gracias a las diferentes rutas comerciales. Las especies locales e importadas localizadas en la tumba de Tutankhamon ilustran la variedad de rutas económicas generadas por los artesanos de la madera.

El examen de este mobiliario funerario nos devuelve una imagen increíble de las diferentes redes económicas y comerciales durante la Dinastía XVIII. Cuando uno examina estos objetos reales queda absolutamente asombrado por los conocimientos increíbles de los artesanos egipcios, su destreza técnica y estética. Fue este refinamiento artístico el que se puso al servicio del joven rey para su viaje al Más Allá. ¿Qué podemos observar? Las principales maderas locales utilizadas son la higuera sicomoro (Ficus sycomorus L.), la acacia (Acacia sp.), el tamarindo (Tamarix aphylla, Tamarix Nilotica) y el azofaifo (Ziziphus Spina Christi), empleadas principalmente en la fabricación de clavijas y mobiliario secundario.
Las maderas preciosas, como el enebro (Dalbergia Melanoxylon) y el cedro del Líbano (Cedrus libani), estaban reservadas para la fabricación de objetos de lujo como cofres, tronos, camas, reposacabezas, bastones, sarcófagos, etc. La madera de ébano, llamada también “el ébano de los faraones” y originaria del cuerno de África, y el cedro de Líbano se han identificado en diversos cofres y muebles de la tumba de Tutankhamon. De igual forma, se identificaron maderas del Medio Oriente como el olmo (Ulmus Minor), empleado en los carros del rey, y la corteza de abedul (Betula Pendula) y la madera de almendro (Prunus Dulcis), que fueron utilizadas para la fabricación de los bastones del faraón.