Si tienes un gato por mascota, es posible que se infecte con diversos tipos de parásitos. Los cuatro más habituales son el ascaris, el anquilostoma, la tenia y la dirofilaria immitis. Estos parásitos no solo hacen que tu gato corra peligro o enferme, sino que también podría infectar a otras personas que convivan dentro del hogar. Por esta razón, es fundamental que desparasites a tu compañero peludo. ¡Ten mucha precaución! Y, sobre todo, acude al veterinario ante cualquier signo para detectar los parásitos en gatos más comunes.
Tipos de parásitos más comunes en gatos
Ascaris y su impacto en la salud
Es fundamental que conozcas el tipo de parásitos que tiene tu gato, ya que así podrás iniciar el tratamiento cuanto antes. La ascariosis es muy habitual en los gatos. Los gatitos lactantes pueden contraerlas mediante la leche de la madre, y los gatos adultos a través de las heces infectadas.
Anquilostoma: síntomas y prevención
Por otro lado, los anquilostomas tienen un tamaño menor al del ascaris y habitan en el intestino delgado. Un gato puede infectarse a través del contacto con la piel o la ingesta.
Para prevenir la infección, es crucial mantener una buena higiene en el entorno del gato y evitar el contacto con heces contaminadas. La desparasitación regular es una medida efectiva para proteger a tu mascota de este parásito.

Tenia y su transmisión
Las tenias, en cambio, son parásitos que suelen encontrarse cerca del pelaje de las patas traseras de un gato. Estas pueden contraerse al ingerir pulgas.
Dirofilaria immitis: un riesgo creciente
La dirofilaria, por su parte, es el parásito más peligroso de todos. Los mosquitos pican a los animales infectados, lo que hace que absorban sangre con larvas pequeñas de dirofilaria. Así, las larvas se desarrollan y el mosquito las inyecta en el torrente sanguíneo del próximo animal que pique.
Riesgo de infección para gatos y humanos
Los parásitos no solo afectan a los gatos, sino que también pueden representar un riesgo para los humanos que conviven con ellos. Algunas infecciones parasitarias pueden transmitirse a las personas, especialmente a niños y personas con sistemas inmunitarios debilitados.
Por ejemplo, el contacto con heces infectadas puede llevar a la transmisión de ascaris y anquilostomas. Por esta razón, es fundamental practicar una buena higiene, como lavarse las manos después de manipular al gato o limpiar su caja de arena. Además, mantener al gato desparasitado ayuda a minimizar el riesgo de transmisión a los humanos.
Importancia de desparasitar a los gatos
Frecuencia y métodos de desparasitación
La frecuencia de la desparasitación dependerá de varios factores, como la edad del gato, su estilo de vida y el riesgo de exposición a parásitos. Los gatitos suelen necesitar desparasitación más frecuente, comenzando a las pocas semanas de vida. Los gatos adultos, por otro lado, pueden requerir tratamientos cada tres a seis meses.
Existen diversos métodos de desparasitación, incluyendo pastillas, pipetas e inyecciones, cada uno con sus ventajas y desventajas. Consulta a tu veterinario para determinar el método más adecuado para tu mascota.

Cómo detectar parásitos en gatos
Revisa sus heces
Por desagradable que resulte, es fundamental que revises sus heces para comprobar si está libre de parásitos. La tenia, por ejemplo, suele dividirse y aparecer en las heces de los felinos. Estos segmentos tienen la apariencia de un grano de arroz y pueden llegar a moverse como pequeñas lombrices.
Por otro lado, si tu gato sufre diarrea podría tener un parásito intestinal. Algunos parásitos, como los anquilostomas y la tenia, provocan materia fecal aguada. También podría presentar sangre a causa de la irritación en el colon y los intestinos. En ese caso, lo mejor es que coloques las heces en una bolsa y que acudas al veterinario para que analice la muestra.
Observa si tu gato vomita
Algunos gatos pueden vomitar a causa de la ascariosis. De hecho, pueden llegar a vomitar gusanos adultos. El vómito también es un posible síntoma de dirofilaria. Y, al igual que con las heces, es recomendables que guardes una muestra en una bolsa y acudas al veterinario. Allí, tendrán que revisar su vómito para identificar los posibles parásitos o enfermedades.
No obstante, debes tener en cuenta que el vómito no siempre indica presencia de parásitos, ya que podría deberse a diferentes problemas médicos.
Comprueba las encías de tu gato
Por lo general, las encías de los gatos son rosadas. Los parásitos (como muchas lombrices) hacen que las encías adopten un color pálido a causa de la anemia. Es imprescindible que acudas al veterinario si tu gato tiene las encías muy pálidas.
Además, tendrías que buscar atención de emergencia si tu gato presenta dificultad para respirar o parece aletargado.

Determina qué tipo de parásitos tiene tu gato
Identificar el tipo de parásitos que afecta a tu gato es esencial para iniciar el tratamiento adecuado. Cada parásito tiene sus propias características y requiere un enfoque específico para su eliminación. Por ejemplo, los ascaris son comunes en gatitos, mientras que las tenias suelen estar relacionadas con la presencia de pulgas. Los anquilostomas, por su parte, pueden infectar a través del contacto con la piel, y la dirofilaria se transmite por mosquitos. Un diagnóstico preciso por parte del veterinario te permitirá seguir un plan de tratamiento efectivo y proteger la salud de tu gato.
Mecanismos de transmisión de parásitos
Leche materna y contacto con la piel
Los gatitos pueden contraer parásitos como los ascaris a través de la leche materna, especialmente si la madre está infectada. Este mecanismo de transmisión es común en las primeras semanas de vida, por lo que es importante desparasitar a las gatas antes de la gestación.
Además, algunos parásitos como los anquilostomas pueden infectar a los gatos a través del contacto directo con la piel. Esto puede ocurrir al caminar descalzos sobre superficies contaminadas.
Heces y picaduras de mosquitos
Las heces contaminadas son una fuente común de transmisión de parásitos en gatos. Los ascaris y los anquilostomas pueden transmitirse al ingerir o entrar en contacto con heces infectadas.
Por otro lado, la dirofilaria immitis se transmite a través de las picaduras de mosquitos que han picado previamente a un animal infectado. Para prevenir estas infecciones, es esencial limpiar regularmente el área donde vive el gato y protegerlo de las picaduras de mosquitos, especialmente en áreas donde la dirofilariosis es común.
Pulgas como vector de transmisión
Las pulgas son un vector importante en la transmisión de parásitos como la tenia. Los gatos pueden ingerir pulgas infectadas al acicalarse, lo que lleva a la infección por tenia. Controlar las pulgas en el entorno del gato es crucial para prevenir esta forma de transmisión.
Existen productos antipulgas efectivos que pueden aplicarse regularmente para mantener a raya a estos parásitos. Además, es importante tratar tanto al gato como su entorno, incluyendo camas y áreas de descanso, para asegurar una protección completa contra las pulgas y los parásitos que transmiten.
Referencias
- Miró Corrales, Guadalupe. 2015. Atlas de diagnóstico parasitológico del perro y el gato. Servet.