La NASA tiene previto lanzar en el último trimestre de 2011 su próxima misión de exploración a Marte, el Mars Science Laboratory (MSL). En ella participan, junto con Estados Unidos, Rusia, Canadá, Francia, Alemania y España, que aportará dos dispositivos: una estación de sensores meteorológicos (REMS, siglas de Rover Environmental Monitoring Station) y una antena de comunicaciones de alta ganancia. El proyecto tratará de determinar la capacidad pasada o presente del planeta rojo para albergar vida.
Se trata de un rover o vehículo todoterreno dotado con diez instrumentos, el equipamiento científico más potente enviado hasta ahora al espacio para realizar una exploración robotizada. Para analizar el potencial biológico de un área objetivo, aún por determinar, el vehículo explorador registrará datos atmosféricos y tomará muestras de suelo y polvo -para caracterizar su geología y geoquímica- a lo largo del año marciano de duración de la misión, equivalente a unos dos años terrestres. Durante la fase de exploración, este vehículo conectará diariamente con la estación del centro Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, situado en California, desde donde un grupo de científicos dirigirá las operaciones que deberá realizar en esta misión.
La ministra española de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, ha subrayado hoy durante la firma del acuerdo de cooperación que la colaboración abrirá nuevas líneas de negocio en la fabricación de satélites de telecomunicaciones y en el diseño de sistemas de vigilancia medioambiental. Además, ha señalado que la estación de medición ambiental es sólo el principio, ya que la tecnología española volverá a Marte en 2013 aportando un espectrómetro de alta precisión para analizar la composición del terreno.
La estación REMS y la antena
El instrumento REMS va a medir la velocidad y la dirección del viento, la temperatura del suelo y del aire, la humedad relativa, la presión atmosférica y la radiación ultravioleta que llega a la superficie de Marte. Su objetivo es contribuir al conocimiento de las condiciones ambientales del planeta rojo y su capacidad de albergar formas de vida.El Centro de Astrobiología (CAB) ha liderado este proyecto en colaboración con EADS-CRISA y en él han participado, además, la Universidad Politécnica de Cataluña y diversas empresas españolas del sector aeroespacial. Asimismo, ha colaborado el Finnish Meteorological Institute, que ha contribuido en el desarrollo de los sensores de humedad y presión. REMS ha supuesto un gran reto para los ingenieros y científicos que han participado en su desarrollo, ya que debe tener la capacidad de operar a temperaturas que pueden bajar hasta los -130ºC, con un consumo de potencia mínimo del orden de 10 watts, y un peso total que no ha superado los 1,5 kg.
Por su parte, la antena de alta ganancia o High Gain Antenna (HGA) se utilizará para establecer las comunicaciones directas del rover con la Tierra desde Marte. El sistema consta de un mecanismo de apuntamiento y de la antena propiamente dicha. Su misión principal es enviar a la Tierra, sin necesidad de enlaces intermedios (orbiters), los datos científicos generados por los diferentes instrumentos, e información sobre el propio estado del rover. Además, también podrá recibir las instrucciones procedentes de la estación del centro JPL que el vehículo precisa para llevar a cabo su misión. Al ser orientable, podrá enviar un "haz" de información apuntando directamente a la Tierra y sin necesidad de que se mueva el vehículo, lo que contribuye a un ahorro de energía.
El coste total de la aportación española alcanza los 23,5 millones de euros, de los cuales el CDTI ha aportado 14,8 millones de euros (63%), el Plan Nacional de I+D+i 1,9 millones de euros (8%) y el CAB (INTA-CSIC) ha contribuido con científicos e ingenieros dedicados al proyecto por un valor de 6,8 millones de euros (29%).