Las construcciones de planta redonda presentan no pocas dificultades constructivas. Por eso, esta iglesia paleocristiana puede considerarse una pequeña joya de la historia del cristianismo. Nos referimos a Santo Stefano Rotondo, uno de los templos más emblemáticos de Roma.
¿Cuándo se comenzaron a construir iglesias de planta redonda?
La adopción de plantas redondas en edificios religiosos tiene sus orígenes en la tradición arquitectónica romana y paleocristiana. Durante el Imperio romano, las estructuras circulares se utilizaban principalmente para erigir mausoleos y templos paganos, como el Panteón de Roma. En el contexto cristiano, la planta redonda adquirió relevancia a partir del siglo IV d.C., cuando el cristianismo se institucionalizó tras la conversión de Constantino y la proclamación de la libertad de culto con el Edicto de Milán (313 d.C.).
Un ejemplo temprano de aplicación de la planta redonda en una construcción cristiana lo proporciona la basílica de la Anástasis (actualmente, la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén). Esta basílica, que Constantino mandó construir alrededor del año 326 d.C., emplea una estructura circular en el área que alberga el sepulcro de Cristo.
La elección de una planta redonda para algunos edificios cristianos se vinculaba a motivos simbólicos y litúrgicos. El círculo representaba la perfección divina, la eternidad y la unidad. Estas estructuras solían reservarse para albergar los restos de los mártires y para santuarios con un significado teológico específico. Construida en el siglo V d.C., Santo Stefano Rotondo es la primera iglesia de planta circular construida ex profeso de la que se tiene constancia.

Dificultades técnicas para construir edificios de planta redonda
Diseñar y construir edificios de planta redonda planteó numerosos desafíos arquitectónicos y estructurales. A diferencia de las basílicas de planta rectangular, que ofrecían soluciones más simples para la distribución de cargas y la organización del espacio, las estructuras circulares requerían soluciones innovadoras para garantizar la estabilidad.
Uno de los principales problemas concernía la distribución de cargas en las cúpulas y techumbres. Las cubiertas circulares generaban tensiones hacia el exterior, lo que hacía necesario el uso de contrafuertes o anillos estructurales para evitar el colapso. En el caso de Santo Stefano Rotondo, los arquitectos adoptaron un sistema de columnas internas dispuestas en anillos concéntricos que permitían distribuir el peso de la cubierta de manera uniforme.
Garantizar la iluminación natural también suponía un desafío. Las plantas redondas dificultaban la apertura de ventanas grandes sin comprometer la estabilidad de los muros. Para resolver esto, los arquitectos emplearon claristorios o linternas. Gracias a estos elementos, la luz penetraba desde puntos elevados sin debilitar la estructura.
Finalmente, la organización del espacio interior también añadía dificultades a la planificación arquitectónica. En las iglesias de planta redonda, era complicado establecer una jerarquía clara de espacios litúrgicos. En Santo Stefano Rotondo, la inclusión de un deambulatorio posibilitó que se crease un recorrido procesional alrededor del altar central. De este modo, se resolvió este problema funcional.

Santo Stefano Rotondo: historia de una construcción única
Ubicada en el monte Celio de Roma, Santo Stefano Rotondo se construyó entre los años 468 y 483 d.C., durante el pontificado del papa Simplicio. Dedicado a San Esteban, el primer mártir cristiano, se concibió como una estructura monumental para albergar las reliquias del santo.
En origen, la iglesia tenía forma circular, con tres anillos concéntricos y un área central cubierta por una cúpula. La planta medía aproximadamente 65 metros de diámetro, lo que la convertía en una de las iglesias más grandes de su época. La disposición centralizada destacaba el altar principal que, ubicado bajo la cúpula, se convertía en el centro visual y litúrgico de la construcción.
Santo Stefano Rotondo también destaca por la riqueza de sus decoraciones pictóricas. Las paredes interiores están adornadas con frescos que representan los martirios de los santos que el jesuita Pomarancio pintó en el siglo XVI.
La evolución arquitectónica de Santo Stefano Rotondo
A lo largo de los siglos, Santo Stefano Rotondo sufrió varias modificaciones arquitectónicas que alteraron su diseño original. Durante el periodo medieval, se demolieron partes de los anillos exteriores, en parte por el deterioro de la estructura y en parte por las exigencias de los nuevos usos litúrgicos. Así, se redujo el tamaño de la estructura original.
En el Renacimiento, los jesuitas restauraron la iglesia y añadieron nuevos elementos decorativos, como los frescos que representaban los martirios. Además, se introdujeron modificaciones menores en la distribución del espacio interior.
La disposición centralizada y la monumentalidad de Santo Stefano Rotondo inspiraron a arquitectos renacentistas de la talla de Bramante y Miguel Ángel, quienes adoptaron elementos similares en sus proyectos. Un ejemplo de esta influencia se aprecia en la basílica vaticana de San Pedro.

Simbología y significado de la planta redonda en las iglesias cristianas
La elección de la planta redonda para construir edificios cristianos tenía un profundo significado teológico y simbólico. El círculo se consideraba una forma perfecta, sin principio ni fin. Simbolizaba la eternidad de Dios, la perfección divina y la unidad del cosmos. Además, la planta circular evocaba el cielo, en contraposición a la planta rectangular que representaba la tierra. Por otro lado, la planta redonda remitía al Santo Sepulcro de Jerusalén, el lugar que había albergado el cuerpo de Cristo.
En el caso de Santo Stefano Rotondo, la disposición circular también reflejaba la función del edificio. El altar central, al estar rodeado por los anillos concéntricos del deambulatorio, creaba un espacio simbólico donde los fieles podían venerar las reliquias del mártir en un recorrido procesional que representaba el viaje espiritual hacia la salvación.

Otros templos cristianos de planta redonda
Santo Stefano Rotondo no es el único ejemplo de una iglesia cristiana de planta redonda. Otros templos de este tipo incluyen Santa Constanza en Roma. En origen, fue un mausoleo construido en el siglo IV por Constantina o Constanza, la hija del emperador Constantino. El sepulcro se reconvirtió en iglesia. Una transformación similar la experimentó la Rotonda de Tesalónica, otro mausoleo romano que se transformó en iglesia cristiana durante el siglo IV.
Santo Stefano Rotondo es una joya arquitectónica y teológica que destaca por ser la primera iglesia de planta redonda conocida en el mundo cristiano. Su historia, diseño y simbolismo reflejan las complejas intersecciones entre la tradición arquitectónica romana y la espiritualidad cristiana.
Referencias
- Brandenburg, Hugo. 1999. “Santo Stefano Rotondo in Roma: funzione urbanistica, tipologia architettonica, liturgia ed allestimento liturgico”. Mededelingen van het Nederlands Instituut te Rome, 59: 27-54. URL: https://openbibart.fr/vibad/index.php?action=getRecordDetail&idt=oba_0326754.
- Martin, Archer, James Cook, Elizabeth Hahn, Derek Klapecki, Joseph Lillywhite, Paola Palazzo, Stephanie Pryor y Robert Stephan. 2008. “A Third-Century Context from S. Stefano Rotondo (Rome)”. Memoirs of the American Academy in Rome, 53: 215–270. URL: http://www.jstor.org/stable/25609509.