Descubren en Sudán la tumba de una misteriosa mujer con abanico de avestruz: revela el rol oculto de las mujeres en el antiguo Nilo y la técnica de carga más antigua del mundo (aún en uso)

El hallazgo de una tumba femenina de 4.000 años en Sudán revela cómo las mujeres del antiguo reino de Kush llevaban cargas pesadas con una técnica aún usada hoy en día, cambiando lo que sabíamos sobre su papel en la historia.
Las pirámides de Nubia, vestigios del poderoso reino de Kush, guardan los secretos de una civilización africana que floreció a orillas del Nilo hace más de 3.000 años
Las pirámides de Nubia, vestigios del poderoso reino de Kush, guardan los secretos de una civilización africana que floreció a orillas del Nilo hace más de 3.000 años. Foto: Istock

Hace 4.000 años, en una región entonces vibrante y cosmopolita del noreste de África, una mujer fue enterrada con un abanico de plumas de avestruz y una almohada de cuero. Su tumba, modesta en apariencia pero rica en significado, escondía un secreto que ha sorprendido a la comunidad arqueológica internacional: es, hasta la fecha, la evidencia más antigua del mundo del uso de una técnica milenaria para cargar peso, reservada especialmente a las mujeres del antiguo reino de Kush.

Un descubrimiento silencioso en las arenas de Nubia

El cementerio de Abu Fatima, situado en lo que hoy es el norte de Sudán, fue durante siglos un lugar olvidado. Pero bajo su tierra se escondía una historia aún no contada sobre el papel crucial de las mujeres en la economía y la vida cotidiana de la Nubia de la Edad del Bronce. En este sitio arqueológico, a apenas 10 kilómetros de la capital de Kerma —una de las urbes más impresionantes del antiguo África—, se han encontrado los restos de 30 personas. Entre ellos, los huesos de una mujer de unos 50 años han despertado un interés sin precedentes.

No fue por sus joyas ni por un trono dorado, sino por el lenguaje silencioso de sus huesos. Las marcas en su cráneo y vértebras cervicales revelan una historia de esfuerzo repetido, de carga diaria sobre la cabeza, de una técnica corporal precisa y perfeccionada desde la infancia: el uso del tumpline, una correa que va desde la frente hasta una cesta o carga a la espalda. Es un método aún en uso en ciertas regiones rurales de África, América Latina y Asia, pero hasta ahora no había pruebas concluyentes de su existencia en la Edad del Bronce.

Reproducción en yeso de un relieve que muestra una expedición militar ordenada por Ramsés II hace unos 3.300 años; en él aparece una mujer nubia cargando a un niño en una cesta sujeta con una correa a la cabeza
Reproducción en yeso de un relieve que muestra una expedición militar ordenada por Ramsés II hace unos 3.300 años; en él aparece una mujer nubia cargando a un niño en una cesta sujeta con una correa a la cabeza. Fuente: World History Archive / Christian Pérez

Una civilización donde las mujeres cargaban el mundo

El análisis detallado de los esqueletos hallados en Abu Fatima ha mostrado un patrón consistente. Mientras que los hombres evidencian desgaste en los hombros y articulaciones vinculadas al transporte unilateral de cargas —probablemente apoyadas sobre un solo brazo o con ayuda de sogas sobre un hombro—, las mujeres presentan un conjunto de alteraciones degenerativas concentradas en el cuello y la base del cráneo. El patrón se repite: estas mujeres no solo cargaban con objetos, sino también con niños, alimentos, herramientas… sobre sus cabezas.

Este hallazgo derrumba mitos. Durante décadas, la arqueología del valle del Nilo se ha centrado en grandes reyes, templos monumentales y batallas épicas. Pero esta vez, los protagonistas son huesos silenciosos que hablan de un trabajo cotidiano, anónimo, esencial. Las mujeres de Abu Fatima eran, literalmente, la columna vertebral de su sociedad.

El uso del tumpline no era algo aislado. Escenas en tumbas de la XVIII Dinastía egipcia —fechadas unos siglos después del periodo de Abu Fatima— muestran a mujeres nubias transportando cestas y niños con correas que pasan por la frente. Estas representaciones, consideradas anecdóticas por algunos investigadores, cobran ahora una relevancia fundamental. Lo que el arte sugería, los esqueletos lo confirman.

A la izquierda, una ilustración muestra a una mujer ojibwa de Norteamérica cargando a un niño con ayuda de una correa en la cabeza. A la derecha, fotografías de mujeres kikuyu en África oriental transportando mercancías con el mismo sistema tradicional
A la izquierda, una ilustración muestra a una mujer ojibwa de Norteamérica cargando a un niño con ayuda de una correa en la cabeza. A la derecha, fotografías de mujeres kikuyu en África oriental transportando mercancías con el mismo sistema tradicional. Fuente: J Anthropol Archaeol. 2025

Una élite que también trabajaba

Uno de los aspectos más reveladores del hallazgo es que la mujer con los signos más claros del uso del tumpline no era una campesina cualquiera. Su tumba contenía objetos de lujo: un abanico de plumas de avestruz, que en la época era símbolo de estatus, y una almohada de cuero, un bien reservado para unos pocos privilegiados. También se han identificado elementos que podrían haber pertenecido a ofrendas funerarias.

Lo intrigante es que, a pesar de estos símbolos de riqueza, su cuerpo muestra los mismos signos de esfuerzo físico que los de otras mujeres del cementerio. Esto sugiere que incluso las mujeres de élite en la sociedad kushita podían verse implicadas en tareas consideradas hoy humildes, aunque con matices culturales que aún estamos lejos de comprender. Además, análisis isotópicos de sus restos sugieren que no nació en Abu Fatima, sino más al norte, posiblemente cerca de la segunda catarata del Nilo. Esto la convierte, además, en una mujer que se desplazó, que migró, quizá por matrimonio, comercio o razones políticas.

Por otro lado, el abanico de plumas de avestruz hallado junto a esta mujer no es solo un objeto decorativo. En el antiguo mundo africano, estas plumas eran símbolos de realeza, de justicia y de pureza. Su presencia en la tumba refuerza la idea de que esta mujer no era una más, y sin embargo, su cuerpo muestra que el trabajo físico no estaba reñido con el prestigio.

Este hallazgo desafía la visión estereotipada de las mujeres de la Antigüedad como figuras pasivas relegadas al espacio doméstico. En la Nubia de hace 4.000 años, las mujeres eran activas, móviles, fuertes. Su papel en la economía y la logística cotidiana era fundamental. Las marcas en sus huesos no son solo señales de desgaste, sino un testimonio de resiliencia, habilidad y protagonismo.

El tumpline, lejos de ser una simple correa, es un ejemplo de tecnología adaptada al cuerpo humano. Permite repartir el peso de manera eficiente, dejando libres las manos y utilizando músculos potentes del cuello y la espalda. Su uso no es anecdótico ni secundario. Su impacto biomecánico es tan relevante que deja una huella perdurable en los huesos.

Lo más fascinante es que esta técnica aún vive. Mujeres en regiones montañosas del Himalaya o zonas rurales de Kenia siguen utilizando tumplines hoy. Su eficacia ha resistido el paso de milenios. El hallazgo en Abu Fatima demuestra que esta sabiduría corporal no es nueva ni exclusiva de una cultura: es una solución humana y universal al problema de transportar cargas pesadas sin ruedas ni animales.

Mujeres nepalesas actuales transportan cestas pesadas utilizando correas que se ajustan a la frente, una técnica ancestral aún en uso en regiones rurales
Mujeres nepalesas actuales transportan cestas pesadas utilizando correas que se ajustan a la frente, una técnica ancestral aún en uso en regiones rurales. Foto: Istock

Una nueva mirada sobre el pasado

Abu Fatima no es un yacimiento monumental ni espectacular a simple vista. Pero como ocurre a veces en arqueología, los descubrimientos más revolucionarios no vienen de las pirámides ni de los palacios, sino de tumbas humildes. En este caso, los esqueletos de mujeres olvidadas han obligado a replantear no solo el uso de herramientas o técnicas antiguas, sino también el lugar de la mujer en una de las civilizaciones más antiguas del continente africano.

Con cada nueva excavación, con cada vértebra analizada, el pasado se hace más complejo y más humano. La historia de la mujer del abanico de avestruz no solo reescribe lo que creíamos saber sobre la Edad del Bronce africana. También nos recuerda que, a veces, quienes sostenían el peso del mundo sobre sus cabezas no estaban en los tronos, sino en las calles polvorientas, los campos de cultivo o los caminos del desierto.

Referencias

  • Carballo-Pérez J, Matić U, Hall R, Smith ST, Schrader SA. Tumplines, baskets, and heavy burden? Interdisciplinary approach to load carrying in Bronze Age Abu Fatima, Sudan. J Anthropol Archaeol. 2025;77:101652. doi:10.1016/j.jaa.2024.101652

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