Un hallazgo en Escocia desafía la creencia de que el fútbol moderno nació en Inglaterra como se crecía hasta ahora, pudiendo reescribir el origen del deporte más popular

Un campo de juego del siglo XVII en un rincón rural de Escocia está reescribiendo el origen del deporte más popular del mundo.
El campo de fútbol más antiguo del mundo refuerza la teoría de que el fútbol nació en Escocia y no en Inglaterra
El campo de fútbol más antiguo del mundo refuerza la teoría de que el fútbol nació en Escocia y no en Inglaterra. Foto: Istock/Christian Pérez

Durante más de un siglo, Inglaterra ha reclamado con firmeza la autoría del fútbol moderno. La historia oficial ubica en 1863 la fundación de la Football Association en Londres como el punto de partida de este deporte global. Pero un hallazgo reciente en el suroeste de Escocia amenaza con desmoronar ese relato. Allí, en una tranquila zona rural conocida como Anwoth, un grupo de arqueólogos ha desenterrado algo que podría cambiarlo todo: un campo de fútbol del siglo XVII.

Este descubrimiento, liderado por el historiador del deporte Ged O’Brien y confirmado por un equipo de Archaeology Scotland, ha encendido una polémica que va mucho más allá de una simple rivalidad deportiva entre escoceses e ingleses. La cuestión que se plantea ahora es si el verdadero origen del llamado “deporte rey” estuvo siempre al norte del Muro de Adriano.

El campo perdido de Anwoth

La historia comenzó con una carta escrita hace casi cuatro siglos por el reverendo Samuel Rutherford, un pastor presbiteriano que ejerció en Anwoth entre 1627 y 1638. En ese documento, Rutherford expresaba su descontento por el hecho de que los feligreses jugaran “foot-ball” los domingos en una pradera de la finca Mossrobin. Para impedirlo, ordenó colocar una hilera de piedras que interrumpiera el juego. Aquella sencilla mención religiosa se convirtió, siglos después, en una pista arqueológica de valor incalculable.

Movidos por la curiosidad y por la importancia potencial del testimonio, Ged O’Brien y su equipo se desplazaron hasta el lugar indicado en la carta. Allí encontraron una línea de 14 grandes piedras dispuestas en paralelo sobre una explanada natural de aproximadamente 85 por 45 metros, una dimensión comparable a la de un campo de fútbol moderno. Análisis de estratigrafía y estudios del terreno confirmaron que las piedras fueron colocadas hace aproximadamente 400 años. No se trataba de una cerca ganadera ni de un límite agrícola, sino de una barrera deliberadamente dispuesta para impedir una actividad específica: jugar al fútbol.

El historiador del deporte Ged O’Brien y su equipo aseguran haber localizado en Anwoth, en la región escocesa de Kirkcudbrightshire, el que sería el campo de fútbol más antiguo del mundo
El historiador del deporte Ged O’Brien y su equipo aseguran haber localizado en Anwoth, en la región escocesa de Kirkcudbrightshire, el que sería el campo de fútbol más antiguo del mundo. Foto: Saltire News and Sport

Más allá de la práctica medieval

Hasta ahora, los orígenes del fútbol se habían asociado con una práctica medieval caótica, sin reglas claras y a menudo violenta, donde aldeas enteras se enfrentaban en una especie de lucha campal con un balón improvisado. Sin embargo, los indicios en Anwoth apuntan a algo distinto. Según O’Brien y los arqueólogos que trabajaron en el lugar, si los vecinos jugaban al fútbol con regularidad, domingo tras domingo, es lógico suponer que habían desarrollado una forma organizada del juego, con reglas y normas de convivencia.

Esto contradice de forma directa la narrativa tradicional que sitúa la invención del fútbol reglado en los clubes de élite inglesa del siglo XIX. De hecho, no fue hasta 1863 cuando un grupo de exalumnos de colegios como Eton y Harrow acordó el primer reglamento formal del deporte. Pero si en una aldea escocesa ya existía un campo reconocido y se practicaba fútbol de manera regular en el siglo XVII, la línea del tiempo tendría que ser reconsiderada.

El descubrimiento ha sido divulgado por medios como The New York Times y The Telegraph, y ha generado un intenso debate entre historiadores, arqueólogos y entusiastas del deporte. Mientras que algunos expertos, como Steve Wood del Sheffield Home of Football, se muestran escépticos sobre si aquel “foot-ball” escocés puede considerarse un precursor directo del fútbol moderno, otros, como Phil Richardson de Archaeology Scotland, destacan la consistencia del hallazgo con las tradiciones orales y la evidencia material.

El contexto cultural del hallazgo

Lo más sorprendente del campo de Anwoth no es solo su antigüedad, sino su contexto social. A diferencia del fútbol salvaje del medioevo inglés, la práctica escocesa parece haber sido más civilizada. Según O’Brien, era improbable que los jugadores se expusieran a lesiones graves si debían regresar al trabajo el lunes. Esto sugiere un deporte estructurado, quizás con reglas acordadas y límites aceptados. No era una reyerta, sino un juego.

Además, la ubicación del campo no era casual. Cinco caminos rurales convergían en ese punto, lo que sugiere que el lugar era conocido por comunidades a varios kilómetros a la redonda. Todo apunta a una organización popular del deporte, sostenida en el tiempo y compartida por varios pueblos. Un fenómeno social más profundo de lo que hasta ahora se creía posible para una época anterior a la industrialización.

Este hallazgo también nos invita a reflexionar sobre cómo se construyen las narrativas históricas. El fútbol ha sido una parte fundamental de la identidad nacional inglesa, elevado a símbolo patrio por su formalización en instituciones como la FA y por su expansión global durante el imperio británico. Pero si las raíces reales del deporte están en los campos de pasto de una Escocia rural y presbiteriana, la historia del fútbol debe contarse de otra manera.

El templo de Anwoth Old Kirk, construido en Escocia en 1627, se alza junto a un terreno que podría ser el campo de fútbol más antiguo del mundo
El templo de Anwoth Old Kirk, construido en Escocia en 1627, se alza junto a un terreno que podría ser el campo de fútbol más antiguo del mundo. Fotos: Saltire News and Sport/Christian Pérez

Implicaciones para la historia del deporte

El redescubrimiento del campo de Anwoth no invalida la importancia de Londres en la codificación del juego moderno, pero sí obliga a considerar que existieron formas organizadas de fútbol mucho antes y fuera del ámbito de las élites inglesas. El fútbol pudo haberse desarrollado de forma paralela y diversa en distintas regiones del Reino Unido, y la hegemonía de Inglaterra en su narrativa podría responder más a cuestiones políticas y culturales que a una superioridad deportiva histórica.

Además, este caso ejemplifica cómo un hallazgo arqueológico —por pequeño que parezca— puede transformar nuestro entendimiento del pasado. La combinación de una fuente documental como la carta de Rutherford con la investigación arqueológica en campo ha dado pie a una reinterpretación profunda de un fenómeno global. Como dijo uno de los arqueólogos involucrados, el campo de Anwoth es mucho más que piedras y tierra: es una ventana a una práctica colectiva olvidada, que hoy reclama su lugar en la historia.

Aunque el debate sigue abierto y algunos académicos piden cautela, el caso de Anwoth ya ha dejado su huella. Puede que nunca sepamos con total certeza dónde nació el fútbol moderno, pero es evidente que su historia es más antigua, más compleja y más escocesa de lo que se pensaba.

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  • Juan Diego Polo