El tesoro vikingo de Bedale prueba la existencia de redes comerciales medievales entre Inglaterra y el califato abasí

Un impresionante hallazgo vikingo: el análisis del tesoro de Bedale revela las conexiones culturales entre Inglaterra y el mundo islámico medieval.
Tesoro de Bedale
Piezas del tesoro de Bedale. Fuente: York Museum Trust. Recreación fantasiosa. Fuente: midjourney/Erica Couto - Tesoro medieval de Bedale

En 2012, un grupo de aficionados a los detectores de metales encontraron en un campo de Bedale, en North Yorkshire, uno de los conjuntos más importantes de objetos de la Edad vikinga de Inglaterra. Se trata del llamado tesoro de Bedale, un conjunto de piezas metálicas que se ha fechado entre finales del siglo IX e inicios del X. El rico conjunto de piezas de plata y oro no solo reflejan el poder económico de las comunidades escandinavas asentadas en el norte de Inglaterra, sino que, como ha demostrado un reciente estudio geoquímico publicado en la revista Archaeometry, ofrecen pruebas tangibles de la existencia de redes comerciales medievales que conectaban el Atlántico con el mundo islámico.

El hallazgo de Bedale y su contexto histórico

Un tesoro excepcional en el corazón de Yorkshire

El tesoro de Bedale está compuesto por 36 piezas de plata y un pomo de espada anglosajón decorado en oro, que, con probabilidad, se obtuvieron como botín de guerra. Entre los objetos de plata, figuraban 29 lingotes de forma cilíndrica, collares da factura escandinava y joyas hiberno-nórdicas asociadas a Dublín.

Según los arqueólogos, el depósito seguramente se enterró entre finales del siglo IX y principios del X, en un periodo crucial, tras la conquista escandinava de Northumbria en 866, pero antes de que el rey anglosajón Æthelstan tomara York en 927. Este fue un tiempo en el que York operó como un nodo comercial e importante centro de poder vikingo.

El valor económico y simbólico de la plata

Para las comunidades vikingas, la plata constituía la base del sistema económico, ya que se utilizaba como medio de pago bajo la forma de lingotes, fragmentos o joyas. El preciado metal, sin embargo, procedía de territorios extranjeros fuera de Escandinavia. Los vikingos obtenían plata de dos fuentes principales: el saqueo de plata de Europea occidental —monedas y vajillas carolingias o anglosajonas, por ejemplo— y el comercio a larga distancia que traía monedas de plata islámicas, los dirhams, desde el Califato abasí.

Tesoro de Bedale
Tesoro de Bedale. Fuente: York Museums Trust

El análisis científico de la plata: de Bedale a Irán

El método geoquímico

A través de análisis de isótopos de plomo, elementos traza y otras pruebas de laboratorio, los investigadores han identificado la procedencia de la plata presente en este tesoro. Esta metodología ha permitido distinguir la plata refinada con plomo local de aquella que conserva la firma isotópica de su yacimiento original. En el proceso de estudio, los elementos traza como el oro y el bismuto resultaron esenciales para identificar patrones regionales y descartar posibles contaminaciones por procesos de reciclaje.

Así, el equipo investigador ha podido demostrar que una parte significativa provenía de fuentes de Europa occidental —probablemente fruto del saqueo de plata carolingia y anglosajona— y otra, no menos importante, de plata islámica procedente de monedas dirham. Estas monedas habían viajado miles de kilómetros desde el actual Irán y Asia Central. Tal hallazgo confirma que, incluso en el extremo occidental de la diáspora vikinga, el comercio a larga distancia desempeñó un papel central en la circulación de metales preciosos.

Tres grandes grupos de procedencia

Los resultados mostraron que la mayor parte de la plata del tesoro tenía origen en Europa occidental, compatible con monedas carolingias y anglosajonas del siglo IX, que presentan concentraciones moderadas a altas de oro. Es probable que esta plata llegara a manos vikingas a través de las incursiones militares y el cobro de tributos.

Un segundo grupo, más pequeño, correspondía a plata de origen islámico, con una composición característica que coincide con la de los dirhams acuñados en la región de Transoxiana y Persia. Estas monedas viajaban a través de las rutas comerciales euroasiáticas, en las que se intercambiaban por pieles, esclavos y otros bienes de alto valor.

Un tercer grupo se ha caracterizado por ser mixto. Puesto que muestra características intermedias, los científicos han sugerido que, en los talleres vikingos, se fundían y reciclaban conjuntamente metales procedentes de ambas rutas.

Vikingos
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

El significado de la plata islámica en un tesoro inglés

Redes que cruzaban continentes

Que un tesoro enterrado en el corazón de Yorkshire contenga plata procedente de Asia Central e Irán es una evidencia contundente de la interconexión económica del mundo medieval temprano. Los vikingos, además de ser hábiles saqueadores, también participaron como actores de un comercio a larga distancia que unía Escandinavia con el Califato abasí a travñes de las rutas fluviales de Rusia y el mar Báltico.

Según los estudiosos, se confirma así que las rutas de la Ruta de la Seda y sus ramificaciones septentrionales contaban con una prolongación marítima hacia el Atlántico norte, prolongación que habrían controlado los comerciantes escandinavos.

De los mercados de Samarcanda a los talleres de York

La circulación de dirhams hacia Escandinavia está bien documentada en los hallazgos del Báltico y Rusia, pero su presencia en el oeste y, en particular, en Inglaterra, resultaba menos evidente. El caso de Bedale demuestra que la plata oriental superó los límites de los territorios bálticos para penetrar en profundidad en el ámbito vikingo del Atlántico. Una vez en manos de los orfebres escandinavos, este metal asiático se fundía junto a la plata local o saqueada para fabricar joyas, collares y lingotes como los que se encontraron en el tesoro.

Ciudad islámica
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Tecnología, refinado y circulación

El papel de la cupelación

Una parte de los objetos de Bedale muestra signos de refinado por cupelación, un proceso que implica calentar la plata con plomo para eliminar las impurezas de cobre, zinc o estaño. Este procedimiento deja una huella isotópica del plomo empleado que, en este caso, es compatible con el que se encuentra en los yacimientos británicos. Todo ello indica que parte de la plata del tesoro de Bedale se fundió y refinó en Inglaterra.

Economía del peso y ausencia de monedas

Una de las peculiaridades de este conjunto metálico es que el tesoro carece de monedas. Este rasgo sugiere que se enterró antes de que York reanudara la acuñación de monedas hacia 895–900, o bien que su propietario prefirió almacenar plata bajo la forma de piezas pesadas. Tal elección encajaría, según el equipo investigador, con la economía del peso que predominaba en las comunidades vikingas, donde la plata circulaba cortada o fundida en lingotes.

Dirham
Dirham de Yazid II. Fuente: Wikimedia

Implicaciones históricas

El estudio del tesoro de Bedale proporciona un ejemplo extraordinario de cómo la arqueometría puede reconstruir las conexiones socioecnómicas globales de la Edad vikinga. La combinación de plata europea y oriental revela que el comercio y el intercambio cultural en el siglo IX tenían un alcance mucho mayor de lo que la arqueología tradicional podía documentar.

La presencia de plata islámica en un contexto inglés indica que los vikingos de York no solo saqueaban y comerciaban en las Islas Británicas, sino que participaban de manera activa en una red de alcance eurasiático. Esta red fue capaz de crear, en apenas unas décadas, un flujo de metales preciosos desde Irán hasta el norte de Inglaterra. La investigación demuestra, por tanto, la existencia de redes comerciales medievales que, atravesando miles de kilómetros y múltiples culturas, enlazaban el oeste europeo con los mercados islámicos orientales.

Referencias

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