El sector del motor está en plena transición. El consumo de vehículos ha cambiado tanto que las marcas hablan de convertirse en proveedores de soluciones de movilidad. Toyota pone el foco en la eficiencia, siendo pionera en el lanzamiento de sistemas de propulsión como la hibridación o la pila de combustible. Sin embargo, a los verdaderos apasionados de los coches, estas novedades nos dejan algo fríos. ¿Son funcionales? Por supuesto. ¿Son pasionales? No tanto. Por eso el lanzamiento del Toyota GR Yaris ha despertado tanta expectación. Al fin la firma nipona pone las cartas sobre la mesa y demuestra que no solo puede hacer coches útiles, también es capaz de ponernos los pelos de punta y disparar nuestra adrenalina. No os dejéis engañar por su nombre, el Yaris GR tan solo comparte el nombre con el utilitario de Toyota, nada más. Se trata del modelo más deportivo, vibrante y sorprendente del portfolio japonés, incluso por encima del Toyota Supra GR. Bajo el motor guarda un motor de 261 CV, combinado con una caja de cambios manual y un sistema de tracción total.
Si todavía no se han despertado todas tus alarmas te digo más: es un coche derivado del Mundial de Rallys. No tiene rival directo. Su carácter indomable lo hace muy superior al Ford Fiesta ST o al Mini John Cooper Works, dos coches de tracción delantera y comportamiento más refinado y predecible. Su precio, de 32 900 euros para el modelo de equipamiento base, no lo hace accesible, pero sí un sueño alcanzable para los más petrolheads. No tendría demasiado sentido gastarse tal cantidad en un modelo de 3,99 metros de largo y 174 litros de maletero, pero ¿Qué sería la vida sin los sinsentidos?
El sector del motor entero ha sido unánime con el Toyota GR Yaris: ha nacido una estrella. Su concepto, al margen de lo establecido, y su excelente rendimiento lo convertirán en un superventas. ¿El problema? El Yaris se fabrica en Motomachi (Japón) con gran presencia de procesos manuales que retrasan los tiempos de entrega. Toyota ya adelanta que solo se pueden producir 25 000 unidades al año, por ahora.
Un utilitario con carácter
El Toyota GR Yaris comparte muy poco con el modelo de producción que le da nombre. Sus cotas son de 3,99 metros de largo por 1,80 m de ancho y 1,46 m de alto, con una distancia entre ejes de 2,55 metros. Pesa solo 1 355 kilogramos y el año de la vía delantera es de 1,53 m por 1,57 m de la vía trasera.

Dos modelos, dos almas
El Toyota GR Yaris estará disponible en nuestro país en dos niveles de equipamiento. El primero, de serie, sale desde 32 900 euros. Con el Circuit Pack, casi obligatorio para este modelo, llegan los diferenciales delanteros y traseros tipo Torsen. Este sistema hará que el paso por curva sea coser y cantar, repartiendo la fuerza del motor a la rueda con más adherencia y evitando así posibles renuncias de potencia.

Más racing
El Circuit Pack también incorpora una suspensión GR de tarado más duro, las llantas forjadas de 18 pulgadas y los neumáticos Michelin Pilot Sport 4S de 225/40 en ambos ejes. El comprador podrá escoger entre el tono blanco Classic, rojo Emoción o negro Metalizado para el exterior.

¿Qué comparte con el Yaris?
El Yaris GR comparte algunos detalles con el modelo básico, pero muy pocos. Los grupos ópticos delanteros son los mismos, así como los espejos retrovisores y la aleta del techo. Todo lo demás ha sido adaptado a las necesidades aerodinámicas de un coche tan prestacional como radical. Por ejemplo, el techo es 94 milímetros más bajo en la parte posterior para crear un flujo de aire que pegue el Yaris GR al suelo.

Completamente diferente
Son muy pocas las piezas compartidas e incluso el chasis es diferente. La trasera del Yaris GR es más parecida a la de un CH-R, del que aprovecha el esquema de suspensión McPherson para dotarlo de mayor estabilidad. De esta forma gana 5 centímetros de anchura en el trasero, algo que se acentúa con los aletines más marcados y exagerados.

100% Toyota
Al inicio de la galería os hablamos del Toyota Supra GR. Es otro modelo prestacional de la firma, un Gran Turismo que comparte desarrollo con el BMW Z4. Esta vez, Akio Toyoda ha querido ir por libre y no compartir su proceso de creación con ninguna otra marca. Han sido capaces de hacerlo por su participación en el Mundial de Rallys (WRC) desde 2014. Una experiencia que les ha permitido lanzar un utilitario de carreras homologado.

Coche de culto
El resultado de dicho proyecto es el Toyota GR Yaris, un vehículo que desde su primer día se ha convertido en una pieza de culto. Su carrocería específica recurre a la silueta tres puertas para conseguir más ligereza. El peso ha sido una obsesión desde el principio, de ahí la utilización de la fibra de carbono en el techo.

Más firme
Para poder calzar un motor de 261 CV el Yaris GR ha necesitado de refuerzo en la estructura. Existen 259 puntos más de soldadura y 34,5 metros de adhesivo estructural repartidos por su chasis, que es capaz de circular a velocidades de escándalo sin apenas titubeos ni pérdidas de control.

¡Un tricilíndrico!
Cuando nos explicaron que el Yaris GR montaría un tricilíndrico nos vinimos abajo. Este tipo de motor, tan apretado, suele ofrecer un sonido poco agradable y una entrega de potencia algo aburrida e intermitente. Nada más lejos de la realidad. Al arrancar se deja notar ese sonidito, pero hasta aquí las sensaciones de un tricilíndrico. El 1.6 turbo entrega 261 CV de potencia y 360 Nm de potencia que, si tenemos en cuenta su peso, supone una relación de 4,9 kg/CV.

Prestaciones de escándalo
Este Yaris GR es capaz de alcanzar el 0 a 100 km/h en 5,5 segundos y una velocidad punta de 230 km/h limitada electrónicamente. Sin embargo, lo mejor son sus sensaciones al volante. La tracción integral, con ambos diferenciales, lo convierten en el amo de los tramos revirados, con una salida de curva espectacular y muy firme.

Para puristas
Lo mejor de todo el conjunto es su cambio manual. La palanca es corta, dura y muy rápida. Tiene un tacto metálico, como los de antes. Además, puedes activar una función que te ayuda a bajar de marcha sin reducir el giro del motor, como si hicieras el conocido punta-tacón.

¿Tiene algo negativo?
El único pero que le podemos encontrar es su precio, el sonido de los escapes hacia el exterior y la posición de conducción, algo alta para nuestro gusto. Es un vehículo capricho, sin demasiado sentido como único coche por sus cotas minúsculas. Sin embargo, su éxito está asegurado y no deberías tardar demasiado en decidir si quieres tenerlo en tu garaje.
