Te ofrecemos en primicia un capítulo completo de 'Zoonosis' de Rut Tutusaus: una mirada imprescindible a las enfermedades que nos conectan con los animales

Un avance exclusivo del nuevo libro de Rut Tutusaus que revela cómo las enfermedades zoonóticas viajan entre especies y por qué entenderlas es clave para proteger nuestra salud.
Te ofrecemos en primicia un capítulo completo de 'Zoonosis' de Rut Tutusaus: una mirada imprescindible a las enfermedades que nos conectan con los animales. Fuente: ChatGPT + Pinolia

Las zoonosis, enfermedades que se transmiten de los animales a los seres humanos, han acompañado nuestra historia desde tiempos ancestrales y siguen siendo una de las principales amenazas para la salud global. Desde virus emergentes hasta infecciones parasitarias, el contacto cada vez más estrecho entre especies, impulsado por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y nuestras propias prácticas ganaderas y de consumo, ha favorecido la aparición y expansión de estos patógenos. Entender las dinámicas de transmisión y los factores de riesgo no solo es clave para prevenir futuras pandemias, sino también para construir una relación más segura y respetuosa con el entorno natural.

En este contexto, la veterinaria Rut Tutusaus, especializada en medicina interna y divulgadora científica, ofrece una mirada profunda y accesible en su libro Zoonosis: las enfermedades que los animales te pueden contagiar (Pinolia, 2025). A través del capítulo que hoy compartimos, la autora combina evidencia científica, casos clínicos y reflexiones sobre el impacto humano en los ecosistemas, para ilustrar cómo nuestras acciones moldean el riesgo de zoonosis. Con un enfoque claro en el concepto de «una salud», Tutusaus invita a comprender que la salud humana, animal y ambiental forman un todo inseparable, cuya protección exige conocimiento, conciencia y cooperación global.

"Me arañó un lindo gatito: bartonelosis o enfermedad del arañazo de gato", por Rut Tu

Recibir un arañazo de gato es molesto, pero más aún si este acto viene acompañado de una enfermedad. Sí, estás escuchando bien, un simple arañazo de gato puede ser fuente de contagio para el ser humano. ¡Un arañazo puede llegar a provocar una zoonosis!

Para entender esta enfermedad, nos centraremos en las pulgas, el principal vector de la bartonelosis. Las pulgas, en concreto, la pulga del gato (Ctenocephalides felis) actúa como fuente de transmisión de esta bacteria.

Puede no ser un simple arañazo

La bacteria patógena, Bartonella henselae, se encuentra en las heces de las pulgas infectadas. Cuando un gato está infestado de pulgas, el rascado inevitable para aliviarse puede contaminar sus uñas, y si además se lame, puede también contaminar su boca. De forma que, si araña o muerde a una persona, puede transmitir la enfermedad.

Una vez más, vemos la importancia de una desparasitación adecuada y regular en los animales domésticos. Aunque los gatos callejeros, o aquellos con acceso al exterior, son los más propensos a infestarse con pulgas y ser portadores de la bacteria, cualquier gato puede infectarse, sobre todo si mantiene contacto con otros gatos. Además, se ha observado que los animales jóvenes presentan una mayor probabilidad de contagio por su carácter juguetón y poco temeroso.

Se estima que alrededor del 30 % de los gatos domésticos que viven en zonas urbanas pueden estar infectados por B. henselae, una cifra nada despreciable. Sin embargo, en los gatos callejeros, ese porcentaje asciende considerablemente a causa de su alta exposición.

Las pulgas prefieren los ambientes cálidos y húmedos, ya que estas condiciones permiten que proliferen y sobrevivan. Por tanto, en estas regiones habrá una mayor prevalencia de la enfermedad.

El control regular de las pulgas y el uso de antiparasitarios es fundamental para prevenir esta enfermedad. Además, se recomienda limitar las salidas al exterior de los gatos o que estas sean supervisadas.

La ventaja de la bartonelosis es que no suele causar una alta mortalidad. En personas sanas, la enfermedad es benigna y autolimitada, lo que significa que no representa un riesgo importante para la vida y que suele haber una recuperación rápida sin necesidad de tratamiento.

Esta ilustración revela el mecanismo de transmisión donde la bacteria Bartonella utiliza a la pulga como vector, pasando de animales (principalmente gatos) a huma- nos. Un ejemplo perfecto de cómo las enfermedades zoonóticas atraviesan barreras entre especies, reforzando la necesidad del enfoque One Health en la vigilancia y control de patógenos emergentes. Fuente: Zoonozis (Pinolia)

Unos ganglios dolorosos

El cuadro clínico de la enfermedad puede recordar al del resfriado común, aunque con algunas diferencias. Aparece fiebre, que puede ir de leve a moderada, muy frecuentemente cefaleas, fatiga intensa, y una linfadenopatía, un síntoma muy característico de los procesos infecciosos. Los ganglios linfáticos que suelen verse afectados son los más próximos al lugar de la infección, con mayor frecuencia se ven afectados los ganglios axilares, seguidos de los cervicales, inguinales y femorales.

También es muy característico que, alrededor del ganglio inflamado, aparezca una zona enrojecida, caliente y dura, lo que provoca malestar en el enfermo.

Una desventaja para el ser humano es que los gatos infectados pueden ser portadores asintomáticos. Sin embargo, los animales inmunodeprimidos pueden manifestar sintomatología, especialmente aquellos gatos afectados por inmunodeficiencia felina o por leucemia.

Bartonella henselae

Centrándonos en la bacteria responsable del proceso, B. henselae, esta puede transmitirse a través de pulgas (Ctenocephalides felis) y también se han documentado casos de transmisión por garrapatas, aunque su papel como vector es menos importante. Su transmisión es más prevalente en invierno y en otoño, y en regiones cálidas y húmedas, ya que ofrecen las condiciones óptimas para la supervivencia de los vectores.

Un dato importante es que B. henselae puede sobrevivir también fuera del huésped, lo que facilita mucho más el contagio al humano, aunque es menos probable esta vía en comparación al contacto con animales infectados.

B. henselae es el agente etiológico identificado más recientemente. Aunque ya se sospechaba de su existencia mucho antes, la bacteria fue identificada en la década de 1990, lo que confirmó su papel en la bartonelosis.

Ctenocephalides felis. Fuente: Wikipedia

Ciclo de vida de la pulga

Para entender la transmisión de la enfermedad del animal al ser humano se ha de conocer el ciclo de su vector principal, la pulga. Las pulgas, antes de llegar a la etapa adulta, pasan por tres fases: huevo, larva y pupa. El ciclo completo puede durar hasta tres semanas en función de si las condiciones ambientales son favorables.

Huevo

  • Las hembras adultas pueden depositar en la piel de su huésped hasta cincuenta huevos al día. Por su morfología tienden a resbalarse y caer del pelaje del animal y contaminar el suelo.
  • Los huevos no tienen capacidad para producir infección, pero, por supuesto, contienen futuras pulgas.

Larva

  • De los huevos emergen larvas móviles que se desplazan buscando lugares oscuros y húmedos. Durante esta fase se alimentan de restos orgánicos y de pulgas adultas. En algunos casos, estas formas adultas contienen patógenos que infectan a las pequeñas larvas.
  • Las larvas no intervienen directamente en la infección hacia el ser humano, pero, si continúan desarrollándose, se convierten en peligros potenciales.

Pupa

  • Antes de convertirse en individuos adultos, las larvas forman un capullo resistente en el que se desarrollan. Esta forma de vida resiste a las condiciones adversas, como temperaturas bajas o falta de alimento. Las pupas permanecen viables, incluso durante meses, en sus capullos hasta detectar un huésped adecuado.
  • Esta fase tampoco representa un peligro de infección directa para el humano, pero garantiza perpetuar el ciclo.

Adulto

  • Cuando la pupa detecta un huésped cercano (gato o humano), emerge de su estado de latencia ya como pulga adulta, contacta con el huésped y comienza a alimentarse de su sangre.
  • Es en esta fase adulta cuando actúan como vectores de bartonelosis en el humano.
  • Las pulgas adultas contaminan el ambiente con sus heces, y perpetúan de esta manera el ciclo y su supervivencia.

En la descripción del ciclo de vida de la pulga hemos considerado que las larvas se infectan al alimentarse de heces de pulgas infectadas. Sin embargo, si esto no ocurriera y las pulgas llegaran a la fase adulta sin estar infectadas, pueden adquirir la bacteria más adelante tras alimentarse de la sangre de su reservorio principal, el gato. Por otro lado, si una pulga adulta se alimenta de un ser humano infectado, no adquirirá la bacteria ni contribuirá a su transmisión. Esto se debe a que la bacteriemia en humanos suele ser transitoria y controlada por el sistema inmunitario, lo que impide que la bacteria alcance niveles suficientes en la sangre para infectar a la pulga. La infección en humanos es transitoria, pues, en definitiva, son huéspedes accidentales en el ciclo de la pulga.

Fuente: ChatGPT / E. F.

¿Cómo nos deshacemos de las pulgas del entorno?

Si observas a un animal con pulgas, lo normal es que lo desparasites rápidamente, pero, ahora que conoces el ciclo de estos parásitos, también intentarás desinfectar el entorno.

En todas las fases de su ciclo vital, la pulga se localiza en el ambiente, menos, en la etapa adulta, en la que permanece en su huésped. Por este motivo es tan necesario controlar la presencia de las pulgas en sus distintas fases en el entorno para acabar con ellas. Si tan solo se trata al animal, y este permanece en el mismo ambiente, se volvería a infectar rápidamente.

El aspirado regular y profundo ayudará a eliminar las larvas y los huevos escondidos en alfombras, grietas, muebles o en el tejido del sofá, especialmente en aquellas zonas de mayor oscuridad. Siempre se debe prestar más atención a las zonas de descanso del animal y sus proximidades.

El lavado de los tejidos, como mantas y cojines, se hará con agua caliente (mínimo 60 ºC) para después proceder a un secado a altas temperaturas, pues favorece la eliminación de estos parásitos.

Asimismo, existen productos químicos específicos para exterminar a las pulgas en sus etapas de huevo y larva, así como inhibidores de crecimiento de insectos llamados IGR.

Por supuesto también existen remedios naturales, como la tierra de diatomeas, que actúa deshidratando y matando tanto a las pulgas como a las larvas, y el vinagre blanco, muy útil para la limpieza y también frente a las pulgas.

Como vemos, las pulgas son fuente de algunas enfermedades zoonóticas en las que actúan como vectores principales. Otras zoonosis provocadas o facilitadas por pulgas son la peste (Yersinia pestis), que analizaremos en el siguiente apartado; el tifus murino (Rickettsia typhi), una enfermedad que afecta sobre todo a los roedores y que puede ser transmitida a los humanos a través de las pulgas; dipilidiosis (Dipylidium caninum), un parásito intestinal que afecta a perros y gatos principalmente, aunque también a humanos (lo estudiaremos en el capítulo dedicado a las zoonosis parasitarias), y la helmintiasis o enfermedad causada por parásitos intestinales, que puede infectar al humano.

El éxito en el control de las enfermedades provocadas por pulgas se basa en una correcta desparasitación y en un control veterinario regular. La bartonelosis o enfermedad del arañazo de gato no es una zoonosis muy frecuente en la actualidad, pero su baja incidencia ha sido fruto del éxito en la aplicación de controles de pulgas y en mantener una higiene óptima tras el contacto con gatos, especialmente en personas inmunodeprimidas.

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