¿Se puede orinar con el pene erecto?

Orinar con el pene erecto es un desafío debido a los complejos mecanismos fisiológicos que regulan la erección y la micción. Durante la erección, el sistema nervioso parasimpático relaja los vasos sanguíneos del pene, llenándolo de sangre, mientras que el sistema simpático, encargado de la micción, se inhibe.
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Es prácticamente imposible; lo saben los que se despiertan con el ánimo levantado. Sólo los bebés pueden hacer pipí con el miembro en erección. No obstante, hay hombres que, con dificultad, son capaces de orinar con el pene erecto en su primera fase, la tumescencia. Pero, salvo que haya problemas físicos, no es posible en la segunda, esto es, cuando el pene está completamente rígido. El esfínter de la vejiga se cierra, se conectan los conductos seminales y se desconectan los urinarios. El cuerpo se prepara para impedir que al eyacular salga también orina, porque esto disminuiría el potencial reproductor.

La fisiología detrás de la erección

Durante una erección, el sistema nervioso parasimpático permite que los cuerpos cavernosos en el pene se llenen de sangre, creando así la erección. Por otro lado, la micción está controlada por el sistema nervioso simpático, que relaja los músculos de la vejiga y permite que la orina fluya hacia afuera.

El papel del sistema nervioso: parasimpático y simpático

La erección del pene es un proceso complejo que involucra el sistema nervioso parasimpático. Este sistema es el responsable de relajar los vasos sanguíneos en los cuerpos cavernosos del pene, permitiendo que se llenen de sangre y, por tanto, provocando la erección. Por otro lado, la micción está controlada por el sistema nervioso simpático, que actúa relajando los músculos de la vejiga para permitir la salida de la orina. Esta diferencia en el control nervioso es lo que complica la coexistencia de ambos procesos.

Durante una erección, el sistema nervioso parasimpático toma el control, priorizando el flujo sanguíneo hacia el pene. Esto contrasta con la función del sistema simpático durante la micción, que se ve inhibida. Como resultado, el cuerpo prioriza la erección sobre la micción, dificultando o incluso imposibilitando el acto de orinar.

Además, la activación del sistema parasimpático no solo promueve la erección, sino que también inhibe la función del esfínter urinario, un músculo crucial para el control de la micción. Esta inhibición hace que el esfínter permanezca cerrado durante la erección, impidiendo físicamente el paso de la orina.

La erección y el pis son fenómenos que no se llevan muy bien. Foto: Pexels/Deon Black.

Fases de la erección: desde la tumescencia a la rigidez completa

La erección se desarrolla en varias fases, comenzando con la tumescencia, donde el pene empieza a llenarse de sangre y se endurece parcialmente. En esta etapa inicial, algunos hombres pueden experimentar la capacidad de orinar, aunque con cierta dificultad, debido a que el esfínter no está completamente cerrado. Sin embargo, esta capacidad disminuye a medida que la erección avanza hacia la rigidez completa.

En la siguiente fase, el pene alcanza su máxima rigidez, y el esfínter urinario se cierra completamente. Este cierre es una medida protectora del cuerpo para evitar la mezcla de orina y semen durante la eyaculación, lo que podría comprometer el potencial reproductor del hombre. En esta fase, orinar se vuelve prácticamente imposible.

La transición de la tumescencia a la rigidez completa está diseñada para optimizar la función reproductiva. El cuerpo humano, a través de millones de años de evolución, ha desarrollado este mecanismo para asegurar que la eyaculación sea eficiente y sin interferencias, lo que incluye la prevención de la micción durante este proceso.

¿Por qué es difícil orinar con una erección?

Al experimentar una erección se da un proceso opuesto al que ocurre al miccionar. La vejiga es el obstáculo, ya que su esfínter se cierra cuando el pene está erecto. Por así decirlo, el cuerpo tiene que elegir entre un proceso u otro, ya que los dos implican la expulsión de líquido por la uretra.

El cierre del esfínter de la vejiga

El esfínter de la vejiga juega un papel crucial en la regulación de la micción. Durante una erección, este músculo se cierra firmemente para evitar la salida de orina. Este cierre es una respuesta automática del cuerpo que asegura que la uretra, el conducto que transporta tanto orina como semen, esté completamente dedicada al paso del semen durante la eyaculación.

Este mecanismo de cierre es controlado por el sistema nervioso parasimpático, que prioriza la función reproductiva sobre la excreción urinaria. Al cerrarse el esfínter, se garantiza que la orina no interfiera con la liberación de semen, lo cual es vital para la fertilidad masculina.

El cierre del esfínter no solo impide la micción, sino que también protege al sistema reproductor de posibles infecciones que podrían ser causadas por el paso de orina durante la eyaculación. Esta protección es esencial para mantener la salud del tracto reproductor masculino.

Conexión y desconexión de conductos seminales y urinarios

Durante una erección, el cuerpo masculino realiza una serie de ajustes internos para preparar el sistema reproductor para la eyaculación. Uno de estos ajustes es la conexión de los conductos seminales y la desconexión de los urinarios. Este proceso asegura que el semen pueda ser eyaculado sin interferencias.

La conexión de los conductos seminales permite el paso del semen desde las vesículas seminales hacia la uretra. Simultáneamente, los conductos urinarios se desconectan para evitar que la orina se mezcle con el semen, lo que podría afectar la calidad del esperma y, por ende, la fertilidad.

Esta desconexión de los conductos urinarios es un proceso controlado por el sistema nervioso autónomo y es crucial para mantener la función reproductiva del hombre. Al separar estos conductos, el cuerpo garantiza que cada función se realice de manera óptima y sin interferencias.

Representación del interior de una vejiga. Wikimedia Commons.

¿Es malo orinar con una erección?

Protección del potencial reproductor

El cuerpo humano está diseñado para proteger su capacidad reproductiva, y el mecanismo que impide orinar durante una erección es un claro ejemplo de ello. Al cerrar el esfínter urinario y desconectar los conductos urinarios, el cuerpo se asegura de que la eyaculación sea un proceso limpio y eficiente, maximizando el potencial reproductor del hombre.

Este mecanismo también evita que la orina, que es ácida y podría dañar el esperma, se mezcle con el semen. Cualquier alteración en este proceso podría comprometer la viabilidad del esperma y, por tanto, la fertilidad masculina. Por ello, el cuerpo ha evolucionado para evitar la micción durante la erección.

Además de proteger la fertilidad, este mecanismo también previene posibles infecciones que podrían derivarse de la mezcla de orina y semen. Al mantener estos fluidos separados, se minimiza el riesgo de infecciones urinarias o reproductivas.

Consecuencias de intentar orinar con el pene erecto

Intentar orinar con el pene erecto puede ser incómodo e incluso doloroso. El esfuerzo por forzar la micción puede causar tensión en los músculos del esfínter y del tracto urinario, lo que podría resultar en molestias o incluso en lesiones menores.

Además, intentar orinar en esta situación podría llevar a una micción incompleta, lo que significa que no se vacía completamente la vejiga. Esto puede incrementar el riesgo de infecciones urinarias, ya que la orina residual en la vejiga puede convertirse en un caldo de cultivo para bacterias.

Por estas razones, es recomendable esperar a que la erección disminuya antes de intentar orinar. No solo es más cómodo, sino que también es más seguro para la salud del tracto urinario y reproductivo.

¿Puede un hombre orinar mientras tiene relaciones?

La imposibilidad durante la segunda fase de la erección

Durante las relaciones sexuales, el pene se encuentra en su estado de máxima rigidez, lo que corresponde a la segunda fase de la erección. En esta etapa, el esfínter urinario está completamente cerrado y los conductos urinarios desconectados, haciendo que la micción sea prácticamente imposible.

Esta imposibilidad es una medida protectora del cuerpo para asegurar que la eyaculación sea eficiente y sin interferencias. Intentar orinar durante las relaciones no solo es difícil, sino que también puede ser perjudicial para la salud reproductiva.

La naturaleza ha diseñado este mecanismo para garantizar que el proceso reproductivo se realice de manera óptima. Cualquier intento de alterar este proceso puede tener consecuencias negativas para la salud y la fertilidad masculina.

Excepciones: bebés y la fase de tumescencia

Aunque es prácticamente imposible para los hombres adultos orinar con el pene completamente erecto, los bebés pueden hacerlo debido a que su sistema nervioso y muscular aún no está completamente desarrollado. Para un cuerpo de bebé, los mecanismos de control del esfínter no están tan definidos, lo que permite que puedan orinar incluso durante una erección.

En adultos, la única excepción podría ser durante la fase de tumescencia, cuando el pene aún no ha alcanzado su rigidez completa. Durante la etapa adulta, algunos hombres pueden orinar con dificultad, aunque no es lo más común ni recomendable.

Es importante entender que estas excepciones no son la norma y que forzar la micción durante una erección puede tener consecuencias negativas para la salud. Por ello, es mejor esperar a que la erección disminuya antes de intentar orinar.

Es prácticamente imposible orinar con el pene erecto. - iStock

Preguntas frecuentes sobre orinar con el pene erecto

Recogemos las dudas más comunes sobre esta imposibilidad. Resolverlas es una cuestión de salud, ya que intentarlo puede ser nocivo tanto para la uretra como para el aparato reproductivo en su totalidad.

¿Por qué no se puede orinar con una erección?

La imposibilidad de orinar con una erección se debe principalmente al cierre del esfínter urinario y a la desconexión de los conductos urinarios. Estos mecanismos son controlados por el sistema nervioso parasimpático, que prioriza la función reproductiva sobre la excreción urinaria.

Este proceso asegura que la eyaculación sea eficiente y sin interferencias, protegiendo tanto la fertilidad como la salud del tracto reproductor masculino. Intentar orinar durante una erección puede ser incómodo y potencialmente perjudicial.

Además, la separación de los conductos urinarios y seminales previene la mezcla de orina y semen, lo que podría afectar la calidad del esperma y aumentar el riesgo de infecciones.

¿Qué hacer si se siente la necesidad de orinar mientras está erecto?

Si se siente la necesidad de orinar mientras se está erecto, lo más recomendable es esperar a que la erección disminuya antes de intentar orinar. Esto no solo es más cómodo, sino que también es más seguro para la salud del tracto urinario y reproductivo.

Durante la espera, se pueden realizar actividades que ayuden a reducir la erección, como cambiar de posición o pensar en algo diferente. Estas acciones pueden ayudar a que la erección disminuya más rápidamente, permitiendo una micción más fácil y segura.

Es importante no forzar la micción durante una erección, ya que esto puede causar molestias y aumentar el riesgo de infecciones urinarias. Esperar a que la erección disminuya es la mejor opción para proteger la salud masculina.

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