En el siglo XVI, había minas de plata en la ciudad bohemia de Joachimsthal, entonces parte del imperio de Carlos V. La moneda acuñada con este metal, que se convirtió en la pieza estándar para comerciar en Europa, se llamó joachimsthaler, aunque luego se adoptó la forma abreviada de thaler. En España, el vocablo derivó a dólar.
Cuando en 1610 se empezaron a acuñar en la América hispana monedas de 8 reales, se bautizaron como dólares españoles. Estos tenían en una de sus caras las columnas de Hércules enlazadas por una banda en forma de S con la inscripción plus ultra. Durante la guerra de la independencia americana hubo tal escasez de libras que se adoptó el dólar español, y al crearse los Estados Unidos en 1776, el dólar -dollar, en inglés- pasó a ser la moneda oficial.
Con una presencia global, el dólar se despliega en varias formas a lo largo del mundo, sirviendo como la moneda oficial de diversos países. El dólar estadounidense (USD) destaca como la principal divisa de los Estados Unidos y una moneda de reserva internacional. A su lado, el dólar canadiense (CAD), el dólar australiano (AUD), el dólar neozelandés (NZD), el dólar de Singapur (SGD), y el dólar de Hong Kong (HKD) también cumplen funciones monetarias esenciales en sus respectivos territorios. Cada uno con sus características y valor propio, estos dólares ofrecen una visión de la diversidad económica y geográfica en la que se encuentran arraigados.