Estamos metidos de lleno en las navidades y todos los lugares, en mayor o menor medida, se convierten en paraísos invernales con los mercadillos navideños como estrella para los visitantes de dentro y fuera de España.
Como curiosidad, los mercados navideños tienen una larga tradición que se remonta a la Edad Media y tienen su origen en Alemania. El mercadillo navideño más antiguo que se conoce es el de Dresden Striezelmarkt, celebrado en 1434. Aunque no eran como los actuales, sí que se preparaban para proporcionar a los lugareños alimentos y suministros prácticos para la temporada de invierno, y poco a poco fueron evolucionando hasta los bulliciosos y llenos de aromas y delicias que son hoy.

Uno de los principales placeres de los mercadillos navideños es el ambiente festivo que crean. Los mercados suelen estar adornados con hileras de luces, adornos y árboles de Navidad por doquier. La música también es protagonista, con villancicos y grupos tocando canciones populares navideñas. Todo ello resume a la perfección el espíritu de la temporada.
Y para vivirlo como nunca, qué mejor que dar un paseo por los mejores mercadillos españoles:
Fira de Santa Llúcia, Barcelona
La Fira de Santa Llúcia, que data de 1786, es uno de los mercadillos navideños más antiguos, famosos y queridos de España. Ubicado en el Barrio Gótico frente a la Catedral de Barcelona, este mercado es un auténtico festín para todos los sentidos. Prepárate, porque cuenta con más de 300 puestos que venden de todo, desde belenes y adornos hechos a mano hasta muérdago y árboles de Navidad. Tampoco pueden faltar los caganers, figura típica de los belenes catalanes. Las actuaciones de coros y los bailes tradicionales se suman también al ambiente festivo, lo que convierte a la Fira de Santa Llúcia en un destino de visita obligada durante la temporada navideña.

Madrid
En la capital de España contamos con varios mercados navideños; cada uno de ellos ofrece una experiencia única. El Mercado de Navidad de la Plaza Mayor, con una historia que se remonta al siglo XVII, es el más tradicional y famoso. Aquí encontrará más de 100 puestos de madera que venden artesanías, decoraciones y artículos de "broma" orientados al Día de los Santos Inocentes, que se celebra cada año el 28 de diciembre. De la misma forma, el Mercado de Navidad de la Plaza de Jacinto Benavente es otro destacado mercadillo, conocido por sus productos artesanales y puestos de comida. Quizá el lugar más popular sea el mercado de la Plaza de España, que ofrece un sabor internacional con su "Feria de las Culturas", que presenta tradiciones navideñas de todo el mundo en un marco incomparable.

Málaga
En el corazón de la Costa del Sol, el Mercado Navideño de Málaga aporta un toque de encanto andaluz a la temporada navideña. El centro histórico de la ciudad se convierte en un paraíso invernal, las calles rebosan de luz, música y vida. Los turistas se toparán con una gran variedad de puestos que ofrecen artesanías hechas a mano, productos alimenticios regionales y regalos únicos. Uno de los aspectos más destacados de la ciudad es el impresionante espectáculo de luces navideñas en la calle Larios que cada año atrae a más personas de todas las nacionalidades.

Bilbao
La ciudad vasca de Bilbao alberga su propio mercado navideño único con venta de todo tipo de productos de la cocina vasca, juguetes, etc... y tampoco puedes olvidar, frente al mercadillo, lo que se conoce como "Gabonart", una feria de artesanía de Navidad que presenta una combinación de puestos tradicionales y modernos.
Granada
A la sombra de la majestuosa Alhambra (en la andaluza ciudad de Granada), el Mercado de Navidad de Granada añade un toque de magia a la temporada navideña; es una deliciosa mezcla de herencia árabe y tradiciones navideñas españolas. ¿Qué encontrarás aquí? Puestos con cerámica y joyería hechas a mano, pero también dulces y pasteles tradicionales. Y mucha, mucha música.
En general, los mercadillos navideños son lugares donde personas de todas las edades se reúnen para celebrar las fiestas navideñas y estos rincones tan entrañables suelen ofrecer entretenimiento como música en vivo, villancicos y bailes tradicionales, a la par que comida y bebida donde todo el mundo puede encontrarse en familia.