¿Somos lo que dicta nuestro ADN? Los catedráticos en psicología diferencial y psicobiología, Roberto Colom y Juan Ramón Ordoñana, respectivamente, se han unido para responder a esta compleja pregunta en ‘Eres tu ADN’ (ARIEL), un libro que reivindica el papel de la genética en el estudio del comportamiento humano sin caer en reduccionismos. Con un enfoque provocador pero riguroso, los autores desmontan mitos como el del “gen de la inteligencia” o el “gen de la infidelidad” y recuerdan que ninguna característica psicológica nace solo de los genes… ni únicamente del entorno. “Explicar el comportamiento atendiendo solo a los genes —dicen— es como pintar un cuadro con la mitad de los colores”.
¿Qué os llevó a escribir ‘Eres tu ADN’? ¿Cuál era la necesidad divulgativa que sentíais que debíais cubrir?
Roberto Colom (R.C): Esto proviene de nuestros campos disciplinarios. Yo vengo de la psicología diferencial y Juan Ramón de la genética del comportamiento. Ambas cosas llevan muchos años trabajando sobre la pregunta de qué nos hace diferentes, y esencialmente hay dos respuestas: nuestras características genéticas diferenciales, y las circunstancias. En ambas disciplinas hemos visto a lo largo de los años la enorme carencia de conocimientos que hay a nivel general para interpretar correctamente qué hemos descubierto en la investigación científica.
Juan Ramón Ordoñana (J.R.O): Y esa necesidad de dar información es más perentoria ahora por la enorme cantidad de información relacionada con la genética que está apareciendo. Observamos que surgen continuamente noticias alrededor de aspectos genéticos que tienen que ver con la conducta.

¿A qué tipo de lector va dirigido este libro? ¿Puede disfrutarlo alguien sin conocimientos previos en genética o psicología?
R.C.: El público que está interesado en aprender algo nuevo sobre ciencia recurre a fuentes de documentación fiable, y ese porcentaje no es muy elevado, hablamos de un 15 % de la población. Lo que nosotros hacemos es divulgación científica explicando las cosas de una forma sencilla para que cualquier persona con un nivel cultural medio lo pueda entender.
J.R.O.: Y entendemos que los lectores de Muy Interesante entran dentro de ese grupo, porque ya muestran un interés, valga la redundancia, en aspectos muy variados como todos los que trata la revista.
¿Cómo fue vuestra colaboración? ¿En qué os complementáis como coautores?
R.C.: ¡Nos lo pasamos muy bien trabajando juntos! Compartimos un lenguaje científico común. No es tan fácil que dos académicos, además de dos centros diferentes, se entiendan cuando hablan. Y en nuestro caso ha sido muy sencillo comunicarnos, porque compartimos paradigma. Lo que él hace complementa lo que yo hago, y al revés. Acordamos qué tipo de temáticas podían ser más interesantes para transmitir a la audiencia a la que nos dirigíamos. Y hecho eso, nos pusimos a escribir.
J.R.O.: Y ponerse a escribir cuando las cuestiones de fondo están claras hace que todo sea más fácil.
¿Cuál diríais que es la idea más sorprendente que se llevará el lector de ‘Eres tu ADN’?
R.C.: La temática atrae muchísimo. Y nos llama la atención cómo el título llama la atención de los lectores.
J.R.O.: Sí, yo diría que el título es seductor y provocador, y en realidad lo que pretende es reivindicar el papel del ADN en las ciencias sociales. Reivindicamos la existencia del ADN como base, como estructura principal del inicio de la construcción de la estructura de nuestro edificio psicológico. Durante toda la mitad del siglo XX, hablar de ADN y comportamiento a la vez era un anatema. Poco a poco se ha ido haciendo y en España ya es clara la acumulación de evidencias de que realmente existe una influencia de los factores genéticos en el comportamiento, aunque nos encontramos con una aceptación a regañadientes, es decir, sí, pero poco. Nadie piensa que solo somos ADN. Tratar de explicar el comportamiento atendiendo solo a los genes es como tratar de pintar un cuadro con la mitad de los colores. Si lo hacemos así, siempre nos vamos a quedar a medias.
¿Hasta qué punto nuestro comportamiento está escrito en nuestro ADN? ¿Hay una línea que diga dónde termina la genética y empieza el entorno?
J.R.O.: Nosotros no enfocamos esto pensando que algo empieza y algo termina en algún sitio, sino que hablamos de una interacción continua. No hay baile si no hay dos actores que están continuamente bailando.
R.C.: ¡Es que eso depende de un montón de cosas! Para empezar, depende de la característica psicológica que tengamos en cuenta, y mucho del tipo de circunstancias.

¿Qué papel juegan los genes en rasgos como la inteligencia, la empatía o la impulsividad?
J.R.O.: En realidad lo que los genes proporcionan es la estructura de partida de nuestro edificio. Después de nuestra concepción, no somos mucho más que eso. Y es en ese ADN donde van a estar todos los planes de ese edificio para saber dónde tienen que ir las vigas, las columnas, los ladrillos, dónde están las cañerías, qué grosor han de tener y cómo ha de ser su funcionamiento. Si lo miramos a grandes rasgos no hay grandes diferencias entre nuestro sistema nervioso, pero si nos vamos a los pequeños detalles sí aparecen esas diferencias, y esas son las que van a ser la base de las diferencias que se van a ir formando dentro de ese edificio con la incorporación de muebles, pinturas… ¿Qué tendremos al final? Un hogar. ¿Y qué es el hogar? Pues ni las cuatro paredes, ni el contenido. Lo es todo.
R.C.: Cualquier característica psicológica que contribuye a entender lo que somos está influida por la genética.
Muy poco se sabe de esto, aunque ahora se habla mucho más. ¿Cómo ha cambiado nuestra percepción de hasta qué punto influye nuestra genética en nuestra personalidad? ¿Se puede decir eso de “tengo mal carácter porque lo he heredado”?
R.C.: Nosotros somos lectores ávidos de la información que aparece en los medios de comunicación que tiene que ver con esta temática, y gracias a eso hemos incluido en el libro ejemplos de errores y equívocos. Un objetivo fundamental del libro es justamente corregir ese tipo de información equivocada.
J.R.O.: Muchas veces lo entiende mejor la gente de la calle que los propios académicos, porque ponen menos pegas. Hay estudios que demuestran que los que mejor aciertan el peso que tienen los factores genéticos y los ambientales a la hora de producir diferencias entre los individuos son los maestros y las madres de muchos hijos, porque son los que tienen la experiencia de ver diversidad. Nadie puede sostener ‘yo nací tal como soy ahora’. Ni nacimos con todo ni con tabla rasa.
¿Qué mitos sobre la genética y la personalidad os gustaría desmontar con este libro?
R.C.: El concepto de heredabilidad. Creo que hacemos un esfuerzo rotundo en el libro para explicarlo con claridad. (No haremos espóiler).
J.R.O.: Hay un mito importante que es el que dice que hay un gen para cada cosa. En prensa se lee y se escucha, por ejemplo, que hay un gen guerrero, un gen de la infidelidad, un gen de la inteligencia, un gen de la depresión, un gen de la timidez… y la realidad es que no hay genes específicos para este tipo de cosas. Hay genes que actúan en el sistema nervioso que hacen que dicho sistema responda de manera mejor o peor ante situaciones en las que, por ejemplo, tienes que enfrentarte al público, y tu sistema de recompensa funciona de una manera u de otra ante ese tipo de estímulos.
¿Estamos preparados, como sociedad, para convivir con esta información?
J.R.O.: Creo que la sociedad necesita información. No se puede asumir algo que desconoces. Una de las cosas en las que más recursos se han invertido es en tratar de ver qué factores genéticos están detrás de los problemas de salud mental, en tratar de encontrar qué genes hay detrás de la esquizofrenia. Sabemos que esta tiene una influencia genética importante —su heredabilidad es de un 80 %—, pero no conocemos exactamente qué genes están asociados a ella, y cuando los encontramos tampoco sabemos qué hacen.
R.C.: Lo que está claro es que, si somos capaces de leer el genoma y calcular una puntuación que resuma todo lo que tiene que ver a nivel genético con la esquizofrenia antes de que se manifiesten los síntomas, quizá podamos hacer labores de prevención.
¿Creéis que viviremos con un "perfil genético" como hoy vivimos con un DNI?
R.C.: En Reino Unido ya han aprobado que en los próximos 10 años van a hacer a todos los recién nacidos un análisis de genoma completo, con el objetivo de poder mejorar el sistema sanitario. Si en un bebé identifican un conjunto de marcadores que le hacen especialmente proclive a la esquizofrenia, se podrá hacer una labor de prevención que luego reduzca gastos sanitarios a largo plazo.
J.R.O.: Eso tiene una serie de implicaciones, y no solo a nivel preventivo, que son muy interesantes y valiosas, que van a cambiar la forma en la que nos enfrentamos al tratamiento y a la prevención de distintos trastornos.

El riesgo es que esa información se use para justificar desigualdades sociales, educativas, económicas…, y estigmatice
R.C.: Tenemos un capítulo en el libro que justamente se llama el estigma del ADN.
J.R.O.: Evidentemente este tema tiene su lado oscuro, que es muy peligroso. Ya hay revistas planteando que vamos a tener muchas más capacidades de análisis del genoma, y de edición del genoma, y que debemos reflexionar sobre ello antes de que ocurra. Al final habrá intereses comerciales que podrán utilizar desde ese lado oscuro toda esta información y todas estas capacidades que ahora mismo estamos adquiriendo.
Si pudierais incluir una página al libro para añadir algo que se quedó fuera, ¿cuál sería?
R.C.: Yo daría un toque de atención a nuestros colegas que están empezando a colaborar muy seriamente con empresas comerciales que están dedicadas a la lectura del ADN para seleccionar, por ejemplo, embriones a medida, y lo están haciendo con poco filtro.
J.R.O.: Quizá añadiría un capítulo para abordar cómo podemos limitar que se use la ciencia del ADN para justificar ciertos planteamientos políticos, o cómo podemos hacer que los supremacistas no se agarren al ADN para decir que el suyo es mejor que el del vecino.
Sumarios
- “El título de nuestro libro es seductor y provocador, y pretende reivindicar el papel del ADN en las ciencias sociales.”
- “Es clara la acumulación de evidencias de que existe una influencia de los factores genéticos en el comportamiento.”
- “Cualquier característica psicológica que contribuye a entender lo que somos está influida por la genética.”
- “Nadie puede sostener ‘yo nací tal como soy ahora’. Ni nacimos con todo ni con tabla rasa.
- “Ni hay un gen guerrero, ni uno de la infidelidad, ni otro de la inteligencia u otro de la timidez… no hay genes específicos para este tipo de cosa.”
Los autores
Roberto Colom es catedrático de psicología diferencial en la Universidad Autónoma de Madrid. Forma parte de una selecta lista elaborada por la Universidad de Stanford (USA) que recoge a los científicos más relevantes a nivel internacional. Es autor de más de veinte libros y de más de ciento setenta artículos científicos. Invitado por asociaciones científicas a impartir conferencias plenarias, practica la divulgación científica en distintos medios.
Juan Ramón Ordoñana es catedrático de psicobiología en la Universidad de Murcia (UM) e Investigador Principal en el Instituto Murciano de Investigación Biomédica. Ha sido investigador visitante en el Social, Genetic and Developmental Psychiatry Centre del King’s College de Londres, la VU University en Ámsterdam y el QIMR Berghofer Medical Research Institute en Brisbane, Australia. Autor de más de 120 artículos científicos y miembro de la Asociación de Genética de la Conducta (Behavior Genetics Association), su última obra es Genética del Comportamiento (2023).