¿Cuál es el origen de la expresión ‘craso error’?

Esta expresión de origen latino se utiliza para referirse a un error imperdonable o muy grave y guarda una curiosa relación con el militar Marco Licino Craso.
Marco Licino Craso

Las lenguas son como un ser vivo, capaces de crecer y adaptarse a las condiciones del entorno en el que se encuentran. Milenios de desarrollo y cambio han hecho de ellas un mundo propio plagado de normas y licencias, préstamos, nuevos términos que se unen a los antiguos y expresiones particulares con carácter propio. Pero, con todo, las lenguas no dejan de ser un invento humano y por ello eternamente vinculado a su mundo y a lo que ocurre en él. Un ejemplo de esto es la expresión “craso error”, que proviene del latín y se usa para referirse a una equivocación fatal desde los tiempos de la República de Roma.

La evolución de las lenguas y su impacto en las expresiones

Origen del término “craso error” en el latín

La palabra craso es un término heredado de la forma latina crassus que significa “grueso”, “gordo” o “grande”. Como adjetivo, este era utilizado en la expresión Crassus Errare para referirse a un fallo o error que no tiene explicación lógica ni merece perdón.

Significado de "craso": más allá de lo literal

Aunque "craso error" era una expresión habitual y que no tenía nada de especial, el destino quiso que “craso” se relacionara con un personaje histórico y permaneciera ligado a él para la posteridad. Se trata de Marco Licino Craso.

Cabeza de mármol de Craso. Fuente: Wikimedia

Marco Licino Craso: el hombre detrás del error

Su papel en el Triunvirato junto a César y Pompeyo

En el siglo I a.C. el militar Marco Licino Craso se convirtió en uno de los hombres más poderosos de Roma al constituir el llamado Triunvirato junto a Cayo Julio César y a Cneo Pompeyo Magno. En el año 55 a.C., queriendo igualar las gestas y la fama de sus dos cogobernantes, Marco Licino Craso decidió invadir Partia (en el noroeste de la actual Irán) y marchó a la cabeza de 35 000 soldados.

La campaña en Partia y la batalla de Carras (53 a.C.)

A pesar de la imponente fuerza que comandaba y de que cargaba a sus espaldas años de experiencia militar y victorias contra toda clase de enemigos, Craso y sus tropas fueron rodeadas y masacradas por los guerreros partos en la batalla de Carras (53 a.C.).

Las crónicas de la época afirman que murieron unos 20000 soldados romanos (entre ellos el propio Craso) y otros 10 000 fueron hechos prisioneros y esclavizados.

Aunque se cree que Marco Licino portaba el nombre de Craso porque tuvo algún antepasado especialmente corpulento que se ganó ese apodo, la estrepitosa derrota que el miembro más rico del Triunvirato sufrió en Carras hizo que la expresión Crassus Errare fuera irremediablemente asociada a su figura. El militar e historiador Plinio el Viejo, en su Naturalis historia, utiliza el término “crassiano” como sustituto de Crassus Errare.

Consecuencias de su derrota y su muerte

La muerte de Craso marcó el fin de una carrera que había estado llena de éxitos y ambiciones, y dejó un vacío de poder que alteró el delicado equilibrio del Triunvirato. La ejecución de Craso a manos de los partos fue vista como un símbolo de su fracaso y codicia, y su muerte fue utilizada como una advertencia sobre los peligros de la ambición desmedida.

Impacto en el equilibrio de poder romano

La desaparición de Craso del escenario político romano tuvo un impacto inmediato en la estabilidad del Triunvirato. Sin su presencia para mediar entre César y Pompeyo, las tensiones entre estos dos líderes comenzaron a aumentar, lo que finalmente llevó a la guerra civil.

Muerte de Marco Licino Craso - 'La muerte de Marco Licino Craso' de Lancelot Blondeel. Imagen: Wikimedia Commons.

Asociación de "craso" con la figura de Craso

El ascenso de Craso en Roma y su influencia

Marco Licino Craso era miembro de uno de los linajes más antiguos de toda Roma. En el año 85 a.C. tuvo que exiliarse a Hispania para salvar la vida pero volvió a su hogar años más tarde a la cabeza de un ejército y habiéndose hecho un nombre. De vuelta en la ciudad eterna, Craso descubrió el valor real del dinero y la influencia y se convirtió en el hombre más rico de Roma especulando de forma criminal y siendo propietario de la mitad de los inmuebles de la ciudad así como de varias minas por toda Italia. Su nueva posición hizo de él una figura muy respetada en el Senado y aumentó, aún más si cabe, su ambición.

La toma de comando en la guerra contra Espartaco

Puede que el momento de mayor esplendor en la carrera de Craso ocurriera en el año 73 a.C., cuando un grupo de gladiadores fugados encabezados por el guerrero tracio Espartaco se refugiaron en la zona del Vesubio y sumaron a miles de esclavos a su causa hasta el punto de que se convirtieron en una auténtica amenaza para Roma. El Senado encargó a Craso que dirigiera la campaña contra el tracio y consiguió derrotarle en el año 71 a.C., tras haber sufrido más de una derrota. Del ejército de Espartaco solo sobrevivieron 6000 soldados, que fueron hechos prisioneros y crucificados en la Via Apia desde Roma hasta Capua como aviso para evitar futuras revueltas. A su regreso, y con el apoyo del Senado y del pueblo, Craso aceptó formar una alianza con Julio César y Pompeyo para poder gobernar juntos y conseguir cierta estabilidad.

Intento de igualar la fama de César y Pompeyo

Llegamos así a su campaña en Partia para igualar a sus compañeros de gobierno en fama y a su desastrosa derrota. Marco Licino Craso fue apresado por los partos durante la batalla y se le obligó a tragar oro fundido como método de ejecución. Su muerte rompió el delicado equilibrio de poder del Triunvirato y llevó a Pompeyo y César a la guerra civil.

Craso error. Fuente: Pixabay

El legado de un “craso error” en la historia

La historia de Marco Licino Craso y su derrota en la batalla de Carras ha sido fundamental para la transformación del término “craso error” en una expresión popular. Este proceso de transformación es un ejemplo de cómo los eventos históricos pueden influir en el lenguaje. La asociación de Craso con un error monumental ha convertido su nombre en sinónimo de fallos significativos.

La popularidad de la expresión “craso error” se debe en gran parte a su capacidad para evocar una imagen clara y poderosa de un error imperdonable. Esta expresión ha sido utilizada a lo largo de los siglos para describir situaciones en las que se cometen errores evidentes y graves. El proceso de transformación de un error histórico en una expresión popular nos muestra cómo el lenguaje puede ser una herramienta poderosa para preservar y transmitir la historia.

Referencias

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