Hace 550 millones de años vivían en el mar animales de cuerpo blando y formas extrañas. Ni siquiera podían moverse y, sin embargo, un estudio apunta que tenían gustos concretos para escoger el lugar donde vivir.

El misterioso y extraño origen de la vida animal
Los científicos aún tienen grandes misterios por resolver de la historia de la vida, sobre todo en las etapas más tempranas, en el origen de la vida en el planeta Tierra es donde todavía hay que completar preguntas básicas acerca del modo de vida de aquellos seres primigenios. En el caso de los primeros animales, un equipo de investigación ha analizado la distribución de fósiles muy antiguos hallados en Australia. Phillip C. Boan, paleontólogo del Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra de la Universidad de California, en Riverside, ha encabezado el estudio y explicó el reto que supone conocer estos momentos de la vida animal:
“No es como estudiar dinosaurios, que están relacionados con las aves que podemos observar hoy. Con estos animales, debido a que no tienen descendientes modernos, todavía estamos resolviendo preguntas básicas sobre cómo vivían, como cómo se reproducían y qué comían”.
Por lo tanto, los científicos no tienen más opción que abordar paso a paso un tema tan complejo y desconocido. Pensaron que un buen punto de partido era investigar dónde habían vivido estos animales y si había alguna explicación a su ubicación concreta bajo el mar. Este objetivo supone un reto de reinterpretación mayúsculo, pues los científicos retroceden en el tiempo hasta el período Ediacárico, la última fase del Precámbrico, a la que se atribuyen algunos de los restos más antiguos del reino animal con unos 570 millones de años de antigüedad. El mundo de entonces era muy distinto al que conocemos hoy día y tanto su entorno medioambiental como las formas de vida que existían parecen creaciones dedicadas al decorado de una película de ciencia ficción ambientada en un mundo alienígena.
Tres bichos raros
El estudio se ha centrado en el lugar donde vivieron tres tipos de seres que nos resultan muy extraños. Tribrachidium era blando y con una forma circular formada por una simetría de tres radios que se curvaban alrededor de un núcleo central. Rugoconites es otro género de biota ediacárica cuya recreación parece un girasol aplastado contra el suelo con una maraña de pétalos estirados desde el centro del organismo hacia el exterior. Y Obamus, un género nombrado así en honor al presidente Barack Obama, se trata de un fósil como una trenza enroscada sobre sí mismo formando un anillo con aspecto de rosquilla francesa. Sí, ya lo decíamos, son bichos muy raros. A pesar de todo, los investigadores han podido descubrir ciertos patrones en la ubicación que ocupaban estos animales, lo que supone la primera evidencia de la selección del hábitat:
“Pensamos en los animales más viejos y tal vez no esperarías que fueran tan quisquillosos. Pero Obamus solo surgía donde hay una capa gruesa [de microorganismos], y es una forma bastante sofisticada de ganarse la vida para algo tan primigenio”.

Los primeros animales ya eran quisquillosos
El estudio, cuyos resultados se han publicado en la revista “Paleobiology”, se realizó en el Parque Nacional Nilpena, un yacimiento australiano que conserva de manera excepcional comunidades enteras de fósiles del período Ediacárico. Según un miembro del equipo:
“De esta manera, podemos reconstruir ecosistemas completos. Mirarlos es como bucear en el fondo del mar antiguo, en lugar de mirar a un solo animal en una pecera”.
Los tres tipos de animales vivieron incrustados en el fondo del mar y tanto Tribrachidium como Rugoconites muestran una distribución variada, más solitarios o en compañía de otros organismos iguales. En cambio, Obamus tenía una clara preferencia: rodeado de sus congéneres y en sustratos bien surtidos de microorganismos como bacterias y arqueas, una estrategia similar a la de los mejillones y percebes modernos.
“Este es realmente el primer ejemplo de una criatura ediacárica selectiva de hábitat, el primer ejemplo de un animal macroscópico que hace esto. ¿Cómo llegaron a donde querían ir? Esta es una pregunta para la que aún no sabemos la respuesta”.
El origen de la vida en otros planetas
La teoría que defiende el equipo de investigación explica que esta selección de hábitat de Obamus pudo estar motivada por necesidades de reproducción.
“No entendemos completamente cómo se esparcieron los hijos de Obamus, pero sabemos que cuando eligieron un lugar para vivir, fue muy específico”.
Esta investigación está financiada por el programa de Exobiología de la NASA, pues conocer en profundidad el origen de la vida en el planeta Tierra es el único y más importante recurso que tenemos para hacernos una idea de cómo se podría desarrollar la vida en otros planetas.
“Esta es nuestra ventana a cómo se forma un ecosistema complejo. Solo tenemos la Tierra, y necesitamos usar cada parte de su historia cuando pensamos en la vida, incluso en el cosmos”.
Referencias:
- Berstein, J. 2023. Earth’s first animals had particular taste in real estate. news.ucr.edu.
- Boan, P. et al. 2023. Spatial distributions of Tribrachidium, Rugoconites, and Obamus from the Ediacara Member (Rawnsley Quartzite), South Australia. Paleobiology, 1-20. doi:10.1017/pab.2023.9.