Hace casi dos milenios, la lava y las ardientes nubes tóxicas del Vesubio arrasaron las poblaciones que florecían a los pies del terrible volcán. Pompeya (la más famosa de todas), Herculano o Boscoreale se cuentan entre los yacimientos arqueológicos más importantes que nacieron de aquel desastre natural, pero no son los únicos. En el año 2002, la Universidad de Tokio emprendió un proyecto de excavación en la localidad de Somma Vesuviana que, a lo largo de las distintas campañas, ha sacado a la luz lo impensable: la residencia veraniega del emperador Augusto. Ahora, el equipo de investigación ha identificado una serie de hornos que se utilizaron en época imperial para calentar el agua de unos baños privados. La dimensión de la estructura sugiere que estos suntuosos baños pudieron ser usados por el mismísimo emperador.
Una historia que se remonta a casi un siglo atrás
El descubrimiento de la estructura palacial comenzó de forma fortuita en 1929, cuando un agricultor de la zona descubrió, por accidente, los restos de un edificio antiguo enterrado bajo su campo. Las primeras excavaciones revelaron una villa de dimensiones notables y con elementos propios de una residencia de lujo que sugerían que podría tratarse de una residencia imperial. Sin embargo, las dificultades económicas de la época impidieron continuar con las investigaciones.
Fue en 2002 cuando la Universidad de Tokio, en colaboración con los arqueólogos locales, reanudó el estudio del sitio. Desde entonces, el equipo ha trabajado de forma ininterrumpida en el área como parte de un proyecto interdisciplinar que combina arqueología y vulcanología. Su objetivo es entender tanto el diseño y función de la villa como el impacto de las sucesivas erupciones del Vesubio en la zona septentrional del volcán, tradicionalmente menos explorada que Pompeya o Herculano.

Las evidencias arquitectónicas y literarias de la villa de Augusto
Una villa digna de un emperador
Bajo los restos de una edificación romana del siglo II d. C., los investigadores de la Universidad de Tokio localizaron una estructura mucho más antigua: una villa monumental construida antes de mediados del siglo I a. C. Sus características arquitectónicas y ornamentales, además, parecían coincidir con las descripciones literarias que autores como Tácito, Suetonio y Dion Casio hicieron del hogar del primer emperador de Roma.
Los restos hallados en el área incluyen una imponente estructura de varios niveles, decorada con mosaicos, relieves de estuco y frescos murales. Destacan, además, las estatuas de mármol de gran calidad. Además, también se encontraron numerosos objetos de uso cotidiano, esenciales para reconstruir aspectos de la vida doméstica en la alta sociedad romana en la transición al imperio.
Un palacio devorado por el volcán
Gracias al uso combinado de técnicas arqueológicas y estudios geológicos, se ha podido determinar que las secciones más antiguas de la villa fueron sepultadas por los materiales volcánicos provenientes de la gran erupción del Vesubio del año 79 d. C. Esta conclusión se basa en los análisis de estratigrafía y en los estudios realizados por vulcanólogos del equipo, que han identificado capas de ceniza y depósitos de flujos piroclásticos en la vertiente septentrional del volcán.
El hecho de que los restos de esta villa coincidan en cronología, ubicación y estilo con las descripciones conservadas en las obras de Suetonio o Tácito ha llevado a los investigadores a plantear con seriedad la posibilidad de que se trate de la residencia donde murió Octavio Augusto en el año 14 d. C., tras regresar de una gira por la península itálica. Según las fuentes, el emperador falleció en Nola, y esta villa se ajusta tanto a la localización como a la magnificencia que cabría esperar del lugar en el que pasó sus últimos días.

El complejo de baños privados
Durante una de las últimas excavaciones llevadas a cabo en Somma Vesuviana, se han descubierto cinco hornos, de grandes dimensiones y agrupados en una misma área, destinados a calentar un extenso complejo termal privado, un hallazgo sin precedentes en Italia. Los investigadores creen que ningún aristócrata, excepto un emperador como Augusto, podría haber financiado una infraestructura de semejante magnitud.
Los resultados de las dataciones por carbono y los análisis vulcanológicos confirman que estas instalaciones se mantuvieron en funcionamiento durante la primera mitad del siglo I d. C. También se ha podido determinar que quedaron fuera de uso tras la muerte de Augusto en el año 14. De este modo, la evidencia apunta a que formaban parte de unos baños privados de uso exclusivo, incorporados originalmente en la villa que, años después, acabaría cubierta por la erupción del Vesubio en el 79 d. C. .
Estos hornos permitían calentar tanto los suelos como el agua. Formaban parte, por tanto, de un sofisticado sistema calefactor (hipocausto), típico de los balnea aristocráticos romanos. El tamaño, el número y la disposición de estas calderas indican un diseño muy superior al de una vivienda privada común, algo que se alinea con los estándares que cabría esperar en la residencia de un emperador .

Un nuevo enfoque sobre el norte del Vesubio
Uno de los aspectos más relevantes del descubrimiento radica en que modifica la percepción tradicional sobre el impacto de la erupción del año 79 d. C., que hasta ahora se consideraba devastadora únicamente al sur del Vesubio. Las excavaciones en Somma Vesuviana, donde se encuentra la villa, demuestran que la destrucción también alcanzó regiones septentrionales. El arqueólogo Kohei Sugiyama, de la Universidad de Tokio, ha subrayado que estas investigaciones revelan una importante grado de destrucción en el área norte, así como los esfuerzos posteriores de la población local por reconstruir la zona tras la catástrofe durante el siglo II d.C.

Un proyecto con implicaciones más allá de la arqueología
La importancia del hallazgo no radica únicamente en la posible identificación de la villa de Augusto. Para Sugiyama, uno de los grandes logros del proyecto es que ofrece información concreta sobre la vida económica y social de una región que, hasta ahora, se consideraba periférica respecto a los grandes centros urbanos del incipiente Imperio romano. La riqueza de los materiales hallados y la complejidad arquitectónica del conjunto sugieren que la Campania septentrional pudo tener un papel de gran relevancia en el mundo romano.
Además, el estudio de cómo las comunidades locales afrontaron la catástrofe del 79 —y cómo reconstruyeron sus vidas en las décadas posteriores— puede ofrecer lecciones valiosas sobre gestión de desastres, la resiliencia urbana y la construcción de la memoria del territorio. Sugiyama ha insistido en que esta clase de arqueología, aunque compleja y costosa, resulta esencial para comprender la continuidad entre el mundo antiguo y el presente.
Referencias
- 2024. "Did Vesuvius bury the home of the first Roman emperor?". UTokyo. URL: https://www.u-tokyo.ac.jp/focus/en/press/z0508_00348.html
- Anderson, Sonja. 2024. "Archaeologists May Have Found the Villa Where the Roman Emperor Augustus Died". Smithsonian Magazine. URL: https://www.smithsonianmag.com/smart-news/covered-in-ash-by-the-same-eruption-that-buried-pompeii-this-villa-may-have-belonged-to-emperor-augustus-180984212/
- Somma Vesuviana Excavation Project. URL: https://utf.u-tokyo.ac.jp/en/project/pjt007