La Segunda Guerra Mundial dejó cicatrices imborrables en Europa, algunas visibles en las ciudades reconstruidas y otras ocultas bajo tierra, esperando ser redescubiertas décadas después. Es lo que ha sucedido hoy en París, cuando trabajadores que realizaban obras cerca de la Gare du Nord encontraron un proyectil sin detonar de la contienda. El hallazgo, ocurrido en la madrugada del 7 de marzo en la zona de Saint-Denis, a apenas 2,5 kilómetros de la estación, ha obligado a interrumpir todo el tráfico ferroviario por razones de seguridad.
Este tipo de descubrimientos no son inusuales en Francia, un país que durante la Segunda Guerra Mundial fue escenario de intensos bombardeos. Sin embargo, el impacto de esta bomba en el día a día de miles de pasajeros ha sido significativo. La Gare du Nord, considerada la estación más transitada de Europa, ha quedado prácticamente paralizada durante varias horas, afectando no solo a los trenes de cercanías, sino también a servicios de alta velocidad como el Eurostar, que conecta París con Londres, y los TGV con destino a otras ciudades francesas.
El hallazgo llevó a las autoridades a activar un protocolo de emergencia para desactivar el explosivo de manera segura. Los especialistas en desactivación de explosivos de la Prefectura de Policía de París tomaron el control de la situación, organizando una operación de desminado en coordinación con la SNCF, la operadora ferroviaria francesa.
El tráfico ferroviario detenido y París desconectado
Las consecuencias del hallazgo fueron inmediatas. Las líneas del RER B y D, dos de las más utilizadas por los parisinos para desplazarse dentro del área metropolitana, sufrieron interrupciones y retrasos severos. Los trenes regionales de las líneas H y K del Transilien también se vieron afectados, con cancelaciones y modificaciones en sus recorridos. Incluso los servicios internacionales como el Eurostar y los TGV a Lille y Dunkerque tuvieron que suspenderse temporalmente.

El impacto no solo se sintió en los andenes. Muchos viajeros, que dependían del tren para trasladarse al aeropuerto Charles de Gaulle, se encontraron con dificultades para llegar a tiempo a sus vuelos. Como medida alternativa, se ha habilitado el servicio de autobuses Roissy Bus desde la Ópera de París sin costo adicional, permitiendo a los pasajeros sortear el bloqueo ferroviario.
Las autoridades estiman una reanudación parcial del servicio a media mañana, pero la incertidumbre sobre la operación de desminado ha mantenido a miles de pasajeros en vilo. Finalmente, la SNCF ha advertido que las interrupciones podrían extenderse más allá de lo previsto, recomendando a los viajeros posponer sus desplazamientos.
Bajo el suelo de Europa, un arsenal olvidado
El hallazgo de una bomba sin detonar en París es un recordatorio de que la Segunda Guerra Mundial sigue presente en Europa, no solo en la memoria colectiva, sino también en su geografía. Se estima que miles de proyectiles, obuses y minas aún yacen enterrados en distintos puntos del continente, esperando ser descubiertos por obras de construcción o labores agrícolas.
Francia no es el único país que enfrenta este problema. En Alemania, por ejemplo, la ciudad de Berlín sigue encontrando bombas sin detonar con una regularidad sorprendente, y ciudades como Múnich o Colonia han tenido que evacuar a miles de personas en los últimos años para realizar operaciones de desminado. En el Reino Unido, es común que se descubran artefactos explosivos en los puertos y ríos, donde fueron arrojados durante los bombardeos de la Luftwaffe.
Estos explosivos representan un peligro real, incluso décadas después de haber sido lanzados. Aunque la mayoría de los dispositivos han perdido parte de su capacidad destructiva con el tiempo, algunos pueden mantenerse en estado inestable, convirtiéndose en potenciales amenazas si son manipulados sin el equipo adecuado.

Un problema del pasado con consecuencias en el presente
El descubrimiento de bombas de la Segunda Guerra Mundial es más que un simple inconveniente para la movilidad urbana; es un recordatorio tangible del impacto duradero de los conflictos bélicos. Francia, al igual que otros países europeos, destina recursos significativos a la detección y desactivación de estos artefactos, una labor que en ocasiones requiere evacuar barrios enteros o interrumpir servicios clave.
Cada hallazgo es también una oportunidad para reflexionar sobre la historia. En el caso de la Gare du Nord, la estación fue un punto clave en la logística ferroviaria de París durante la ocupación alemana, utilizada tanto por las tropas nazis como por la resistencia francesa. El hecho de que aún se encuentren bombas en sus alrededores sugiere la intensidad de los ataques aéreos que sufrió la capital francesa en los últimos años de la guerra.
A medida que las ciudades siguen creciendo y modernizándose, es probable que sigan apareciendo estos vestigios del conflicto. Lo ocurrido en París es solo un episodio más en la larga tarea de desenterrar los rastros de un pasado que, aunque lejano, sigue afectando la vida cotidiana en Europa.
Referencias
- Le Monde. Gare du Nord: tous les Eurostar au départ et à destination de Paris annulés vendredi, le trafic des autres trains fortement chamboulé toute la journée. Le Monde. 7 de marzo de 2025. Consultado el 7 de marzo de 2025