La ciudad de Augusta Raurica ha sido durante décadas un sitio arqueológico clave para comprender la vida en la frontera noroccidental del Imperio romano. Fundada hacia el año 15 a. C. a orillas del Rin, se ubicada cerca de la actual Basilea (Suiza). Con más de 2.000 años de historia sepultada bajo los estratos de tierra, Augusta Raurica no ha dejado de proporcionar descubrimientos notables. Los hallazgos más recientes, revelados en 2024 y 2025, arrojan nueva luz sobre los aspectos funerarios, urbanísticos y artísticos de esta urbe imperial.
Tumbas infantiles junto a la calzada: un hallazgo perturbador
Durante los trabajos de restauración y conservación de una antigua calzada romana en las afueras de Augusta Raurica, los arqueólogos se encontraron con una serie de enterramientos poco comunes. En una zanja paralela a la vía, salieron a la luz los restos de seis niños inhumados. Sus edades oscilaban entre los pocos meses y los cuatro años.
Los cuerpos se sepultaron directamente en el suelo, sin recurrir a sarcófagos ni a estructuras funerarias monumentales. Sin embargo, el hallazgo de algunas ofrendas —entre ellas, pequeños objetos de cerámica y monedas— sugiere que estos entierros fueron el resultado de un ritual funerario estructurado. La proximidad a la calzada lleva a pensar en la existencia de una necrópolis periférica. Esta zona de enterramiento podría estar asociada a una comunidad marginal o a un espacio destinado de manera exclusiva a los infantes.
El contexto topográfico del hallazgo resulta llamativo. La práctica romana de enterrar a los muertos fuera del perímetro urbano está bien documentada, pero la presencia concentrada de tumbas infantiles a la vera de un camino podría relacionarse con creencias específicas sobre el alma de los niños y su tránsito al más allá. Los arqueólogos del equipo de Augusta Raurica señalan que podría tratarse de entierros realizados por familias de estatus modesto, lo cual explicaría la simplicidad de las sepulturas.

Redescubriendo la infraestructura urbana: la calzada romana
Además de las tumbas, los trabajos de excavación han permitido documentar con gran detalle una sección de calzada romana en un extraordinario estado de conservación. Esta vía, pavimentada con grandes losas de piedra que se alinean sobre una base compactada de grava, formaba parte de la red viaria que conectaba Augusta Raurica con otras ciudades de la provincia de Germania Superior.
La conservación de la estructura —con sus bordes laterales, capas de drenaje y huellas de rodamiento visibles— ofrece un ejemplo casi didáctico de la ingeniería vial romana. El tramo, que cuenta con varios metros de longitud, presenta, además, señales de reparaciones en distintos momentos cronológicos. Esto es un claro indicador de que se uso de forma prolongada durante siglos.
Según el equipo arqueológico, esta calzada no solo servía como vía de comunicación y comercio. Taambién habría delimitado uno de los accesos principales al núcleo urbano. A su vera, como ya se ha mencionado, podían situarse instalaciones funerarias, talleres y espacios domésticos. Así, este hallazgo permite reconstruir el paisaje suburbano de Augusta Raurica con una precisión inusitada.

La pantera de bronce: arte y simbolismo en miniatura
Uno de los objetos más singulares hallados durante la campaña de excavación de 2024 fue una pequeña figura de bronce que representa una pantera en posición de ataque. El animal, estilizado, pero dinámico, se esculpió con un notable detalle. Su cuerpo aparece arqueado, la boca entreabierta y las garras extendidas, como si se lanzara sobre una presa invisible.
La pieza mide apenas unos centímetros de largo, pero su factura sugiere que pudo pertenecer a un objeto más complejo, quizá un mueble, un incensario o una estructura decorativa ritual. En la cultura romana, estos felinos se asociaban tanto al dios Dioniso como al poder, la ferocidad y el mundo salvaje. El hallazgo podría indicar la existencia de un santuario dionisíaco cercano o, simplemente, reflejar el gusto estético de un propietario adinerado.
Los análisis metalúrgicos preliminares indican que se fabricó con una aleación de bronce de alta calidad. Se refuerza, así, la hipótesis de que se trataba de un objeto de lujo. No se descarta que fuese importado o fabricado por un artesano especializado de la propia Augusta Raurica o de alguna ciudad cercana, como Aventicum.

Más allá de los hallazgos: una arqueología viva
Además de ser un espacio de investigación científica, el yacimiento de Augusta Raurica también ha apostado por la divulgación. Las excavaciones recientes se han acompañado de labores de documentación fotogramétrica, escaneo 3D y análisis arqueométricos que garantizan la conservación digital de los restos. Además, el sitio oficial de Augusta Raurica mantiene actualizada una sección dedicada a los descubrimientos en curso, en la que se pueden consultar imágenes, planos y entrevistas con los arqueólogos implicados. Este enfoque propio del siglo XXI permite una arqueología en tiempo real, en la que los ciudadanos pueden seguir de cerca el avance del conocimiento histórico sobre una de las ciudades romanas mejor conservadas en el norte alpino.
Augusta Raurica: entre historia imperial y vida cotidiana
Fundada por Lucius Munatius Plancus, que ejerció de gobernador de la Galia Transalpina, Augusta Raurica fue una de las primeras colonias romanas al norte de los Alpes. Dotada de un foro, un teatro, templos, casas patricias y una red de acueductos, la ciudad se convirtió en un centro económico, político y cultural de relevancia regional durante el Alto Imperio. Se estima que, en su apogeo, albergó más de 20.000 habitantes.
Los hallazgos recientes confirman que no solo la monumentalidad define el perfil arqueológico de Augusta Raurica. Los objetos cotidianos, los espacios periféricos y los restos de los más vulnerables —como los niños enterrados junto a la calzada— aportan una visión más matizada y humana del pasado romano al norte de los Alpes.

Una ciudad romana que sigue revelando sus secretos
El pasado de Augusta Raurica continúa emergiendo con fuerza con cada nueva campaña de excavación. Las tumbas infantiles, la calzada conservada y la pantera de bronce constituyen piezas fundamentales en el rompecabezas de la vida romana en la frontera del imperio. Son testimonio de la vida en el territorio, de la planificación urbana, las creencias religiosas, los vínculos familiares y la estética material de una sociedad que, pese a su distancia cronológica, sigue dialogando con el presente.
Referencias
- Augusta Raurica. URL: https://www.augustaraurica.ch/en/archaeology/ausgrabungen-kaiseraugst