Las ardillas, aunque adorables, no son mascotas convencionales debido a su naturaleza salvaje, lo que dificulta su adaptación al contacto humano constante. Necesitan un hábitat que simule su entorno natural, con espacio para trepar y explorar, lo cual es esencial para su bienestar. La alimentación es crucial para su salud, y un pienso específico de calidad debe ser la base de su dieta, complementado con verduras, frutas y proteínas animales. Las verduras como espinacas y brócoli son recomendadas, mientras que frutas como melón y manzana deben ofrecerse con moderación.
Es crucial entender que estos pequeños roedores aún conservan un fuerte instinto salvaje. Para quienes optan por tener una ardilla, especialmente la ardilla coreana o rayada, en su hogar, es fundamental proporcionarles una dieta adecuada que garantice su bienestar y salud. Este artículo ofrece una guía detallada sobre cómo alimentar correctamente a las ardillas, asegurando que reciban todos los nutrientes necesarios para vivir de manera saludable en cautiverio.
Importancia de una dieta adecuada para las ardillas
La alimentación de las ardillas es un factor vital para su salud y longevidad. Al ser animales omnívoros, su dieta debe ser variada y equilibrada, incluyendo una combinación de piensos específicos, frutas, verduras y proteínas animales. Un pienso de calidad debe ser la base de su alimentación, pues aporta los nutrientes esenciales que necesitan. Además, complementar su dieta con otros alimentos como verduras y frutas garantiza un aporte de vitaminas y minerales adicionales para su desarrollo.
Una dieta inadecuada puede derivar en problemas de salud graves en las ardillas, tales como deficiencias nutricionales, obesidad o inconvenientes dentales. Por ello, la calidad del alimento para ardillas es primordial. Asimismo, una alimentación adecuada contribuye a conservar su conducta natural y activa, factor esencial para su bienestar integral. Consultar con un veterinario especializado en animales exóticos puede servir de guía para pautas personalizadas, pues cada ardilla puede requerir ajustes dietéticos específicos.
Además, las ardillas necesitan un suplemento de calcio en su dieta. Este mineral resulta imprescindible para el desarrollo y la preservación de huesos fuertes. Alimentos como el yogur, el queso fresco sin sal o la cáscara de huevo cocido constituyen fuentes excelentes de calcio. No obstante, se debe moderar su uso, sobre todo en ardillas adultas, para prevenir desórdenes de salud asociados con el exceso de calcio.

Diferencias entre ardillas salvajes y domésticas
Las ardillas salvajes y las domésticas difieren notablemente en cuanto a su alimentación, debido a las variaciones en su entorno y estilo de vida. En libertad, las ardillas disponen de una amplia gama de alimentos que van cambiando con las estaciones y la disponibilidad de recursos en su hábitat natural. En contraste, las ardillas que viven en cautiverio dependen del alimento que sus cuidadores les proporcionan, y esto exige una planificación minuciosa para cubrir de manera completa sus necesidades nutricionales.
¿Qué comen las ardillas en estado salvaje?
En la naturaleza, las ardillas se caracterizan por llevar una dieta muy diversa y adaptativa. Su alimentación se compone mayoritariamente de semillas, frutos secos, frutas, hongos y, en ocasiones, pequeños insectos. Este hábito omnívoro les permite aprovechar los recursos disponibles en su hábitat, resultando vital para su supervivencia. Además, las ardillas juegan un papel importante en el ecosistema dispersando semillas, lo que contribuye a la regeneración de los bosques.
Dependiendo de la estación, las ardillas modifican su alimentación, ajustándose a la disponibilidad de alimentos. En otoño, por ejemplo, acumulan frutos secos y semillas para los meses invernales, cuando los recursos escasean. Este comportamiento de almacenamiento es una estrategia que les permite subsistir en climas fríos. También se conoce la notable habilidad de las ardillas para recordar los lugares donde almacenan sus provisiones, aunque muchas semillas olvidadas llegan a germinar, favoreciendo la reforestación.
La dieta salvaje de las ardillas incluye, en ocasiones, huevos y pequeños animales, proveyéndoles de proteínas adicionales. Esa diversidad alimentaria en la naturaleza es esencial para mantener un equilibrio nutricional. Por eso, a la hora de alimentar a una ardilla en casa, es importante buscar formas de simular esa variedad para que reciba todo lo que necesita.
Adaptación de la alimentación según el entorno
La adaptación de la dieta de las ardillas al entorno es un componente crucial para su calidad de vida. En el caso de las ardillas domésticas, se recomienda reproducir, hasta donde sea posible, las condiciones de su alimentación natural. Esto implica ofrecer una variedad de alimentos semejante a la que tendrían en libertad, a fin de que obtengan una nutrición equilibrada.
En climas fríos, es adecuado incrementar la proporción de alimentos con alto contenido en grasas y proteínas durante el invierno, facilitando que las ardillas conserven su nivel de energía y una temperatura corporal adecuada. Por el contrario, en entornos cálidos, la hidratación cobra mayor importancia, asegurando la disponibilidad constante de agua limpia y fresca.
Además, el entorno influye en la conducta alimenticia de las ardillas. Aquellas que viven en espacios más reducidos pueden requerir mayor estimulación por medio de juguetes o actividades que emulen la búsqueda de comida, mientras que las ardillas con espacios más amplios pueden aprovechar la exploración y la recolección por sí mismas. Esta adaptación del entorno es básica para conservar a las ardillas activas y mentalmente estimuladas.
Alimentación recomendada para ardillas domésticas
La dieta de las ardillas domésticas debe estructurarse con sumo cuidado, intentando reproducir lo más fielmente posible la variedad alimentaria de la naturaleza, de modo que obtengan todos los nutrientes imprescindibles para su salud. A continuación, se describen los componentes principales de una alimentación apropiada para ardillas en cautividad.
Pienso específico de calidad para ardillas
El pienso específico de calidad funciona como el cimiento de la dieta para las ardillas domésticas. Este alimento está formulado para cubrir los requerimientos nutricionales básicos de las ardillas. Es primordial escoger un pienso de alta calidad, pues un alimento deficiente en nutrientes puede acarrear carencias y complicaciones de salud a largo plazo.
El pienso debe complementarse con otros alimentos para alcanzar una dieta variada y equilibrada. Aunque el pienso brinda una buena base, las ardillas también precisan la variedad de nutrientes que hallamos en otros productos. Se recomienda, pues, incluir verduras, frutas y proteínas animales, asegurándose así de que la alimentación sea completa.
Asimismo, es preciso prestar atención a las instrucciones del fabricante respecto a la ración diaria sugerida. Esto evitará el sobrepeso y hará que las ardillas no ingieran más de lo debido. Ante cualquier duda, un veterinario especializado en animales exóticos puede orientar de forma más individualizada.
Verduras: esenciales en su dieta diaria
Las verduras tienen un papel fundamental en la dieta cotidiana de las ardillas domésticas. Aportan vitaminas y minerales importantes para su bienestar. Lo ideal es ofrecer verduras frescas como canónigos, espinacas, diente de león, acelgas, brócoli, maíz, pimiento, rúcula y hojas de zanahoria.
Estas verduras deben formar parte de la alimentación a diario, siempre retirando los restos anteriores para evitar su descomposición. Se sirven crudas, lavadas y sin condimentos, a fin de conservar sus nutrientes intactos. La diversidad en las verduras es clave para mantener el interés de la ardilla y equilibrar los aportes de nutrientes.
Se recomienda observar la respuesta de la ardilla ante cada verdura, ajustando la cantidad o la variedad conforme a sus preferencias. Algunas ardillas pueden presentar predilecciones o rechazos muy específicos, por lo que ofrecer alternativas resulta útil para asegurar que reciban todos los nutrientes necesarios.
Frutas: ¿cuáles y con qué frecuencia?
Las frutas suponen un complemento delicioso en la dieta de las ardillas, pero deben proporcionarse moderadamente por su contenido en azúcar. Resultan adecuadas pequeñas porciones de frutas como melón, manzana, papaya, plátano, fresa, sandía, uvas y cerezas. Con ellas, las ardillas acceden a vitaminas y minerales, si bien no conviene abusar.
La recomendación es ofrecer frutas a las ardillas unas dos o tres veces por semana. Esto elude problemas digestivos asociados con el exceso de azúcar. Las frutas han de servirse frescas y cortadas en trozos pequeños, descartando cualquier porción sobrante que pueda fermentar y ocasionar trastornos de salud.
Al igual que con las verduras, es conveniente prestar atención a lo que la ardilla prefiere y ajustar la cantidad. Algunas muestran gusto por determinadas frutas, mientras que otras pueden no experimentar interés. Ofrecer una diversidad de opciones ayuda a mantener la atención y a cubrir las demandas nutricionales.
Semillas y frutos secos como premios
Las semillas y los frutos secos son alimentos que satisfacen a las ardillas, pero han de administrarse con cautela y de forma esporádica. Estas opciones tienen un alto contenido en grasas y su consumo excesivo podría generar obesidad. Entre los frutos secos apropiados para dar de vez en cuando se cuentan almendras, avellanas, nueces y castañas.
Es relevante evitar que las semillas y los frutos secos formen parte diaria de la dieta. Entregarlas como un premio ocasional ayuda a mantener el apetito de la ardilla por otros productos más saludables y protege la estabilidad de su dieta. También es esencial utilizar frutos secos sin sal y exentos de aditivos.
Por otro lado, las semillas y los frutos secos pueden utilizarse como método de enriquecimiento ambiental. Ocultar estos bocados en diversos sitios del entorno de la ardilla potencia su instinto de búsqueda de alimento y aporta un estímulo mental. Esta práctica es significativa en entornos de cautividad, porque fomenta la actividad física y mental de las ardillas.
Cereales: uso ocasional
Los cereales pueden incluirse en la dieta de las ardillas con suma moderación y en reducidas cantidades. Se aconseja seleccionar cereales sin azúcar ni aditivos perjudiciales. Los integrales y poco procesados constituyen la mejor elección para dar a las ardillas como un aperitivo esporádico.
Tal como con las semillas y frutos secos, los cereales deben considerarse un complemento puntual y no un alimento constante. De este modo, se evita la ganancia excesiva de peso y se garantiza la continuidad de una dieta balanceada. Asimismo, hay que vigilar el consumo de cereales para impedir que la ardilla descuide otros alimentos más nutritivos.
Igualmente, los cereales pueden formar parte de actividades de enriquecimiento ambiental, diseminándolos en distintos rincones para despertar el comportamiento de búsqueda en la ardilla. Así se estimula su mente y se promueve un estilo de vida más activo, crucial para las ardillas que permanecen en espacios restringidos.

Proteínas animales: opciones y frecuencia
Las proteínas animales resultan vitales en la alimentación de las ardillas, especialmente para ejemplares jóvenes o enfermos. En la naturaleza, adquieren proteínas consumiendo insectos como grillos, saltamontes o gusanos de la harina. En cautiverio, se pueden suplir con huevo cocido o pequeñas porciones de pienso light para gatos o perros.
En el caso de ardillas adultas y sanas, se aconseja administrarles proteínas animales aproximadamente tres veces por semana. Para las ardillas jóvenes o convalecientes, la frecuencia puede ser mayor, incluso a diario, para sostener su recuperación y desarrollo. Se sugiere vigilar la respuesta de la ardilla a cada fuente proteica y ajustar la cantidad si así lo requiere.
Como ocurre con cualquier aspecto de su nutrición, la diversidad de fuentes proteicas contribuye a evitar carencias y mantener el atractivo de la dieta. Existen ardillas que prefieren ciertos tipos de proteínas animales, así que brindar distintas posibilidades facilita encontrar la más adecuada y asegurar un equilibrio nutricional óptimo.
Alimentos ricos en calcio y su importancia
El calcio es un nutriente fundamental para la fortaleza ósea en las ardillas. Garantizar una ingesta adecuada cobra especial relevancia en la etapa de crecimiento y en ejemplares de avanzada edad. Alimentos como yogur, queso fresco sin sal, leche en polvo y cáscaras de huevo cocidas brindan calcio adicional.
Para ardillas adultas y sanas, se recomienda un aporte de calcio semanal. En jóvenes o de edad avanzada, el calcio puede incorporarse a diario, siempre y cuando no haya complicaciones de salud, como cálculos. Lo ideal es consultar con un veterinario que determine la dosis y la frecuencia correctas de acuerdo con la situación particular de cada ardilla.
Estas fuentes de calcio, además, aportan otros nutrientes de utilidad. Sin embargo, es preciso suministrarlas con moderación a fin de evitar problemas vinculados al exceso de calcio. Prestar atención a la reacción de la ardilla y ajustar las porciones resulta esencial para su correcto cuidado.
Consideraciones sobre la cantidad de comida
La cantidad de alimento que las ardillas consumen es un punto delicado que requiere atención para preservar su bienestar. Es necesario aportar la ración adecuada para prevenir tanto la desnutrición como la obesidad. A continuación, se presentan pautas sobre la gestión de la cantidad de comida para ardillas.
Recomendaciones sobre la cantidad diaria
En general, se estima que una ardilla necesita aproximadamente un cuarto de su peso corporal en alimentos al día. Esto abarca la totalidad de su dieta: pienso, verduras, frutas y proteínas animales. Ajustar la cantidad acorde al peso y al gasto energético de la ardilla resulta prioritario para sostener su salud.
Es importante observar los hábitos de ingesta de la ardilla y variar las porciones en función de su actividad, edad o cuadro de salud. Visitar a un veterinario especializado en animales exóticos puede brindar un panorama más acertado sobre las necesidades individuales de cada ejemplar.
Además del control cuantitativo, es esencial que la dieta sea heterogénea y equilibrada. Ello disminuye la posibilidad de carencias alimentarias y beneficia a la ardilla con todos los nutrientes necesarios para su bienestar general.
Distribución de la comida en el entorno
La forma de distribuir la comida en el espacio que habita la ardilla también cobra importancia para avivar su conducta natural y evitar el aburrimiento. Se aconseja poner la comida en distintos lugares y ofrecerla en diferentes momentos del día, reproduciendo su tendencia a buscar alimento en la naturaleza.
Esconder raciones pequeñas aquí y allá en el entorno fomenta el comportamiento natural de búsqueda y propicia una actividad mental indispensable para el bienestar de la ardilla. A su vez, esta práctica previene la monotonía y disminuye el riesgo de estrés, factores que podrían afectar su estado de salud. De igual manera, ayuda a mantener a las ardillas en un peso saludable al promover un gasto de energía extra.
Hay que supervisar la reacción de la ardilla ante la forma de distribuir la comida y modificar la estrategia según su respuesta. Algunas disfrutan enormemente de buscar su alimento, mientras otras podrían requerir un proceso de adaptación progresivo. Ofrecer variedad y ser flexible ayudará a conseguir un entorno que satisfaga sus necesidades.

Alimentos prohibidos para las ardillas
Conocer los alimentos dañinos para las ardillas y evitarlos en su dieta es indispensable. Ciertos productos pueden resultar tóxicos o provocar complicaciones de salud notables, por lo que es esencial estar bien informado. Entre los alimentos prohibidos se encuentran el chocolate, las ensaladas aliñadas, dulces, pescado y carne. Dichos productos pueden desencadenar problemas digestivos, envenenamientos o incluso poner en peligro la vida de las ardillas.
Asimismo, se sugiere eliminar cualquier alimento procesado o con aditivos, ya que pueden incluir sustancias perjudiciales para la salud de las ardillas. También hay que recordar que algunas partes de las plantas pueden ser tóxicas. Por ejemplo, la planta de tomate es nociva, pese a que el fruto del tomate en sí no sea dañino para las ardillas. Permanecer atento a lo que sí es seguro y a lo que no lo es resulta fundamental para la salud de estos roedores.
Importancia del agua limpia y fresca
El agua es un elemento vital para cualquier animal, incluidas las ardillas, y su disponibilidad a lo largo de todo el día es esencial para su correcto desarrollo. El acceso continuo a agua fresca ayuda a regular la temperatura corporal, facilita la digestión y garantiza el adecuado funcionamiento de cada uno de los sistemas corporales.
En aquellas zonas donde la calidad del agua del grifo deja dudas, puede ser preferible ofrecer agua embotellada para asegurarse de que la ardilla disponga de agua limpia y confiable. Es fundamental, además, renovar el agua con frecuencia para impedir la proliferación de bacterias u otros contaminantes.
Observar la cantidad de agua que ingiere la ardilla brinda señales útiles sobre su salud. Un incremento o una reducción notables en su consumo pueden señalar dificultades subyacentes, por lo que conviene permanecer alerta ante cualquier cambio. Si se advierte algo anormal, es aconsejable acudir al veterinario para descartar problemas de salud y proteger el bienestar de la ardilla.
Referencias:
- U.S. Geological Survey, 2023, Mineral commodity summaries 2023: U.S. Geological Survey, 210 p., https://doi.org/10.3133/mcs2023
- American Society of Mammalogists. "Squirrel Dietary Needs and Behavior." Journal of Mammalian Biology, 2022.