La cleptoplastidia es un fenómeno fascinante que desafía concepciones tradicionales sobre la fotosíntesis. Este proceso permite a ciertos animales beneficiarse de la capacidad fotosintética de plantas y algas, capturando sus cloroplastos y manteniéndolos funcionales en sus cuerpos. Aunque siempre se ha asociado la fotosíntesis con cianobacterias, algas y plantas, la cleptoplastidia muestra que algunos animales también pueden aprovechar esta función metabólica esencial, resultando en la existencia de animales fotosintéticos que han sorprendido a la ciencia.
¿Qué es la cleptoplastidia?
La cleptoplastidia es un proceso mediante el cual ciertos animales capturan cloroplastos de las plantas o algas que consumen y los retienen en su interior para realizar la fotosíntesis. Aunque estos animales no sintetizan su propia clorofila, logran mantener los cloroplastos activos y aprovechar sus productos fotosintéticos. Este fenómeno resulta especialmente interesante porque desafía la idea de que solo organismos autótrofos, como plantas, pueden fotosintetizar.
El término cleptoplastidia proviene de "clepto" (robar) y "plastidia" (cloroplastos). Fue documentado por primera vez en la babosa marina Elysia chlorotica, que captura cloroplastos de las algas que ingiere. Estos cloroplastos siguen realizando fotosíntesis dentro del cuerpo del animal, proveyendo energía adicional.
A diferencia de las plantas, los animales cleptoplásticos no pueden reproducir los cloroplastos capturados. Esto implica que deben consumir continuamente nuevas algas o plantas para mantener su capacidad fotosintética. Este proceso es una adaptación evolutiva valiosa en entornos con recursos alimenticios limitados.
El rol de la fotosíntesis en los animales
La fotosíntesis convierte la luz solar en energía química, produciendo oxígeno como subproducto. En los animales cleptoplásticos, la capacidad de utilizar la energía solar, aunque limitada, brinda ventajas en hábitats donde el acceso a alimentos puede ser esporádico. Esta habilidad acercó la atención a animales que hacen fotosíntesis, mostrando que la vida supera las expectativas en cuanto a estrategias de supervivencia.
La importancia de la clorofila y los cloroplastos
La clorofila, pigmento verde imprescindible para la fotosíntesis, es responsable de captar la luz solar. Los cloroplastos, orgánulos especializados, son el lugar donde se desarrolla la fotosíntesis. En animales cleptoplásticos, los cloroplastos capturados siguen siendo funcionales gracias a la clorofila que contienen. Sin embargo, estos animales no poseen la maquinaria genética para sintetizar clorofila, limitando su fotosíntesis a la disponibilidad de cloroplastos frescos.
La clorofila y los cloroplastos derivan de cianobacterias que, tras un proceso endosimbiótico, dieron origen a las plantas y algas actuales. Ahora, a través de la cleptoplastidia, algunos animales también obtienen ventajas fotosintéticas, reflejando la plasticidad evolutiva de la vida.
Diferencias entre cianobacterias, algas y plantas
Las cianobacterias, organismos procariotas sin núcleo definido, realizan la fotosíntesis en toda la célula. Por su parte, algas y plantas, organismos eucariotas, concentran la fotosíntesis en cloroplastos especializados. Las cianobacterias y las plantas pueden generar cloroplastos propios, mientras que los animales cleptoplásticos deben obtenerlos de su dieta, mostrando una dependencia constante de fuentes externas.
Animales que realizan fotosíntesis mediante cleptoplastidia
A lo largo del tiempo, se han descubierto animales que hacen fotosíntesis gracias a la cleptoplastidia, presentando adaptaciones sorprendentes. Estos ejemplos ofrecen nuevas perspectivas sobre las relaciones tróficas y la evolución.
Elysia chlorotica: El primer descubrimiento
Elysia chlorotica, una babosa marina, fue el primer animal en el que se documentó la cleptoplastidia. Se alimenta de algas, extrae cloroplastos y los incorpora en sus células. Estos cloroplastos continúan realizando fotosíntesis, otorgando energía adicional a la babosa.

Descubierta por la investigadora Hillary H. West en 1979, Elysia chlorotica mantiene los cloroplastos funcionales durante meses, sobreviviendo a periodos de escasez. Este caso demuestra cómo la evolución puede originar adaptaciones inusuales, permitiendo camuflaje y energía extra en un mismo proceso.
Pteraeolidia ianthina: El dragón azul fotosintético
Pteraeolidia ianthina, el dragón azul, es un nudibranquio que captura algas unicelulares del género Symbiodinium. Estas algas se almacenan en vacuolas celulares, continuando la fotosíntesis. Esta simbiosis proporciona energía y una coloración azul distintiva, ayudando a sobrevivir en ambientes con recursos limitados.
La estrategia de Pteraeolidia ianthina subraya la diversidad de enfoques que existen en la naturaleza para optimizar la supervivencia y la obtención de energía.

Baicalellia solaris: El Platelminto que Fotosintetiza
Baicalellia solaris, un platelminto marino, se alimenta de diatomeas y distribuye los cloroplastos por todo su cuerpo. Su forma aplanada maximiza la exposición a la luz y la eficiencia fotosintética. Esta adaptación muestra cómo la cleptoplastidia puede otorgar ventajas cruciales en entornos pobres en recursos.
La dificultad de estudiar a Baicalellia solaris ha impedido profundizar en sus mecanismos, pero su existencia amplía las fronteras de lo posible en el mundo animal.

Ambystoma maculatum: La salamandra de manchas amarillas
Ambystoma maculatum, una salamandra con manchas amarillas, es el único vertebrado conocido que practica cleptoplastidia. Establece una simbiosis con el alga verde Oophila amblystomatis, que penetra en su piel y permanece toda la vida. Durante el desarrollo embrionario, las algas producen oxígeno para la salamandra y reciben nutrientes del embrión, formando una relación única.
Esta endosimbiosis es excepcional, mostrando cómo vertebrados pueden integrar la fotosíntesis en su biología de una forma nunca antes vista.
La simbiosis única de Ambystoma maculatum y Oophila amblystomatis
La relación simbiótica entre Ambystoma maculatum y Oophila amblystomatis es un caso extraordinario de endosimbiosis. El embrión de la salamandra proporciona amoniaco, que sirve de nutriente para las algas, mientras estas producen oxígeno, beneficiando al embrión. Esta simbiosis se transmite a la siguiente generación a través de los huevos, un fenómeno sin precedentes.
La capacidad de integrar algas fotosintéticas en su cuerpo durante toda la vida ofrece un vistazo a la complejidad de las relaciones simbióticas y a las múltiples estrategias evolutivas posibles.
Implicaciones del proceso de cleptoplastidia en la ciencia
El estudio de la cleptoplastidia tiene implicaciones profundas en nuestro entendimiento de la fotosíntesis y la evolución simbiótica. Este fenómeno amplía la noción de qué organismos pueden fotosintetizar, proporcionando ejemplos de animales con cloroplastos y animales que realizan fotosíntesis, enriqueciendo la comprensión de la diversidad biológica.
La investigación sobre la cleptoplastidia podría tener aplicaciones en biotecnología, energías sostenibles y agricultura, al inspirar nuevas formas de aprovechar la energía solar. Además, el estudio de estos casos ejemplifica cómo la vida explora todas las posibilidades evolutivas, integrando características típicas de plantas y algas en el mundo animal.
Referencias:
- Rumpho, M.E., et al. (2008). Leaning on land plants to survive: the acquisition of photosynthetic capacity by a sea slug. Proceedings of the National Academy of Sciences.
- Pierce, S.K., et al. (2007). Transfer, integration, and expression of algal nuclear genes in a sea slug genome. Symbiosis.
- Pelletreau, K.N., et al. (2011). Photobiology of kleptoplasty in Elysia chlorotica: does the photosynthetic animal fuel its own photobionts? Journal of Experimental Biology.
- Pierce, S.K., et al. (2012). Endosymbiotic chloroplasts in molluscan cells. Proceedings of the Royal Society B.