¿Sienten los animales el dolor como los humanos?

¿Siente dolor un mosquito? ¿Cómo se siente un perro que es abandonado? ¿Sufren los toros en la plaza?¿Cómo le afecta a una rata ver sufrir a otra? Hablamos de como sienten y procesan el dolor los distintos animales.

Desde los más simples insectos hasta los más complejos mamíferos, la cuestión sobre si los animales sienten dolor y cómo lo experimentan plantea interrogantes éticos y científicos fundamentales.

El concepto del dolor en los animales ha sido un tema de debate durante siglos. A medida que avanzamos en nuestro entendimiento de la biología y la cognición animal, se vuelve crucial considerar cómo diferentes especies experimentan y responden al dolor.

El dolor en los animales

Los nocioceptores son células especializadas en la detección del daño y son los encargados de transmitir señales de dolor al cerebro. Esta vía de comunicación está presente en una amplia gama de animales, desde nuestras mascotas hasta las moscas más sencillas, que aunque carecen de receptores, poseen unas neuronas en el cerebro cuyas ramificaciones se extienden hasta la piel. 

Un mecanismo adaptativo

La función adaptativa del dolor es universal: alertar al organismo sobre posibles amenazas y motivar respuestas de supervivencia. 

¿Tienen los animales compasión y empatía?

Aunque algunos científicos argumentan que un animal puede experimentar dolor sin tener una capacidad cognitiva para comprenderlo plenamente, evidencias empíricas sugieren que algunos animales pueden demostrar una comprensión básica del dolor ajeno

Un experimento con ratas que reaccionaron a la percepción del dolor en sus compañeras sugiere un nivel primitivo de empatía en animales. Aunque este comportamiento no puede compararse directamente con la empatía humana, plantea la posibilidad de que ciertas especies puedan sentir un grado de preocupación por sus congéneres. Ejemplos como los cerdos que ayudan a otros cerdos a escapar de situaciones adversas también indican una forma de colaboración y consideración por el bienestar de otros.

El dolor emocional en animales

No solo el dolor físico es relevante en los animales. Los perros abandonados y maltratados pueden experimentar dolor emocional manifestado en cambios de comportamiento. La evitación de la socialización, la pérdida de apetito y la indefensión aprendida son ejemplos de cómo el sufrimiento psicológico puede afectar a los animales. Esto subraya la importancia de considerar tanto el bienestar físico como emocional de las criaturas con las que compartimos el planeta

Hoy sabemos que las mismas regiones del cerebro que responden a las experiencias sensoriales dolorosas se activan durante las experiencias intensas de rechazo social, como demostraron investigadores de la Universidad de Michigan (EE UU) en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)

¿Siente dolor un mosquito?

Los insectos, a pesar de carecer de nocioceptores, tienen estructuras neuronales que responden a estímulos nocivos de manera similar. Aunque no podamos asegurar que sienten dolor en el sentido que lo entendemos, su capacidad para reaccionar ante amenazas y emitir señales químicas sugiere una preocupación por la supervivencia del grupo. Este debate se enmarca en la creciente conciencia sobre la sensibilidad de todos los seres vivos.

¿Cómo medir el dolor?

Los animales, incapaces de expresar el dolor verbalmente, emplean expresiones faciales, movimientos y vocalizaciones para comunicar su malestar. En la medicina veterinaria, la Escala de Glasgow se utiliza para medir el dolor y facilitar un tratamiento eficaz. Más allá de su función biológica, el dolor alerta al cuerpo sobre el peligro, promoviendo respuestas de autoprotección.

Distintos tipos de dolor

Y es que el dolor es una cuestión que se percibe por dos canales: de forma sensorial y de forma emocional. La percepción física del dolor se traduce de forma muy distinta en términos emocionales, incluso de unas personas a otras, lo cual tiene que ver con la situación en que nos encontramos, los niveles de estrés, etcétera.

Todos los dolores son distintos entre sí: el dolor de espalda, el dolor de un arañazo, el dolor menstrual... Y no solo eso. En nuestra cotidianidad llegamos a sentir dolor aunque no haya ningún tipo de estímulo físico que nos lo provoque, constituyendo un tipo de dolor esencialmente emocional.

Cuestiones éticas y morales

La discusión sobre el dolor animal insta a reconsiderar nuestras acciones como sociedad. Las leyes y regulaciones diseñadas para prevenir el maltrato animal son una respuesta a nuestra creciente comprensión de la sensibilidad de los animales. A medida que avanzamos en la investigación y el entendimiento, debemos cuestionar nuestras prácticas y entretenimientos para garantizar que reflejen una conciencia ética y respeto hacia todas las formas de vida.

En resumen, la experiencia del dolor en los animales es un tema complejo y en evolución. Desde los mecanismos biológicos hasta los comportamientos observados, hay evidencias que sugieren que diversas especies son capaces de sentir dolor y, en algunos casos, de demostrar empatía y consideración hacia sus congéneres. Esta comprensión debe motivarnos a tratar a los animales con respeto y consideración, replanteando nuestras acciones y políticas para asegurar su bienestar en un mundo compartido.

Referencias

  • Sneddon, L. U. et al. 2014. Defining and assessing animal pain. Animal behaviour, 97, 201-212.

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