Justo antes de la llegada de los dinosaurios, hace unos 251 millones de años, los continentes de la Tierra se apretaron entre sí, lo que dio lugar al supercontinente Pangea. Tiempo después, está gran masa terrestre se separó en dos y, luego, en los cinco continentes que conocemos hoy. Sin embargo, las cosas pueden cambiar.
“Pangea no fue el primer supercontinente que nació en los 4500 millones de años de historia geológica de la Tierra. Y no será el último”

Una historia cíclica: supercontinentes antes de Pangea
El desplazamiento constante de las placas tectónicas unas respecto de otras suscita un interrogante: ¿se repetirá alguna vez lo que pasó con Pangea?
La respuesta es sí. Pangea no fue el primer supercontinente que nació en la historia geológica de 4500 millones de años de la Tierra. Y no será el último. Los geólogos están de acuerdo en que la formación de continentes sigue un ciclo bastante regular y bien establecido. Ha pasado tres veces antes en el pasado.
El primero fue Nuna, también conocido como columbia o Hudsonlandia, que existió hace entre 1800 y 1300 millones de años atrás. El siguiente fue Rodinia, hace entre 1200 y 750 millones de años.
El rol de las placas tectónicas
Por eso, no hay razón para pensar que no se formará otro supercontinente en el futuro. La convergencia y separación de masas terrestres está supeditada a los movimientos de las placas tectónicas.
La corteza terrestre está dividida en grandes fragmentos de litosfera que flotan en el manto, la capa líquida que abarca desde cerca del núcleo a la superficie.
En un proceso conocido como convección, el material más caliente sube desde el centro de la Tierra hacia el exterior, mientras las rocas más frías de las capas superficiales se hunden.
El movimiento de subida y bajada de manto puede separar las placas o acercarlas, lo que hace que hasta unas se solapen sobre las otras.

El magnetismo de las rocas: pistas del pasado geológico
Los científicos pueden monitorizar estos avances o retrocesos mediante instrumentos de GPS. Pero, para saber lo que pasó hace millones de años, los paleontólogos tienen que recurrir al estudio del magnetismo natural de la corteza terrestre.
Mientras la lava caliente se enfría en el borde donde dos placas han colisionado, algunas rocas de lava solidificada, que contienen minerales magnéticos como la magnetita, se alinean con los campos magnéticos que la Tierra tiene en ese momento.
Cuando la roca enfriada se mueve en la tectónica de placas, los investigadores pueden fijarse en esa alineación magnética para calcular dónde, en términos de latitud, estaban colocados estos materiales magnéticos en el pasado.
¿Cuándo llegará Amasia? La gran unión que ya ha comenzado
Así las cosas, la formación de un nuevo supercontinente tiene lugar cada 600 millones de años más o menos, aunque este ciclo podría estar acelerándose.
Eso implica que la próxima Pangea, que se ha bautizado ya como Amasia, podría llegar antes de lo que creemos. La razón es que el calor interno de la Tierra –el del núcleo– está bajando y, por ello, las corrientes de convección ocurren más rápido.
Sin embargo, predecir en qué año nacerá Amasia no es fácil.

La Tierra se mueve muy lentamente
Los movimientos de placas, a veces, son inesperados y las imperfecciones del suelo marino pueden hacer que viren sus trayectorias.
Sabemos, eso sí, que los movimientos tienen lugar a razón de unos centímetros por año, aproximadamente a la misma velocidad que nos crecen el pelo y las uñas.