El tinnitus afecta aproximadamente al 14% de la población adulta en todo el mundo. Este trastorno auditivo se manifiesta como zumbidos, silbidos o pitidos constantes que no provienen de fuentes externas. Aunque sus causas no están del todo claras, se asocia con estrés, ansiedad, alteraciones neurológicas y pérdida auditiva.
Un nuevo estudio publicado en BMJ Open sugiere que ciertos alimentos podrían reducir el riesgo de desarrollar tinnitus. La investigación fue realizada por un equipo de la Universidad de Medicina Tradicional China de Chengdu, y representa el metaanálisis más completo hasta la fecha sobre dieta y tinnitus.
Qué es el tinnitus y por qué va más allá de un simple zumbido en los oídos
El tinnitus es la percepción de sonidos en ausencia de estímulos externos, comúnmente descritos como zumbidos, silbidos, pulsaciones o siseos. Aunque puede afectar a personas de cualquier edad, su prevalencia aumenta con la edad y con la exposición prolongada a ruidos intensos. Se estima que alrededor del 14% de la población adulta mundial ha experimentado tinnitus en algún momento, y entre un 1% y 2% lo padece de forma crónica y debilitante.
El origen exacto del tinnitus no siempre es claro, pero suele estar relacionado con daño en las células sensoriales del oído interno, alteraciones en la vía auditiva central o incluso disfunciones en áreas cerebrales que procesan el sonido.
Más allá del oído, el tinnitus tiene implicaciones neurológicas y emocionales. Investigadores han identificado una activación anómala en regiones del cerebro como la corteza auditiva, la ínsula anterior y el tálamo. Además, muchas personas con tinnitus reportan síntomas de ansiedad, insomnio, irritabilidad y depresión.
Esto sugiere que el trastorno no solo involucra una alteración auditiva, sino también una alteración en la forma en que el cerebro filtra y responde a la información sensorial. Actualmente no existe una cura definitiva, pero algunas intervenciones —como la terapia cognitivo-conductual, el uso de dispositivos generadores de sonido y ciertos ajustes en el estilo de vida— pueden ayudar a reducir la percepción del tinnitus y su impacto diario

Un estudio con más de 300 mil participantes
Los investigadores revisaron 10 estudios observacionales y realizaron un metaanálisis con 8 de ellos. En total, analizaron datos de 301.533 adultos. El objetivo fue explorar si existía una relación entre 15 factores dietéticos comunes y la incidencia del tinnitus.
Los factores evaluados incluyeron frutas, vegetales, fibra, café, lácteos, carbohidratos, proteínas, grasas, azúcar, agua, carne, pescado, huevos, margarina y dieta variada. Usaron modelos de efectos mixtos y pruebas de heterogeneidad para validar los resultados y garantizar la solidez estadística del análisis.
Frutas, fibra, lácteos y cafeína: los alimentos con efecto protector
Cuatro alimentos mostraron una asociación negativa significativa con el tinnitus, es decir, su consumo se relacionó con una menor incidencia del trastorno:
- Frutas: reducción del 35.1% en el riesgo.
- Productos lácteos: reducción del 17.3%.
- Fibra dietética: reducción del 9.2%.
- Cafeína: reducción del 10.2%.
El consumo de frutas fue el factor más destacado, lo que respalda su inclusión en recomendaciones dietéticas generales. La cafeína, a menudo contraindicada en pacientes con tinnitus, mostró un efecto protector moderado.
Mecanismos fisiológicos propuestos
Los investigadores propusieron varias hipótesis sobre cómo estos alimentos podrían influir en la aparición del tinnitus. En el caso de la fibra, podría mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir los niveles elevados de insulina, lo cual se ha asociado con alteraciones en el oído interno.
El consumo de frutas aportaría antioxidantes y compuestos antiinflamatorios, que podrían proteger las delicadas estructuras del oído interno. Por su parte, los lácteos podrían mejorar la función vascular, favoreciendo una mejor circulación en la cóclea.
Respecto a la cafeína, se sugiere que sus propiedades neuroquímicas podrían ejercer un efecto regulador sobre el sistema nervioso central. Esto podría explicar su potencial para reducir el riesgo, aunque el vínculo sigue siendo tema de debate.
Ninguna asociación significativa con otros alimentos
El estudio no encontró relaciones significativas entre el tinnitus y otros once factores dietéticos evaluados. Estos incluyeron vegetales, carbohidratos, proteínas, grasas, agua, azúcar, carne, pescado, huevos, margarina y dieta variada.
Algunos de estos alimentos, como los vegetales, son ampliamente reconocidos por sus beneficios generales para la salud. Sin embargo, los datos disponibles no fueron suficientes para demostrar una relación directa con la incidencia del tinnitus.
Los autores reconocen que la escasez de estudios de alta calidad en ciertas categorías puede haber limitado la capacidad para detectar efectos. La falta de homogeneidad en los datos también impidió realizar un análisis de dosis-respuesta.

Fortalezas y limitaciones del metaanálisis
Entre los puntos fuertes del estudio destaca la cantidad y diversidad de participantes. Al incluir a más de 300 mil personas de distintos países y culturas alimentarias, los resultados ofrecen una visión representativa a nivel global.
El análisis empleó criterios de calidad como la escala de Newcastle-Ottawa y modelos estadísticos robustos.Además, se realizaron análisis de sensibilidad para confirmar la estabilidad de los resultados.
Como limitación, la mayoría de los estudios incluidos fueron de tipo transversal, lo que impide establecer relaciones de causalidad. Tampoco fue posible evaluar el impacto de la cantidad de consumo de cada alimento, ni la frecuencia específica de ingesta.
¿Qué tan confiables son los efectos protectores observados?
Aunque los resultados son estadísticamente significativos, los autores insisten en que se debe interpretar con cautela. El diseño observacional no permite concluir que el consumo de frutas o lácteos prevenga directamente el tinnitus.
Aun así, los hallazgos coinciden con investigaciones previas sobre dieta, inflamación y salud auditiva. Esto sugiere que ciertos hábitos alimenticios podrían influir en los mecanismos que protegen el oído interno.
El estudio representa el primer metaanálisis que aborda de forma sistemática la relación entre dieta y tinnitus. Por ello, sus conclusiones ofrecen una base sólida para futuras investigaciones.
Un llamado a nuevas investigaciones clínicas
Los autores recomiendan realizar estudios prospectivos y ensayos clínicos controlados. Esto permitiría evaluar con mayor precisión si modificar la dieta tiene un efecto directo sobre el riesgo de desarrollar tinnitus.
También proponen incluir análisis de dosis y frecuencia, así como estudios que exploren variaciones genéticas y metabólicas que podrían influir en la respuesta dietética.
Dado que el tinnitus sigue siendo una condición sin cura definitiva, encontrar estrategias preventivas desde la alimentación representa un área de gran interés clínico y social.

Una vía alimentaria para el bienestar auditivo
El tinnitus afecta a millones de personas y deteriora su calidad de vida. Si bien no existe una cura universal, este estudio sugiere que lo que comemos podría jugar un papel en su prevención.
Frutas, fibra, lácteos y cafeína emergen como posibles aliados para reducir el riesgo de tinnitus. Aunque los resultados deben confirmarse, ofrecen una señal clara para orientar investigaciones futuras y recomendaciones dietéticas más precisas.
Mejorar la salud auditiva podría comenzar en el plato, con elecciones cotidianas que no solo beneficien al oído, sino al bienestar general.
Referencias
- Zhang, M., Wang, X., Zhang, S., He, X., Chen, X., Wang, L., ... & Zhang, Q. Association of 15 common dietary factors with tinnitus: a systematic review and meta-analysis of observational studies. BMJ open. (2025). doi: 10.1136/bmjopen-2024-091507