Viajar

Salida del Titanic

Titanic, entre el lujo y la tragedia

En 1912 el Titanic, que fue en su tiempo el barco de pasajeros más grande y lujoso del mundo, zarpaba de las costas inglesas rumbo a Nueva York. Pocos días después, el buque se hundía tras chocar con un icerberg.
  • María Fernández Rei
"NASA: La aventura del espacio" abre sus puertas

"NASA: La aventura del espacio" abre sus puertas

¿Te imaginas subir a un simulador de vuelo y comprobar tus aptitudes para viajar a la Luna? ¿Quieres ver los trajes que llevaron los astronautas de las más emblemáticas misiones al espacio? ¿Sabes cómo es la vida a bordo de un vehículo espacial? Ya está en Madrid la exposición "NASA: la aventura del espacio".
  • Victoria González
¿Qué es el síndrome de la clase turista?

¿Qué es el síndrome de la clase turista?

Cada día son más las personas que cogen un avión para viajar. Según los expertos, la popularización de este transporte ha traído también consigo el aumento de una patología: el síndrome de la clase turista o trombosis del viajero. Consiste en la aparición de síntomas derivados de tener una trombosis venosa, habitualmente en los miembros inferiores.
  • Elena Sanz
Thor

¿Quién era Thor?

Además de ser uno de los dioses más importantes de la mitología nórdica, Thor se convirtió en un personaje de cómic en la década de los 60.
  • Daniel Delgado
Tecnología española para viajar a Marte

Tecnología española para viajar a Marte

La estación meteorológica REMS y una antena de alta ganancia serán los dos instrumentos con tecnología española que formarán parte de la misión de la NASA Mars Science Laboratory, que partirá a finales de año hacia Marte para analizar la atmósfera y el suelo del planeta rojo.
  • Elena Sanz
Julio Verne

6 cosas que deberías saber sobre Julio Verne

Cuando Julio Verne decidió romper definitivamente las expectativas de su padre de ser un gran abogado para sentarse a escribir libros, tenía una idea en la cabeza: tender un puente entre la ciencia y la literatura.
  • Christian Pérez
Guías de viaje Lonely Planet para iPad y e-books

Guías de viaje Lonely Planet para iPad y e-books

Las clásicas guías de viaje, pesadas y llenas de post it pueden pasar a la historia. La marca más famosa de guías, Lonely Planet, acaba de lanzar sus guías Discover ("lo mejor de" en su versión en castellano) para el iPad. Ya están disponibles en iBookstore y permiten tomar notas interactivas, consultar mapas con señalizaciones, buscar contenidos en Wikipedia o Google y contienen más de 3.000 hipervínculos.
  • Javier Flores
Jack Rackham (1670-1720)

Jack Rackham, el pirata más elegante

El pirata más elegante del siglo XVIII fue Jack Rackham, más conocido como Calico Jack por la camisa y los pantalones de calico o tela de algodón estampada que llevaba normalmente. Pero sobre todo fue célebre por sus hazañas en alta mar y su pasión por el ron y las mujeres: llegó a llevar a dos a bordo, Anne Bonny y Mary Read, y protagonizaron un trío amoroso. De Rackham, una presencia habitual entre los corsarios que atacaban la navegación costera del Caribe a inicios del XVIII, se desconoce su fecha y lugar de nacimiento. La primera mención sobre él data de 1718, cuando viajaba a bordo del barco de guerra inglés Treasure como intendente del capitán Charles Vane. En un momento dado, éste rehusó perseguir a un buque de la Armada francesa que tenía a su alcance, lo que puso en su contra a toda la tripulación. Rackham consiguió que los marineros se amotinaran contra el capitán y le aclamaran como líder. Luego mandó virar al barco, y persiguió y capturó a los franceses con un gran botín. Desde ese día, Rackham y su tripulación se dedicaron a la piratería con una estrategia de atacar objetivos modestos, pequeñas corbetas y barcos de pesca locales, lo que les reportó buenos beneficios. No tenían alternativa ya que a raíz del motín les perseguía la justicia, pero en mayo de 1719, Rackham pidió y obtuvo el perdón real en las Bahamas y se instaló en Nueva Providencia, en la actual isla de Nassau. Flechazo en la cantina del puerto Una noche en una taberna del puerto, Rackham conoció a una mujer casada llamada Anne Bonny y empezó a cortejarla. Cuando la relación entre ambos se hizo pública, el gobernador de Nueva Providencia amenazó con azotar a Anne por adulterio, por lo que la pareja decidió robar un navío y reclutar una tripulación. Temiendo que los marineros se negasen a compartir el viaje con una mujer, Anne se vistió de hombre y adoptó el nombre de Adam Bonny. Una vez en alta mar, se comportó como un miembro más del grupo y luchó junto a sus compañeros en muchas acciones peligrosas. Al poco tiempo, Calico, Anne y el resto se convirtieron en un punto de mira preferente de las autoridades tanto españolas como británicas, que mandaron varios barcos armados desde las Bahamas en su búsqueda y les obligaron a huir. No tardaron en ser capturados por un buque español, pero lograron escapar navegando alrededor de Jamaica, haciéndose con varios pesqueros y un bergantín. Finalmente, el gobernador de Jamaica decidió intervenir y contrató al experto cazador de piratas capitán Barnet, que logró atrapar a Rackham. Es posible que éste hubiera intentado firmar un pacto de rendición con el gobernador si concedía clemencia a Anne y a la otra mujer de la tripulación, Mary Read, que navegaba bajo la identidad de Mark Read. Verdad o no, ambas consiguieron escapar de la horca alegando estar embarazadas. Jack Rackham y sus hombres fueron juzgados en Spanish Town, Jamaica, el 16 de noviembre de 1721, sentenciados como culpables de piratería y ahorcados al día siguiente. Sables en lugar de tibias La bandera clásica de los piratas, diseñada para infundir temor al ser avistada en el horizonte, era conocida como Jolly Roger. El origen de ese nombre no está claro, aunque podría provenir de la expresión inglesa Old Roger, que era una forma de llamar al Diablo. Su diseño más común consistía en una calavera cruzada por dos tibias sobre un fondo negro, pero existían muchas variantes y había capitanes que diseñaban la suya propia. Por ejemplo la de Edward Teach, más conocido como Barbanegra, mostraba un esqueleto sosteniendo un reloj de arena en una mano y un dardo o lanza en la otra al lado de un corazón sangrante. Bartholomew Roberts, Bart el Negro, usaba la imagen de un hombre y un esqueleto que sostienen una lanza en una mano. La de Calico Jack Rackham llevaba dos sables cruzados en vez de las clásicas tibias, como una manera de expresar su ferocidad en la lucha. En principio, no parecía buena idea advertir de las intenciones izando la amenazadora enseña, pero se trataba de una forma de guerra psicológica para intimidar a la tripulación enemiga y obligarla a rendirse sin disparar un cañonazo ni lanzarse a un violento abordaje. Y si la presa se resistía a rendirse, los piratas la arriaban e izaban la bandera roja, para anunciar que se lanzaban a un ataque a muerte y sin piedad.
  • Christian Pérez
Walter Raleigh (1552-1618)

Walter Raleigh, el explorador carismático

Explorador, soldado, cortesano, parlamentario y poeta, Walter Raleigh es una de las figuras más carismáticas de la época Tudor. Nació en 1552 en Devonshire, al sur de Inglaterra, hijo del hidalgo campesino Walter Raleigh de Fardell. A los 17 años se marchó a Francia para luchar en el bando hugonote en las guerras de religión. En 1573 volvió para estudiar leyes en Oxford y Londres, donde se familiarizó con el ambiente de la corte y de los intelectuales, pero la vida soldadesca le tiraba demasiado y en 1577 se fue a los Países Bajos a combatir por Guillermo de Orange. Su carrera en la piratería empezó al año siguiente, cuando fletó un barco y se marchó a los establecimientos ingleses de América con su hermanastro sir Humphrey Gilbert con el objetivo primordial de capturar galeones españoles. No tuvieron mucha suerte. En 1580 volvió a Londres y con el apoyo de los condes de Leicester y de Oxford se puso al mando de una compañía de infantería con la que se fue a luchar contra los rebeldes irlandeses de Munster; allí sofocó la revuelta empleándose con gran crueldad, y se ganó el favor de la corte de Westminster. A partir de 1582 empezó a recibir pensiones, honores y cargos de manos de Isabel I, entre ellas la posesión de la residencia principesca de Durham House. Fueron años boyantes como favorito, capitán de guardias de la reina y vicealmirante, pero su fracasada empresa pirata le había dejado el gusanillo de la aventura en el Nuevo Mundo. En 1584 obtuvo un permiso real para explorar tierras "paganas" que no perteneciesen a ningún Rey cristiano. Su idea era colonizar Norteamérica para torpedear los intereses de Espa ña y de paso beneficiarse de las riquezas del nuevo continente. El proyecto cristalizó en la exploración de la costa norteamericana y la colonización de Virginia, de cuyo viaje Raleigh traería clandestinamente el tabaco a Europa, quitando así el monopolio a los españoles. Él también se creyó la leyenda de El Dorado En sus expediciones a América del Sur, tras luchar en 1588 contra la Armada Invencible, no le fue demasiado bien. En 1594 conoció en la isla de Trini dad a un aventurero español al que sonsacó información sobre la posible ubicación en Guayana de la legendaria ciudad de El Dorado. De vuelta a Inglaterra escribió un libro sobre el tema y se puso a preparar la aventura. Durante el viaje camino de Guayana, iniciado en 1595, pasó por Fuerteventura, donde desembarcó, hizo acopio de agua, robó ganado y capturó dos barcos, uno cargado de armas de fuego y otro de vino. De vuelta a Europa participó en una expedición contra Cádiz (1596), donde resultó gravemente herido, y en 1597 se apoderó de Faial, en las Azores, lo que le llevó a enfrentarse con el conde de Essex. Su mutua enemistad sólo terminó con la ejecución de este último en 1601. En 1600 sir Walter Raleigh fue nombrado gobernador de la isla de Jersey, pero la muerte de Isabel I en 1603 le hundió, ya que que no contó con las simpatías del sucesor, Jacobo I. Raleigh fue encerrado por segunda vez en la Torre de Londres (ver recuadro), de donde no salió hasta 1616 para dirigir un viaje a América que resultó un desastre. En 1618 murió decapitado por orden real. Un héroe romántico A Raleigh se le considera el inventor de la costumbre caballeresca de arrojar la capa sobre el suelo ante una dama para evitar que se manche los pies de barro. Él lo hizo con Isabel I, de quien estaba enamorado y a quien escri bía poemas dedicados a una tal Cintia, para no comprometerla. La aparición de Raleigh en la corte isabelina, llena de intrigas y traiciones, fue deslumbrante y pronto se convirtió en el favorito de la reina, que le colmó de riquezas. Pero en 1589, cuando apenas tenía 37 años, fue desplazado de la cama real por un joven de 20, el Conde de Essex, probablemente por despecho de la reina al saber que Raleigh había se ducido a su amiga y dama de honor Isabel Throck morton. Además, sir Walter fue encerrado en la Torre de Londres, donde pasó varios meses, y la dama, enviada lejos de Inglaterra. En 1595, Raleigh se embarcó en la búsqueda de El Dorado con la idea de recuperar el favor de Isabel, a la que prometió "unas Indias para su Majestad, mejores que cualesquiera tenga el rey de España". Nunca lo logró.
  • Christian Pérez
John Hawkins (1532-1595)

John Hawkins, aventurero y corsario

Además de aventurero y corsario, John Hawkins fue el primer traficante de esclavos inglés a gran escala. Nacido en Plymouth, en la costa sur de Inglaterra, era hijo de William Hawkins, confidente de Enrique VIII y capitán de la Marina Real. John comenzó su carrera en el comercio marítimo africano y pronto se convirtió en negrero, al transportar esclavos desde la costa de África occidental a las Antillas, lo que suponía desafiar la legislación española y entrar en conflicto con su Armada, pues el tráfico estaba prohibido a los extranjeros no autorizados. Con sólo 22 años, Hawkins montó un consorcio para la trata de negros con varios inversores, que él mismo dirigió. Durante una de sus travesías recaló en Tenerife, a donde llegó en 1560 haciéndose pasar por un honrado comerciante de paños y vinos. Al año siguiente volvió y se llevó como piloto al vecino de Santa Cruz Juan Martín, pues lo necesitaba como requisito legal para poder entrar en Guinea. Allí saqueó varios barcos portugueses, cuyo contenido vendió en Santo Domingo. Su primer embarque de esclavos (1562) por cuenta de una sociedad londinense resultó tan rentable que en su segunda expedición (1564-1565) contó con la participación de un selec to grupo de socios que incluía a la reina Isabel I. A bordo del inmenso navío de 700 toneladas Jesus of Lübeck realizó su periplo más largo, durante el cual volvió a desembarcar en Tenerife, aunque tuvo que salir huyendo al saber que en La Laguna iban a procesarlo por sus actos de pillaje en Guinea y Antillas. El gobierno español, bien informado sobre los negocios de Hawkins, presentó una protesta formal en Londres, donde prometieron controlarle, cosa que nunca sucedió. Con lo que no contaba el mari no inglés era que su tercer viaje (1567- 1569), en compañía de Drake, iba a acabar en desastre. Después de capturar el barco negrero portugúes Madre de Dios, vender el cargo de esclavos y otras mercancías en el Caribe y de amenazar con saquear varias ciudades, entre ellas Cartagena de Indias, Hawkins y sus hombres se vieron obligados a tomar tierra en San Juan de Ulúa, cerca del puerto mexicano de Veracruz, donde fueron sorprendidos por una flota española que hundió cuatro de sus seis barcos. Fingió traicionar a la reina para obtener información Hawkins logró escapar con los otros dos navíos, y durante el penoso viaje de vuelta a Inglaterra pensó que la guerra contra España era inevitable. De ahí que en 1570 fingiera traicionar a Isabel I ofreciendo sus servicios a los españoles, con el verdadero propósito de liberar prisioneros y obtener información sobre la futura invasión de la Armada Invencible a Gran Bretaña. Luego ayudó a desmontar una conspiración para sustituir a Isabel por María Estuardo en el trono inglés, y su lealtad fue recompensada con un escaño en el Parlamento, lo que impulsó su carrera política (ver recuadro). Su vuelta activa a los mares se produjo en 1588, cuando como capitán del Victory fue uno de los líderes de la flota que derrotó a la Armada Invencible. En los años sucesivos, Hawkins realizó varias expediciones corsarias contra los buques españoles. En 1590 fracasó en las islas Azores en su intento de interceptar la flota de las Indias cargada de metales preciosos. En 1595, a los 63 años, tras fallar también en el intento de atacar las islas Canarias, partió con Drake y una flota de 27 barcos al asalto de los puertos españoles en las Indias. Murió justo antes de un asalto frustrado a Puerto Rico y su cuerpo fue entregado al mar. Cargos para limpiar su imagen En 1571, Isabel I necesitaba dinero y apoyo para afrontar los desafíos que amenazaban su reinado: por un lado, la competencia interna de María Estuardo, y, por otro, el acoso exterior de Felipe II y su Armada. Ahí entró en juego el próspero traficante y pirata John Hawkins, que a cambio de su lealtad fue recompensado con honores y cargos: en 1571, la reina le otorgó un asiento en el Parlamento y en 1578 le nombró tesorero y después organizador de la Marina Real inglesa. Sorprendentemente, Hawkins destacó por su honestidad y su visión al preparar galeones bien artillados y manejables y organizar la reconstrucción de viejos barcos y el diseño de navíos más rápidos. Desde su cargo pertrechó a la Armada inglesa para la guerra con España, para lo cual aumentó el tamaño de la flota. Su papel en la batalla contra la Invencible le valió ser nombrado caballero y aumentar su influencia en la corte. En el capítulo de sus negocios privados, se dice que una de sus contribuciones fue introducir, junto con Francis Drake, las patatas en Inglaterra.
  • Christian Pérez
El maleficio de las ranas

El maleficio de las ranas

El croar de una rana solitaria en el silencio de una noche de verano hace revivir al autor los tiempos de su infancia, cuando los batracios aún no estaban expuestos a la amenaza de extinción.
  • Eugenio M. Fernández Aguilar
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¿En qué consiste un viaje astral?

Viaje astral y proyección astral: ¿Realidad o pseudociencia? Descubre la teoría del cuerpo astral y la experiencia extracorporal. Exploramos explicaciones científicas y psicológicas
  • Eugenio M. Fernández Aguilar