Entre julio de 1936 y abril de 1939 tuvo lugar la Guerra Civil española. La contienda fratricida se saldó con medio millón de muertos, no menos exiliados y, como en toda guerra, también hay que lamentar la pérdida de obras de arte y patrimonio destruido. Según un informe del Ministerio de Obras Públicas de la República, en Madrid solo hizo falta un año y medio de guerra para que el 39% de los inmuebles protegidos sufrieran daños. De los 8 000 edificios que recibían este calificativo, 3 178 fueron dañados por la actividad bélica, 219 quedaron en condiciones lamentables y 146 fueron totalmente destruidos.
Los bombardeos franquistas, la quema de iglesias y conventos que los republicanos llevaron a cabo al inicio de la guerra y la artillería disparada contra edificios en los que se refugiaba el enemigo fueron los principales actos por los que ya no tenemos en pie estas construcciones monumentales.
A mediados de noviembre de 1936 inició una batalla en la Ciudad Universitaria de Madrid. Con la violencia e insensatez propias de los primeros compases de una guerra que buscaba crear el mayor terror posible en el enemigo, los ataques hicieron estragos en varios edificios monumentales de la zona.

Instituto Nacional de Higiene Alfonso XIII
A finales del siglo XIX se dieron epidemias de cólera en Italia y Portugal entre otros países europeos. Con el objetivo de investigar esta y otras enfermedades, así como avanzar en la sanidad y conocimiento médico, en 1899 se creó el Instituto de Sueroterapia, Vacunación y Bacteriología Alfonso XIII. Efectivamente, en este centro se elaboraban vacunas, sueros, análisis de muestras y se impartía la enseñanza e investigación en medicina y microbiología.
Este palacio neobarraco se construyó a las afueras de la ciudad, aunque hoy la zona haya quedado absorbida por el centro de Madrid. La idea era evitar la propagación de enfermedades y contar con el aislamiento necesario para investigarlas.
Las bombas acabaron con el edificio y en su emplazamiento se levanta actualmente el Rectorado de la Universidad Complutense.

Casa de Velázquez
Popularmente conocida como Casa de Velázquez, se trata de la Casa de Francia, una institución cultural francesa para estudiar hispanismo e intercambiar conocimientos entre ambas naciones. Su origen se remonta a una Escuela de Altos Estudios Hispánicos que albergó Madrid desde 1909. Sin embargo, en la década de 1920, el rey Alfonso XIII cedió 20 000 m2 a Francia para que construyera una residencia para artistas e investigadores franceses.
Se inauguró en 1928, aunque el conjunto al completo no se finalizó hasta 1935. Por desgracia, un año después, los bombardeos caídos sobre Ciudad Universitaria acabaron con el monumental palacio de estilo barroco. Tenía dos torres flanqueando una portada en la que se reutilizó el pórtico del palacio de Oñate, obra del siglo XVII.
El edificio se reconstruyó en 1959, pero, aunque ocupa el mismo lugar, la actual Casa Velázquez no tiene la monumentalidad que atesoraba la construcción original.

Cárcel Modelo de Madrid
Otra de las obras arquitectónicas que sufrió la batalla de Ciudad Universitaria. Inaugurada en 1884, la conocida como Cárcel Celular en la época fue la prisión principal de Madrid durante los años que restó del siglo XIX y los primeros del XX hasta su destrucción en la guerra.
Fue una obra arquitectónica destacada. Se edificó en función a una serie de galería celulares que confluían en una rotonda desde la que se podía vigilar todo el edificio fácilmente. Estos avances hicieron que se reconociese como el modelo a seguir para las cárceles venideras, y de ahí el nombre con el que se conoce al desaparecido edificio hoy día.
Por su estructura y emplazamiento no tardó en ser utilizada como fortín para la contienda. Pero fue bombardeada y el edificio quedó en ruinas. El régimen franquista, una vez terminada la guerra, demolió los restos y construyó en el mismo lugar el Ministerio del Aire. Actualmente es el emplazamiento donde se ubica el Cuartel General del Ejército del Aire.

Asilo de Santa Cristina
Fundado en 1895, por su emplazamiento junto a la Ciudad Universitaria, fue otro edificio monumental destruido por la guerra en 1936.
El gobernador Alberto Aguilera y Velasco propuso su construcción para dar cobijo a los pobres, necesitados y ancianos. El edificio estaba compuesto por una iglesia y treinta pabellones que tuvieron a Belmás y Mathet como arquitectos.
Este edificio también fue utilizado por las tropas como residencia y fortín en la batalla de Ciudad Universitaria. Incluso se libró una lucha en el interior del edificio y, al finalizar la guerra, no hubo solución para sus daños, por lo que terminó siendo demolido. Solo se rescató la imagen de la Virgen que había en la Iglesia del complejo. Actualmente, la talla reposa en un templete construido en el lugar que ocupaba el asilo.
Referencias:
Andrés Urtasun, M. 2017. Arquitectura perdida en Madrid, 1931-1939. Editorial Y.
Viana, I. Nueve joyas arquitectónicas imponentes de Madrid que se perdieron para siempre en la Guerra Civil. Abc.es.