Muere Harald III, 'el Despiadado' rey vikingo

El último gran rey vikingo de Noruega fallece el 25 de septiembre de 1066 tras recibir un flechazo.
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El último gran rey vikingo de Noruega fallece el 25 de septiembre de 1066 tras recibir un flechazo. Así fue el dfinal de Harald III el Despiadado.

Infancia y ascenso al poder

Orígenes y familia de Harald Sigurdsson

Harald Sigurdsson nació en 1015 en Ringerike, Noruega, hijo de Sigurd Syr y Åsta Gudbrandsdatter. Su linaje noble le otorgó desde joven un lugar en la historia de Noruega. De hecho, fue medio hermano del rey Olaf Haraldsson, conocido como Olaf el Santo. Su educación estuvo marcada por las historias de conquistas y por el refuerzo de sus dotes de liderazgo.

Bajo el nombre de Harald III, Harald Sigurdsson fue rey de Noruega de 1046 a 1066. Además, reclamó sin éxito el trono danés hasta 1064 y el trono inglés en 1066. Muchos lo consideran el más destacado e influyente de los primeros reyes noruegos de la era vikinga.

Recreación fantasiosas de hachas vikingas. Harald III el Despiadado. Fuente: Pixabay

Su participación en la batalla de Stiklestad

La batalla de Stiklestad en 1030 fue un punto de inflexión en la vida de Harald Sigurdsson. A la edad de 15 años, se unió a su medio hermano Olaf en una campaña para recuperar el trono noruego. Esta batalla es una de las más famosas en la historia de Noruega, no solo por su brutalidad, sino también por su impacto en el futuro del país. Aunque Olaf fue derrotado y asesinado, Harald logró escapar, no sin antes sufrir graves heridas.

La participación de Harald en Stiklestad le otorgó una temprana experiencia en el campo de batalla, que sería crucial en su desarrollo como líder militar. A pesar de la derrota, su valentía fue reconocida por sus contemporáneos y cimentó su reputación como un guerrero formidable. Este evento también marcó el inicio de su vida en el exilio. Tuvo que huir de Noruega para evitar represalias.

Exilio y vida como mercenario

Harald Sigurdsson en la Rus de Kiev y Bizancio

Antes de convertirse en rey, Harald había pasado alrededor de quince años en el exilio como mercenario y comandante militar en la Rus de Kiev y de la Guardia Varangian en el Imperio Bizantino. En 1034, él y sus hombres se trasladaron a Constantinopla, la capital del Imperio bizantino, y se unieron a la Guardia Varangian (guardaespaldas del emperador bizantino).

La guardia varega: campañas en el Mediterráneo

Harald estuvo involucrado en las campañas militares contra los piratas árabes en el Mediterráneo y Asia Menor y, según las sagas, se había convertido en líder de todos los varegos. En 1035, él y el ejército bizantino habían expulsado a los árabes de Asia Menor y participó en las campañas militares que llegaron hasta el río Éufrates.

Pasada esta etapa, se unió a los bizantinos en su esfuerzo por arrebatar la isla de Sicilia a los sarracenos, y después del éxito de esa campaña, regresó a Constantinopla. Como recompensa, fue nombrado por el emperador bizantino Miguel IV 'el Paflagonio' como funcionario de la corte imperial por su exitoso papel en la campaña de Sicilia.

Sus campañas militares continuarían. Sería llamado a luchar contra los búlgaros y nuevamente sirvió con distinción.

Harald III el Despiadado. Fuente: Pixabay

Regreso a Noruega y gobierno

Compartiendo el trono con Magnus I

Cuando Harald regresó a Noruega en 1045, acordó compartir el trono noruego con el rey vigente, su sobrino Magnus I Olafsson. Aunque este binomio no duraría demasiado. Harald se convirtió en el único gobernante en 1047, cuando Magnus murió en una expedición militar que los dos gobernantes habían lanzado contra Dinamarca.

Pasó los siguientes 15 años intentando arrebatarle el trono danés a Sweyn II. Después de la derrota de este en la batalla de Niz (1062), los dos gobernantes se reconocieron como soberanos en sus respectivos países.

Fundación de Oslo y expansiones territoriales

El rey vikingo expandió las posesiones coloniales de Noruega en las islas Orkney, Shetland y Hebrides.

Uno de los logros más destacados de Harald III durante su reinado fue la fundación de la ciudad de Oslo alrededor de 1050. Esta ciudad se convertiría en un importante centro político y comercial en Noruega. La fundación de Oslo no solo fortaleció la economía del reino, sino que también sirvió como símbolo del poder y la influencia de Harald en la región escandinava.

Conquistas y rivalidades

Intentos de conquista en Dinamarca

Durante su reinado, Harald III se embarcó en una serie de campañas para reclamar el trono danés. Para ello, se enfrentó a Sweyn II. Esta rivalidad fue una de las más significativas de su carrera, ya que ambos monarcas buscaban consolidar su poder en la región escandinava. Las tensiones entre Noruega y Dinamarca se intensificaron hasta producir una serie de enfrentamientos militares que pusieron a prueba las habilidades estratégicas de Harald.

A pesar de sus esfuerzos, Harald no logró asegurar el trono danés. Sin embargo, su determinación y valentía en el campo de batalla le ganaron el respeto de sus contemporáneos. La batalla de Niz en 1062 fue uno de los enfrentamientos más destacados de esta campaña, donde Harald demostró su habilidad como líder militar.

Alianza con Tostig y el reclamo al trono inglés

En 1066 intentó conquistar Inglaterra, aliándose con el conde rebelde Tostig contra el nuevo rey inglés, Harold II. Este movimiento fue parte de su ambición de expandir su influencia más allá de Escandinavia, aprovechando las tensiones políticas en Inglaterra tras la muerte del rey Eduardo el Confesor.

El plan de Harald y Tostig era dividir Inglaterra entre ellos tras derrocar al nuevo rey, Harold II. Inicialmente, sus fuerzas lograron avanzar hacia el interior del país y establecer una presencia fuerte. Sin embargo, la resistencia inglesa, liderada por Harold II, se organizó rápidamente y preparó el escenario para la batalla decisiva en Stamford Bridge.

Reproducción de barcos vikingos. Harald III el Despiadado. Fuente: Pixabay

La batalla de Stamford Bridge

Cómo murió Harald Sigurdsson

Después de obtener las victorias iniciales, las fuerzas de Harald fueron derrotadas por el rey inglés en septiembre de 1066 en Stamford Bridge. Harald tenía marcado el objetivo de conquistar Inglaterra uniéndose a Tostig, conde de Northumbria, para combatir contra el hermano de éste, Harold II de Inglaterra, y repartirse el país, pero en este enfrentamiento Harald fue herido de muerte con una flecha y murió durante la Batalla del Puente de Stamdford en Reino Unido.

Harald III, que se hacía llamar a sí mismo Harald III Haardrade, el Despiadado, falleció a los 51 años de edad.

Impacto de su muerte en la era vikinga

La muerte de Harald III en Stamford Bridge tuvo un profundo impacto en la era vikinga. Con su fallecimiento, se cerró un capítulo importante en la historia de los vikingos y marcó el comienzo del fin de su dominio en Europa. La derrota de las fuerzas vikingas en Inglaterra debilitó significativamente su influencia, lo que permitió que otros poderes emergieran y consolidaran su control en la región. Esto supuso el principio del fin de la era vikinga.

Legado de Harald III de Noruega

Influencia en la historia escandinava

El legado de Harald III, el Despiadado, es uno de los más significativos en la historia escandinava. Su vida, llena de batallas y conquistas, dejó una marca indeleble en Noruega y más allá. Como uno de los últimos grandes reyes vikingos, su reinado representó el apogeo del poder vikingo en Europa. Su influencia se sintió en la política, la cultura y la sociedad de la época, y estableció un modelo de liderazgo que sería emulado por generaciones posteriores.

Su habilidad para forjar alianzas y liderar en el campo de batalla le permitió dejar un legado duradero, que continuó influyendo en los líderes que le sucedieron. Su vida y logros se convirtieron en parte de la rica tradición oral y escrita de los pueblos nórdicos, preservando su memoria para las generaciones futuras.

Además de su impacto político y militar, Harald también dejó un legado cultural. Su vida y aventuras se narraron en sagas y relatos, hasta llegar a convertirse en una parte integral de la mitología nórdica.

La figura de Harald III ha sido representada en diversas formas en la cultura popular. Desde las sagas nórdicas hasta las representaciones modernas en series de televisión, Harald ha sido una fuente de inspiración para escritores, historiadores y creadores de contenido.

En la literatura, la saga Heimskringla de Snorri Sturluson es una de las fuentes más completas sobre la vida de Harald. Este relato, escrito en el siglo XIII, ofrece una visión detallada de sus logros. La figura de Harald III el Despiadado también aparece en la serie Vikingos: Valhalla, donde se destaca su valentía y liderazgo.

Referencias

  • Walker, Ian W. 2011. Harold: The Last Anglo-Saxon King. The History Press.

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