Así se vería a la Tierra salir tras el horizonte lunar

La Luna nos muestra siempre la misma cara, por estar acoplada por fuerzas de marea a la Tierra, por lo que la salida del Sol y la Tierra desde su superficie se ve diferente a lo que vemos desde tierra.
Fotografía Earthrise

El 24 de diciembre de 1968, mientras el Sol se ponía sobre la península ibérica, tres astronautas orbitaban alrededor de la Luna, como parte de la misión Apollo 8 de la NASA, la primera misión tripulada en abandonar la gravedad terrestre y adentrarse en el espacio profundo. Ellos eran Borman, Lovell y Anders. Entre datos y experimentos, aquel día de Nochebuena, una imagen se dejó ver por una de las escotillas del módulo de comando: la salida de la Tierra tras el horizonte Lunar. La fotografía fue tomada por William Alison Anders y es conocida como "Salida de la Tierra", aunque se documenta por la NASA como AS8-14-2383HR.

Tripulación del Apollo 8. De izquierda a derecha: William Anders, James A. Lovell y Frank Borman. Fuente: NASA - NASA

Todo esto ocurrió en medio de la Guerra Fría, que enfrentaba a Estados Unidos y a la Unión Soviética desde la década de los 50. El triunfo soviético tras conseguir ser la primera nación en poner un sonda, Sputnik, y más tarde un humano, Yuri Gagarin, en órbita alrededor de la Tierra marcó el inicio de la carrera espacial y del programa Apollo, que llegó a su clímax con su decimoprimera misión. La del primer alunizaje y la del pequeño paso para un hombre que supuso un gran salto para la humanidad.

Pues bien, a pesar de las muchas medidas y experimentos realizados durante la misión y a pesar de que se probaron los sistemas, protocolos y maniobras que acabarían llevando a ese Apollo 11 a la superficie de la Luna, con el paso de los años lo más significativo de la misión, el acontecimiento más recordado llegó a ser una fotografía. Fue tomada por Anders desde la órbita lunar, fue apodada Earthrise o Salida de la Tierra, en castellano, porque la Tierra imitaba la salida del Sol. Este mismo proceso, una salida de la Tierra tras el horizonte de la Luna sería muy diferente a lo que observamos aquí en la Tierra si lo viéramos desde la superficie de nuestro satélite. La Luna se encuentra acoplada por fuerzas de marea a la Tierra, de forma que tarda lo mismo en dar una vuelta sobre sí misma que en darla alrededor de la Tierra y como consecuencia nos muestra siempre la misma cara en su movimiento de traslación alrededor del planeta.

Fotografía Earthrise, tomada durante la misión Apollo 8 de la NASA. Foto: NASA

Si esta fuera toda la complejidad del movimiento lunar, implicaría que para alguien sobre la superficie de la Luna, la Tierra estaría fija en el cielo y por tanto sería imposible observar una Salida de la Tierra, pero la historia no acaba aquí. La Luna presenta un movimiento de bamboleo, o libración, con respecto a la Tierra. Este movimiento surge de las imperfecciones de la órbita lunar.

Tiene dos causas principales, la primera es que la órbita que describe nuestro satélite no es perfectamente circular, sino elíptica. Y si bien el movimiento de rotación de la Luna es uniforme, gira el mismo ángulo cada día o cada hora, el movimiento de traslación no lo es. Esto hará que en una parte de la órbita la traslación adelante a la rotación y en la parte opuesta, quede rezagada. Por supuesto al cabo de un ciclo completo estos movimientos se compensan y todo vuelve a sincronizarse.

La segunda causa es que el eje de rotación de la Luna está inclinado con respecto al plano que describe su órbita. Esto es equivalente a la inclinación del eje de rotación de la Tierra que causa las distintas estaciones a lo largo del año. Pues bien, los hemisferios de la Luna también experimentan un “verano” y un “invierno”, en los que dicho hemisferio apunta hacia la Tierra o en dirección contraria a esta.

La suma de estos dos efectos nos da este movimiento, que hace que la superficie de la Luna visible desde la Tierra sea un 59 % del total y que nuestro planeta no parezca inmóvil desde el satélite. El movimiento de la Tierra visto desde la superficie lunar sería el de una curva de Lissajous. Desde algunos puntos de la superficie de la Luna podría llegar a verse una auténtica salida de la Tierra, aunque este movimiento es tan lento, que el disco del planeta tardaría unas 48 horas en cruzar todo el horizonte lunar.

Pero volvamos a la fotografía. En 2003 se incluyó en una lista de las 100 fotografías que cambiaron el mundo y se considera que fue el inicio de los movimientos por el medio ambiente. La fotografía en sí es bastante sencilla. La superficie lunar en primer plano, y la Tierra flotando en medio de la negra inmensidad. No destaca por su perspectiva, su composición o por capturar un acontecimiento concreto ni trascendental. Pero es precisamente esta sencillez lo que la hace tan contundente.

Podrían escribirse líneas y párrafos sobre lo insignificante que es el ser humano en el universo, sobre lo frágil de nuestra existencia y del planeta que llamamos hogar. Podría hablarse sobre lo arbitrarias que resultan nuestras fronteras, sobre el sinsentido que es dividirnos y clasificarnos como diferentes, como enemigos, cuando somos todos hijos y habitantes de una pequeña canica suspendida en un océano de oscuridad, pero ninguna de esas palabras sería tan efectiva, ningún texto elocuente tendría el efecto de ver y entender esta fotografía.

Esta fotografía nos muestra una Tierra diminuta y delicada, una Tierra que perfectamente podríamos ocultar tras nuestro pulgar, pero que por el momento es el único hogar que conocemos. Esta fotografía, si la dejamos hablar, nos dice que la única opción que tenemos es cuidarla y protegerla. Como dijo Carl Sagan sobre otra foto aún más distante de nuestro planeta: “nuestras premisas, nuestra imaginada importancia, la ilusión de que gozamos de una posición privilegiada en el universo se ven desafiadas por este punto de luz pálida”.

El 7 de junio dd 2024, William Alison Anders fallecía como consecuencia de un accidente de aviación. El avión Beechcraft T-34 Mentor que él mismo pilotaba se estrelló y le causó la muerte a la nada despreciable edad de 90 años.

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El propio Bil Nelson, administrador de la NASA, ha dicho en su cuenta de X: "En 1968, durante el Apolo 8, Bill Anders ofreció a la humanidad uno de los regalos más profundos que un astronauta puede dar. Viajó hasta el umbral de la Luna y nos ayudó a todos a ver algo más: nosotros mismos. Él encarnó las lecciones y el propósito de la exploración. Lo extrañaremos".

Referencias:

  • Nemiroff, R.; Bonnell, J., eds. (December 14, 2005). "Earthrise". Astronomy Picture of the Day. NASA.
  • "Earthrise – Apollo 8". NASA on The Commons. NASA. 24 December 1968
  • NASA. "45th anniversary of the Earthrise Photo"

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