En medio del brillo festivo de la Navidad aparece un aspecto menos conocido: las fobias navideñas. Mientras muchos anhelan la llegada de las luces y los regalos, hay quienes experimentan temores inesperados que transforman esta época en un campo minado. Desde el miedo a las luces parpadeantes hasta la ansiedad ante la perspectiva de sentarse a la mesa en las cenas familiares, hay fobias que se disparan en Navidad. ¿Te identificas con alguna?

Dendrofobia: cuando los árboles de Navidad generan temor
La dendrofobia o el miedo a los árboles desencadena una profunda ansiedad, que en los casos más graves llegas a sufrir desmayos o simplemente te paralizas cuando te obligan a acercarte a un árbol. Por eso, en estas fechas los que la sufren pueden experimentar desde sudoración excesiva hasta palpitaciones cardíacas cada vez que se encuentran cerca de un árbol navideño. Y es que los árboles están entre los cinco principales elementos que provocan terror en los seres humanos. Es más, el número de casos diagnosticados de dendrofobia supera incluso a la aracnofobia y la acuafobia, que solemos creer que son las fobias más comunes.

Catisofobia: cuando sentarse a la mesa se convierte en un desafío
En las festividades navideñas, donde las comidas prolongadas son la norma, la catisofobia puede convertir cualquier celebración en una experiencia desafiante. Esta fobia se manifiesta como una inquietud intensa a sentarse o permanecer sentado durante largos periodos. Las cenas típicas de esta época resultan especialmente difíciles para quienes experimentan esta fobia, lo que provoca además la sensación de aislamiento social por no poder asistir a ningún evento donde tengan que sentarse.
Agorafobia: temor a las multitudes durante las compras navideñas
La agorafobia, una fobia reconocida, puede intensificarse durante la temporada de compras navideñas. El miedo a las multitudes, a los espacios abiertos y públicos, puede convertir la experiencia de comprar regalos en una tarea abrumadora para aquellos que luchan con esta fobia.

Doronofobia: el suplicio de recibir regalos
El miedo irracional a recibir y abrir regalos, una fobia con la que se puede convivir relativamente bien durante todo el año, queda puesta de manifiesto en Navidad, cuando el intercambio de obsequios es una tradición bien arraigada. Sin embargo, para aquellos que sufren esta fobia el simple acto de desenvolver un regalo puede convertirse en un auténtico suplicio.
Selafobia: el ataque de las luces parpadeantes
Las luces navideñas añaden alegría dentro y fuera de los hogares, pero a algunas personas les cuesta lidiar con el tipo de luces que parpadean. El miedo a las luces intermitentes -lo que incluye los relámpagos- puede ocurrir cuando las personas tienen una experiencia negativa con estas luces específicas. Por ejemplo, algunas personas pueden tener convulsiones o migrañas cuando ven luces intermitentes, mientras que otros pueden haber tenido una mala experiencia con esas luces en algún momento de sus vidas, lo que hace que quieran evitarlo.
Cistanofobia: temor a los besos bajo el muérdago
En la cultura nórdica el muérdago era considerado como un símbolo de amor y paz y la leyenda dice que es de mala suerte rechazar un beso bajo esta planta mágica. Sin embargo, algunas personas prefieren arriesgarse a una vida de mala suerte que siquiera pensar en besarse debajo de ella. Ahora bine, esta fobia no se centra tanto en la planta en sí, sino más bien en el miedo a ser agarrado y besado por extraños o por personas no deseadas. La ansiedad social asociada con esta situación puede hacer que algunos eviten por completo el encanto del muérdago.
Singenesofobia: evitar a los parientes en Navidad
Mientras que la Navidad es una temporada para reuniones familiares, aquellos con singenesofobia eligen evitar estas reuniones a toda costa. Esta fobia surge de experiencias pasadas de maltrato o intimidación por parte de ciertos familiares, lo que provoca una ansiedad severa que lleva al individuo a evitar cualquier tipo de encuentro con esos miembros de la familia.

Meleagrisfobia: terror al pavo
Aunque el pavo es una pieza central en muchas cenas navideñas, aquellos con miedo a los pavos seguro que no comparten el entusiasmo por este animal. Esta fobia puede manifestarse de diferentes maneras: desde evitar pavos vivos hasta rechazar la idea de tener algo que ver con pavos asados.
Fayofobia o miedo a los elfos
Quien tenga terror a estos seres mitológicos tiene suerte si no vive en un país de cultura anglosajona, que disfrutan con la presencia de un par de dríadas, un grupo de hadas, una oleada de náyades o un grupo de duendes. La Navidad puede resultar una experiencia aterradora si estás rodeado de una manada de elfos y un trineo de Papá Noel. Y pobre si es irlandés: el día de San Patricio puede resultarle muy incómodo.

Cristougennatokofobia: miedo a la Navidad
Comencemos por abordar el elefante en la habitación de las festividades navideñas: la Cristougenniatikophobia, o el miedo a la Navidad en sí misma. Es una variante de la heortofobia u ociofobia, el temor a las vacaciones. En este caso algunas personas pueden sentir ansiedad solo por pensar en las reuniones familiares, tradiciones y rituales navideños. En algunos casos, las personas con esta fobia temen incluso a Papá Noel (que tiene una fobia particular, santofobia).