El primer ser humano que flotó libre en el espacio

El espacio es hostil para nosotros, por eso usamos todos los sistemas de seguridad posibles al explorarlo. Excepto en 1984, que varios astronautas volaron libres. Pero solo lo hicieron tres veces, en parte por el desastre del transbordador espacial Challenger.
El astronauta Bruce McCandles flotando

El espacio es un lugar hostil para los humanos. Para su exploración necesitamos de diferentes tecnologías sin las que nuestro cuerpo pronto sucumbiría a las inclemencias que allí acechan. La inexistente presión atmosférica, la temperatura, la radiación o la ingravidez son circunstancias para las que nuestro cuerpo no está preparado. Por eso visitamos el espacio dentro de naves presurizadas y climatizadas y por eso cuando resulta necesario salir de ellas lo hacemos arropados por trajes espaciales con la más alta tecnología.

NASA | El satélite de la misión SMM siendo recuperado para su reparación en órbita

Casi la totalidad de las incursiones más allá de la nave en la que se alojan los astronautas, ya sea desde una nave Soyuz, el transbordador espacial o alguna estación espacial, como la MIR soviética o la Estación Espacial Internacional, se han realizado con algún sistema de anclaje que mantiene a los astronautas conectados en todo momento al fuselaje. Pero no todas. Las actividades extravehiculares llevadas a cabo durante las 6 misiones Apollo que consiguieron alunizar entre 1969 y 1972 por supuesto no requerían de ningún cable. La gravedad de la Luna, aún siendo una sexta parte de la terrestre, es más que suficiente para garantizar que ningún astronauta sale volando sin control. Pero en misiones llevadas a cabo en microgravedad, en la baja órbita terrestre, solamente 3 misiones han permitido a sus astronautas alejarse con libertad, sin cables ni ataduras. Todas ellas tuvieron lugar en 1984.

NASA | Robert L. Stewart fue el primero, junto a Bruce McCandles, en probar este nuevo sistema

En febrero de 1984 despegó la décima misión del programa del Transbordador Espacial de la NASA, durante la cual se lanzaron dos satélites de comunicaciones, el Westar VI y el indonesio Palapa B2, se estudió la evolución de 6 ratas que iban a bordo y se realizaron varios experimentos, entre ellos uno diseñado por estudiantes de bachillerato del estado de Utah pero lo más significativo de la misión, por lo que se la recuerda fue la primera actividad extravehicular, o EVA en inglés, sin cables.

NASA | El satélite Westar VI fue recuperado en noviembre de 1984, 9 meses después de su lanzamiento, por problemas para alcanzar la órbita deseada

Hasta ese momento, y en la actualidad, todas las EVAs habían sido realizadas con el astronauta atado de alguna forma a la nave correspondiente. Por cuestiones de seguridad, simplemente. De hecho, este sistema sin cables sólo fue usado en tres misiones, esta inicial de prueba y dos misiones más en las que se usó para recuperar un satélite en mal funcionamiento y acercarlo al transbordador espacial, para repararlo o para devolverlo a la superficie. Casualmente, en la tercera misión en que se usó este sistema, se recuperaron los mismos satélites que se habían lanzado en la primera misión que lo utilizó, pues ambos habían tenido problemas para alcanzar su órbita. Tras el desastre del Challenger en 1986 se consideró demasiado arriesgado y que se podía obtener el mismo resultado con brazos robóticos y con los astronautas anclados a la nave.

La Unidad de Maniobra Tripulada, como se conocía a este sistema, tenía una masa de unos 148 kilogramos y permitía maniobrar durante actividades extravehiculares de unas 6 horas, según el uso que se le diera. Para la propulsión utilizaba dos tanques de casi 6 kilos de nitrógeno comprimido. A través de 24 salidas de gas, esta unidad permitía rotar alrededor de tres ejes y desplazarse hacia delante o atrás, hacia los lados y hacia arriba y abajo. Estaba diseñado para alcanzar velocidades de unos 25 metros por segundo, aunque nunca llegó a comprobarse si realmente era posible, por seguridad.

NASA | El Transbordador Espacial Atlantis orbitando la Tierra en septiembre de 2006

El programa del transbordador espacial fue diseñado por la NASA para ser el sucesor del programa Apollo y cuyo principal objetivo sería la construcción de una estación espacial estadounidense durante los años 80, tras lo cual se retiraría para dar paso a una nueva generación de vehículos. Se empezó a valorar la opción de un transbordador espacial desde finales de la década de los 60, antes incluso de que nadie pusiera un pie en la Luna y lo que se pretendía era crear un sistema de transporte a la órbita baja terrestre que fuera reutilizable. Se construyeron un total de 5 transbordadores espaciales, que volaron unas 30 veces cada uno. Para conseguir una nave reutilizable se diseñó un híbrido entre cohete y avión, que podría despegar en vertical, como habían hecho los cohetes Saturn V usados durante el programa Apollo y aterrizar en horizontal, en una pista de aterrizaje especialmente diseñada. El objetivo final de todos estos cambios con respecto al rumbo inicial de la NASA era crear un sistema de transporte que permitiera reducir el coste por lanzamiento.

El astronauta Bruce McCandles flotando a unos 100 metros de distancia del Transbordador Espacial. Foto: NASA

La fotografía más famosa que nos ha dejado esta Unidad de Maniobra Tripulada muestra al astronauta Bruce McCandles, flotando a unos 100 metros de distancia del Transbordador Espacial en la primera actividad extravehicular sin cables de la historia. Esta foto muestra, a la vez, la insignificancia del ser humano ante la vastedad del planeta Tierra y del universo, y su grandeza por conseguir, aún siendo diminuto y prácticamente un cero a la izquierda, colaborar y unirse para conseguir hazañas como esta.

Referencias:

  • "Manned Maneuvering Unit (MMU)". Smithsonian's National Air and Space Museum Home Page.

Recomendamos en