En un mundo cada vez más automatizado, acelerado y estresante, prestar atención a nuestro cuerpo puede parecer insignificante. Sin embargo, los expertos señalan que este ejercicio es fundamental para mejorar la salud mental.
En este sentido, una estrategia que ha ganado atención en los últimos tiempos ha sido la de enfocarse en la observación de las sensaciones corporales con el objetivo de saber y sentir lo que ocurre dentro de nuestro propio cuerpo.

Los psicólogos Norman Farb y Zindel Segal, de la Universidad de Toronto Mississauga y la Universidad de Toronto Scarborough (Canadá) han estudiado cómo esta práctica puede ayudar a romper con los hábitos automáticos que perpetúan el estrés y la depresión, ofreciendo una vía para restablecer la mente y mejorar el bienestar general.
“Se puede ganar mucho haciendo una pausa y explorando los sentidos, lo que implica redirigir la atención hacia las sensaciones corporales”, en palabras de los investigadores. Y añaden: “Buscar los sentidos significa explorar la naturaleza interior”.

Conviene señalar que nuestros cerebros están diseñados para crear hábitos automáticos que nos ayudan a manejar la vida diaria con eficiencia. No obstante, estos hábitos, aunque son útiles, pueden volverse contraproducentes si no se renuevan regularmente.
Por ejemplo, el uso excesivo de las redes sociales puede convertirse en un comportamiento compulsivo, conocido como “doomscrolling”, que afecta negativamente nuestra salud mental. Un ciclo de comportamiento automático que puede llevarnos a sentirnos ‘atrapados’ y aumentar los niveles de ansiedad y depresión. “A menos que establezcamos o actualicemos determinados hábitos, las decisiones que antes nos levantaban el ánimo pueden empezar a hundirnos”, explican.

Así, “como han revelado varios estudios recientes, la red sensorial del cerebro puede inyectar nuevos conocimientos para contrarrestar la red que apoya nuestros hábitos aprendidos. Es más, estas redes están unidas de tal manera que, si prestamos más atención a una, disminuye la actividad de la otra”, aseguran.
En este contexto, Farb y Segal han investigado cómo estos hábitos automáticos pueden ser interrumpidos mediante la práctica de la atención plena y la observación de las sensaciones corporales. Según ellos, nuestro cerebro dedica una gran cantidad de energía a mantener estos hábitos, los cuales proporcionan una sensación de control y familiaridad. Sin embargo, cuando estos hábitos empiezan a causar más daño que beneficio, es crucial encontrar formas de romper con ellos.
La intervención sensorial
Por ello, sugieren que aumentar la atención a nuestras sensaciones corporales puede interrumpir estos patrones automáticos. En 2022, publicaron una investigación donde analizaban la actividad cerebral de 85 personas en tratamiento por depresión mientras veían clips de películas tristes o neutrales.
Los resultados mostraron que aquellos que presentaban menor actividad en las áreas sensoriales del cerebro al ver las secuencias tristes tenían un mayor riesgo de recaída en la depresión. Los expertos descubrieron que la supresión sensorial puede estar relacionada con un mayor riesgo de episodios depresivos.

Esta supresión sensorial, según Farb y Segal, puede ser mitigada mediante la práctica de la atención plena centrada en las sensaciones corporales. Desde su punto de vista, la observación consciente de las sensaciones físicas no solo ayuda a romper con los hábitos automáticos, sino que también puede proporcionar una nueva perspectiva y una mayor capacidad para enfrentar el estrés y la ansiedad.
Escuchar al propio cuerpo
La interocepción, o la capacidad de sentir lo que ocurre en el propio cuerpo, varía entre individuos, pero puede ser mejorada con la práctica. De hecho, según un estudio reciente, tomar clases de yoga centradas en la conciencia interoceptiva mejora la atención sostenida y aumenta la confianza en la percepción interna de los participantes.
Por otra parte, el profesor de psicología Norman Farb publicó un estudio en 2023 donde mostró que concentrarse en la respiración puede desactivar las funciones corticales superiores asociadas con la resolución de problemas, lo que sugiere que aumentar la conciencia corporal disminuye la atención en otros estímulos. Así pues, se considera que la búsqueda sensorial puede ser una herramienta efectiva para reducir el estrés y promover la salud mental.

“Ante el estrés, nuestra atención se dedica con demasiada frecuencia a analizar por qué nos sentimos mal, lo que nos deja atrapados en el hábito de gestionar esa negatividad, con poco espacio para la percepción o la novedad en cada momento que pasa”, subrayan los investigadores.
Por tanto, enfatizan la importancia de dedicarse más a la búsqueda de sensaciones, es decir, “dedicar tiempo a prestar atención a nuestras variadas sensaciones físicas, incluyendo algo tan simple como la respiración en nuestros pulmones”.
¿Cómo se lleva a la práctica?
Además, la implementación de la búsqueda sensorial en la vida diaria no requiere de grandes cambios. Simplemente, se trata de prestar atención a las sensaciones físicas como el sonido del canto de los pájaros, sentir el aire en nuestra piel o cómo se acelera el pulso en una piscina.
En su opinión, estos ejercicios pueden ofrecer un impulso significativo a nuestra resiliencia y bienestar. Es más, estas prácticas sencillas pueden ayudarnos a salir de la rutina automática, fomentar la curiosidad y abrirnos a nuevas experiencias y aprendizajes.
De hecho, las intervenciones clínicas centradas en la atención sensorial, como las terapias basadas en la atención plena (mindfulness), han demostrado su efectividad contra los ciclos de depresión recurrente, según los investigadores.
“Para cosechar los beneficios de la búsqueda de los sentidos, sólo tenemos que sintonizar con nuestras sensaciones más a menudo: sentir el contacto de los pies con el suelo, el calor del sol en la piel o el ritmo de la respiración”, apuntan.
“Cuando estamos estresados o atascados, hacer una pausa para percibir y sentir el mundo dinámico y vibrante que nos rodea puede proporcionarnos un impulso momentáneo a nuestra resiliencia, bienestar, salud y creatividad. A partir de ahí, depende de nosotros”, concluyen.
Referencias:
- Farb NAS, Desormeau P, Anderson AK, Segal ZV. Static and treatment-responsive brain biomarkers of depression relapse vulnerability following prophylactic psychotherapy: Evidence from a randomized control trial. Neuroimage Clin. 2022;34:102969. doi: 10.1016/j.nicl.2022.102969. Epub 2022 Feb 19. PMID: 35367955; PMCID: PMC8978278.
- Farb, Norman, and Zindel Segal. "Making time for sensation is essential for mental health." Globe & Mail [Toronto, Canada], 17 Feb. 2024, p. O8. Gale OneFile: Health and Medicine, link.gale.com/apps/doc/A783358437/HRCA?u=anon~f74db39d&sid=googleScholar&xid=e138eef7. Accessed 18 June 2024.
- Wang, Y., Garland, E. L., & Farb, N. A. S. (2023). An experimental test of the mindfulness-to-meaning theory: Casual pathways between decentering, reappraisal, and well-being. Emotion, 23(8), 2243–2258. https://doi.org/10.1037/emo0001252
- Norman A. S. Farb, Zindel V. Segal, Helen Mayberg, Jim Bean, Deborah McKeon, Zainab Fatima, Adam K. Anderson, Attending to the present: mindfulness meditation reveals distinct neural modes of self-reference, Social Cognitive and Affective Neuroscience, Volume 2, Issue 4, December 2007, Pages 313–322, https://doi.org/10.1093/scan/nsm030