Descubren que algo extraño sucedió con la Voyager 2 cuando sobrevoló Urano en 1986: un giro inesperado en los datos

La misión Voyager 2 capturó datos sorprendentes sobre Urano, pero un nuevo estudio sugiere que esos datos podrían no representar la realidad. Descubre cómo el viento solar alteró las mediciones y qué implica esto para futuras misiones al gigante helado.
Descubren que algo raro ocurrió con la Voyager 2 cuando sobrevoló Urano en 1986. Fuente: iStock / buradaki - Urano

En enero de 1986, la sonda Voyager 2 realizó un sobrevuelo histórico sobre Urano, un planeta lleno de curiosidades. En tan mítica ocasión proporcionó datos únicos sobre el planeta más misterioso del sistema solar exterior. Fue la primera y única nave espacial que se ha acercado tanto a Urano, y sus hallazgos han sido fundamentales para nuestra comprensión actual de este gigante helado. Entre estos descubrimientos se encontraba un campo magnético muy inusual, intenso y descentrado, que parecía caracterizar a la magnetosfera de Urano como una de las más extremas del sistema solar.

Recientemente, un nuevo estudio publicado en la revista Nature Astronomy ha reexaminado los datos del sobrevuelo y ha propuesto una explicación inesperada para los hallazgos de la Voyager 2. Según el estudio, liderado por Jamie M. Jasinski del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, la nave capturó datos durante un estado anómalo y comprimido de la magnetosfera de Urano, lo que podría haber distorsionado nuestra percepción de cómo es realmente el campo magnético del planeta. Ante la nueva investigación, está claro que es hora de volver a Urano.

Una magnetosfera distorsionada

La magnetosfera de Urano, según los datos originales de la Voyager 2, parecía estar extremadamente vacía y comprimida. Esta percepción llevó a los científicos a asumir que este era un estado normal del planeta. Sin embargo, el nuevo estudio sugiere que la nave espacial pasó por la región justo cuando el viento solar ejercía una presión anormalmente alta, algo que ocurre menos del 5% del tiempo, según el análisis de los investigadores.

El viento solar, que consiste en partículas cargadas expulsadas por el Sol, puede influir drásticamente en la forma y el tamaño de la magnetosfera de un planeta. En el caso de Urano, esta presión externa comprimió el campo magnético hasta niveles inusuales. "Si la nave [Voyager 2] hubiese llegado solo unos días antes," señala el estudio, "la presión del viento solar habría sido 20 veces menor, y habríamos visto una configuración completamente diferente de la magnetosfera."

Representación imaginaria de una sonda sobre un planeta. Fuente: ChatGPT / Eugenio Fdz.

¿Qué es una magnetosfera y por qué importa?

La magnetosfera es una región alrededor de un planeta dominada por su campo magnético, que actúa como un escudo contra el viento solar. Este escudo protege la atmósfera del planeta de ser erosionada por partículas cargadas. En Urano, se ha observado que la magnetosfera es particularmente extraña, con un campo magnético inclinado casi 60 grados con respecto a su eje de rotación.

Esta inclinación extrema y la forma inusual del campo magnético de Urano han desconcertado a los científicos durante décadas. La Voyager 2, al atravesar la magnetosfera, detectó un ambiente casi vacío de plasma, algo inesperado para un planeta gigante. El estudio reciente propone que este vacío podría haber sido causado por un evento transitorio de compresión, y no representaría el estado típico de la magnetosfera de Urano.

La magnetosfera es una región alrededor de un planeta dominada por su campo magnético. Fuente: iStock / buradaki

El efecto del viento solar en Urano

Durante el sobrevuelo de la Voyager 2, el viento solar estaba en un estado de alta presión dinámica, lo que significa que empujaba fuertemente contra la magnetosfera de Urano. Esto provocó que el campo magnético del planeta se comprimiera hasta alcanzar un tamaño mucho más pequeño de lo esperado. Los investigadores del nuevo estudio han estimado que este estado comprimido ocurre menos del 5% del tiempo, como hemos comentado anteriormente.

"Hemos demostrado que la Voyager 2 observó la magnetosfera de Urano durante un estado altamente atípico y comprimido", explican los autores en las conclusiones. No obstante, los firmantes se muestran cautos: "Destacamos que nuestra comprensión del sistema de Urano es muy limitada, y nuestro análisis muestra que cualquier conclusión hecha del sobrevuelo de la Voyager 2 es igualmente tentativa".

Representación artística de la mítica Voyager 2. Fuente: NASA

El enigma de los cinturones de radiación

Una de las observaciones más sorprendentes de la Voyager 2 fue la presencia de cinturones de radiación extremadamente intensos alrededor de Urano. Estos cinturones consisten en partículas de alta energía atrapadas por el campo magnético del planeta. La intensidad de los cinturones detectados no coincidía con la baja densidad de plasma observada, lo que dejó perplejos a los científicos.

El nuevo estudio sugiere que la compresión del campo magnético podría haber amplificado temporalmente estos cinturones de radiación. En otros planetas, como Saturno y la Tierra, se ha observado que los eventos de compresión del viento solar pueden aumentar la intensidad de la radiación. "Es posible que la Voyager 2 haya detectado un cinturón de radiación potenciado por un evento transitorio de compresión," indican los investigadores, resolviendo en parte este antiguo enigma.

¿Qué implican estos hallazgos para futuras misiones?

Los resultados del estudio ponen en duda muchas de las conclusiones extraídas del sobrevuelo de la Voyager 2. Dado que la sonda captó un momento excepcional, los modelos actuales de la magnetosfera de Urano podrían no ser representativos de su estado habitual.

Para comprender mejor la magnetosfera de Urano y resolver estos misterios, los científicos abogan por una nueva misión al planeta. Una sonda que pase más tiempo en el entorno de Urano podría captar datos bajo diferentes condiciones del viento solar y ofrecer una imagen más precisa. Esto es especialmente importante si se quieren estudiar los efectos de la magnetosfera en las lunas del planeta, como Titania y Oberón, que podrían tener océanos subterráneos.

Este nuevo análisis del sobrevuelo de la Voyager 2 nos recuerda una lección valiosa, tanto en ciencia como en la vida cotidiana: no debemos sacar conclusiones definitivas a partir de una sola experiencia o impresión. Así como conocemos a una persona y podemos formarnos una opinión rápida basada en un momento específico, las circunstancias pueden ser engañosas. La Voyager 2 capturó a Urano en un momento excepcional, un "día raro" para el planeta, cuando su magnetosfera estaba comprimida por el viento solar. Si hubiésemos juzgado (que es lo que hemos hecho) la naturaleza de Urano solo por esa observación, estaríamos perdiendo de vista la realidad más compleja y cambiante de su entorno. En la ciencia, como en la vida, es crucial ser pacientes, reunir más datos y estar dispuestos a ajustar nuestras percepciones a medida que aprendemos más.

Referencias

  • Jasinski, J.M., Cochrane, C.J., Jia, X. et al. El estado anómalo de la magnetosfera de Urano durante el sobrevuelo de la Voyager 2. Nat Astron (2024). doi.org/10.1038/s41550-024-02389-3

Recomendamos en

Viaje a las lunas de Neptuno, del caos orbital de Tritón al misterio de Proteo

Viaje a las lunas de Neptuno: del caos orbital de Tritón al misterio de Proteo

Más allá de los anillos y la atmósfera azulada de Neptuno, orbitan catorce lunas que desafían las reglas del cosmos. Algunas son oscuras y caóticas; otras, testigos de impactos cósmicos o reliquias del cinturón de Kuiper. Tritón, Proteo, Nereida y sus compañeras componen un sistema lunar tan variado como enigmático.
  • Manuel Seara