El biólogo y divulgador Carlos Lobato nos recibe con entusiasmo para hablar de su último libro, Animales mitológicos (Pinolia-Hestia, 2025), una obra en la que ciencia, arte y tradición se dan la mano para explorar el fascinante universo de las criaturas fantásticas. En esta entrevista, Lobato nos guía por un repertorio de seres imposibles —dragones, sirenas, centauros, vampiros— abordados con el rigor del naturalista y la sensibilidad del narrador. A través de un enfoque accesible y visualmente cuidado, nos demuestra cómo lo imaginado puede ofrecernos claves valiosas para entender el mundo real y los miedos, anhelos y símbolos que habitan en nuestro interior.
Durante la conversación, uno de los temas que más destaca es el de la quimera, criatura que protagoniza uno de los capítulos más singulares del libro. Lobato nos explica cómo esta figura ha trascendido su origen griego para convertirse en metáfora biotecnológica y símbolo de lo híbrido, lo inasible, lo perturbador. Además, con motivo del lanzamiento, se ha liberado el capítulo completo Criaturas demoníacas, en el que el autor analiza cómo ciertas especies reales —como murciélagos, sanguijuelas o garrapatas— han nutrido el imaginario de lo monstruoso. Un ejemplo perfecto de cómo la biología puede resultar tan inquietante como la más oscura de las leyendas.
1. ¿Qué te inspiró a escribir Animales mitológicos?
Desde niño me fascinaba la mitología y conforme fui creciendo fui descubriendo los maravillosos dibujos de los bestiarios antiguos. Recuerdo que, mientras otros niños jugaban al fútbol, yo me pasaba horas leyendo sobre quimeras, unicornios o sirenas, dibujando dragones y fascinado con las historias de la mitología griega. Con el tiempo, mi pasión por la biología y la divulgación científica fue creciendo, y descubrí que esas criaturas no eran solo fantasías: muchas tenían un trasfondo histórico, natural o simbólico que decía mucho sobre cómo las culturas han intentado comprender el mundo. Quería rescatar ese asombro infantil y unirlo a un enfoque riguroso, pero ameno, que mostrara cómo la imaginación, la ciencia y la investigación se entrelazan en estos relatos. Así surgió la idea de este libro.
2. ¿Qué diferencia este libro de otros sobre mitología?
Creo que Animales mitológicos es distinto porque no se limita a recopilar leyendas de la tradición oral o contar la parte más literaria de los mitos más conocidos. Mi propósito ha sido desde un principio ofrecer una visión que combine la narración mítica con el análisis científico y cultural. Por un lado, explico los orígenes de cada criatura en distintas tradiciones; por otro, intento rastrear qué pudo inspirar su leyenda: desde animales reales a fenómenos naturales, errores de interpretación o incluso necesidades psicológicas y sociales; y si no lo encuentro, busco alguna relación moderna en el mundo de la ciencia y la investigación. Además, he cuidado mucho la parte visual, creando ilustraciones que evocan los antiguos bestiarios, pero con un enfoque moderno y divulgativo. Es un libro que busca entretener, enseñar y despertar la curiosidad.

3. ¿Qué criaturas mitológicas son las protagonistas del libro?
He seleccionado criaturas que son representativas del imaginario humano de las diferentes culturas. Entre ellas están los dragones, los unicornios, las quimeras, los grifos, las sirenas, y los vampiros, entre otros; y también seres como los dioses del Olimpo, los ángeles y los demonios, que tienen un componente espiritual y moral. y los duendes, gnomos y hadas, con el halo de magia que los envuelve. No he querido olvidar a los críptidos modernos, como el Yeti o el monstruo del lago Ness, que demuestran que seguimos necesitando historias que nos conecten con el misterio.
4. ¿Por qué crees que estos seres siguen despertando tanto interés hoy en día?
Creo que siguen fascinándonos porque representan las grandes preguntas y emociones humanas. Los dragones nos hablan del miedo a lo desconocido, el poder, la grandeza y el misterio de producir fuego. Los vampiros encarnan la dualidad de atracción y rechazo simultáneos y el anhelo de la vida eterna. Los unicornios simbolizan lo inalcanzable, la magia y la belleza... Cada una de estas criaturas nos permite proyectar nuestros deseos y temores en formas concretas y tángibles que podemos imaginar y compartir con los nuestros. Además, en un mundo tan tecnológico, la mitología sigue siendo un refugio donde cultivar la imaginación y la capacidad de asombro. En el fondo, todos necesitamos un poco de magia en nuestra vida.
5. ¿Has descubierto alguna historia curiosa o sorprendente durante la documentación?
Muchísimas, aunque tengo que reconocer que muchas ya las conocía. Es bastante curioso conocer cómo se gestó el mito de los unicornios. Entre las muchas referencias encontradas, me gustó descubrir cómo los comerciantes medievales vendían supuestos “cuernos de unicornio” que en realidad eran colmillos de narval. También son muy interesantes los antiguos relatos del Kraken, que probablemente describían avistamientos de calamares gigantes, cuyos restos aparecían en la costa. O la relación entre imagen del dragón europeo y los fósiles de dinosaurios que nadie sabía interpretar. Estas conexiones entre el mito y la ciencia me parecen apasionantes y nos recuerdan que muchas veces la imaginación y la realidad están más cerca de lo que creemos.
6. ¿Cuál es tu criatura mitológica favorita?
Es difícil elegir solo una, pero si tengo que hacerlo, me quedo con el dragón. Los dragones son criaturas que aparecen en casi todas las culturas, con significados y aspectos muy distintos: en Oriente simbolizan la buena suerte, la sabiduría o el poder; en Occidente, es más bien un enemigo imponente de gran fuerza y poder que hay que derrotar. Me fascina cómo han evolucionado sus representaciones en la literatura, el arte, la televisión y el cine. Además, su forma combina un montón de elementos biológicos interesantes: alas, fuego, escamas, capacidad de vuelo… Los dragones son una fantasía hecha carne y muestra de ello son la cantidad de criaturas de los reinos animal y vegetal que se llevan nombres vulgares inspirados en estas criaturas.
7. ¿Qué papel juega la ilustración en este libro?
La ilustración es una parte fundamental. Siempre he pensado que un libro sobre mitología no solo debe contarse, sino también mostrarse. Recuperé mi afición al dibujo para crear imágenes que evocan los antiguos grabados y manuscritos. Quería que cuando el lector se encontrara una de mis ilustraciones sintiera que está hojeando un bestiario antiguo actualizado, donde cada criatura tiene presencia visual, no solo textual. Creo que la ilustración ayuda a conectar emocionalmente con el contenido y hace más interesante la experiencia de lectura.

8. ¿A qué público recomendarías Animales mitológicos?
Lo recomendaría a cualquiera que sienta curiosidad, sin importar la edad. Si te gusta la historia, la biología, la cultura popular o simplemente te interesa saber por qué inventamos monstruos y leyendas, creo que vas a disfrutarlo. He cuidado mucho que el lenguaje sea claro y accesible, de forma que tanto un lector joven como un adulto con inquietudes científicas pueda adentrarse en estas historias y aprender sin sentirse intimidado. En el fondo, es un libro para recuperar el placer de asombrarse, a la vez que las ciencias y las humanidades van de la mano.
9. ¿Qué te gustaría que se llevase el lector al terminar el libro?
Me encantaría que el lector terminara con la sensación de haber hecho un viaje por los mitos de la humanidad y, al mismo tiempo, de haber aprendido algo nuevo sobre nuestro propio modo de pensar y soñar, con sus correspondientes pinceladas de ciencia. Quiero que cada historia le deje una chispa de curiosidad: que se pregunte qué hay detrás de un mito, qué nos dice sobre nosotros mismos y qué podemos descubrir todavía. Qué descubra investigaciones que jamás hubiera imaginado y su influencia en los avances médicos. Y, sobre todo, que se divierta, porque creo que la divulgación científica también debe ser una forma de dar y obtener placer.
10. ¿Cuál fue el mayor reto al escribir Animales mitológicos?
El principal reto fue encontrar el equilibrio entre el rigor científico y la pasión narrativa. Quería que el libro tuviera una base bien documentada, que incluyera datos históricos, explicaciones biológicas y referencias culturales, pero sin perder la magia que envuelve estos relatos. Otro desafío importante fue decidir qué criaturas incluir y cuáles dejar fuera. El mundo de los mitos es tan vasto que siempre tienes la sensación de que te falta algo. Por eso trabajé mucho en seleccionar aquellas que mejor reflejaran la diversidad de tradiciones y el poder simbólico que los seres míticos han tenido a lo largo de la historia. Mi objetivo era que cada capítulo ofreciera información, emoción y un motivo para seguir explorando.
