El origen del dicho "hacerse el sueco", que se aplica a quien se hace el distraído para no darse por entendido o aludido, está en la palabra latina soccus, que designaba una especie de pantufla que calzaban los cómicos en el antiguo teatro romano. De soccus provienen los vocablos zueco (un calzado de madera), zocato (zurdo) y zoquete (tarugo de madera corto y grueso). Esta última palabra también se usa para decir que una persona es torpe y obtusa. Por tanto, hacerse el sueco equivalea actuar con torpeza.
Para algunos lingüistas, sin embargo, la expresión procede de los marineros suecos que atracaban en los puertos españoles y aprovechaban su desconocimiento del idioma para entender solamente lo que les interesaba. Esta visión tiene coherencia con la otra expresión “hacer oídos de mercader”. A pesar de ello, es muy probable que la expresión "hacerse el sueco" no tenga nada que ver con el país escandinavo y que tenga su origen en el mencionado calzado zueco.