“Si quieres la paz, prepárate para la guerra”: ¿cuál es el origen de esta famosa máxima latina?

Descubre el significado de la máxima 'si quieres la paz, prepárate para la guerra' y cómo se ha usado a lo largo de la historia.
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Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto - Campo de batalla

Si vis pacem, para bellum. Esta antigua máxima latina, que se traduce como “si quieres la paz, prepárate para la guerra”, se ha utilizado a lo largo de los siglos como una poderosa expresión del juego de equilibrios entre el poder y la paz. Usada por políticos, estrategas, militares y filósofos, su sentido se ha interpretado según las circunstancias históricas o las tendencias políticas. La esencia de su sentido, sin embargo, permanece: para quien la utiliza, implica que la preparación bélica puede utilizarse como un instrumento para preservar la paz.

Un proverbio romano de origen tardío

Aunque pueda pensarse que esta frase hecha deriva directamente del mundo clásico romano, lo cierto es que no aparece como tal en los textos más antiguos de la República ni tampoco en los primeros siglos del imperio. De hecho, la formulación exacta Si vis pacem, para bellum no se encuentra en autores como Cicerón, César o Séneca, por mucho que todos ellos trataran cuestiones relativas a la guerra y la paz.

La expresión tal como la conocemos aparece mencionada por primera vez en el tratado Epitoma rei militaris, también conocido como De re militari. Esta obra fue escrita por Vegecio (Flavius Vegetius Renatus), un autor romano que, con probabilidad, vivió entre los siglos IV y V d. C., durante el declive del Imperio romano de Occidente.

En el capítulo 3 del Libro III de su obra, Vegecio afirma: Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum, que podría traducirse como: “Por tanto, quien desee la paz, que prepare la guerra”. Aunque la estructura difiere ligeramente de la versión popular actual, el contenido es, en esencia, el mismo. Esta frase formaba parte de un discurso más amplio en el que Vegecio defendía la importancia de una preparación militar sólida y continua como garantía de estabilidad en tiempos de crisis.

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Recreación ficticia de un ejército. Fuente: Midjourney/Erica Couto

¿Quién fue Vegecio y por qué escribió esta obra?

Vegecio no era un militar profesional, sino probablemente un funcionario imperial interesado en compilar conocimientos prácticos sobre el arte de la guerra. Su tratado, Epitoma rei militaris, por tanto, es una recopilación de tácticas, consejos de organización y doctrina militar basada en autores anteriores como Catón el Viejo, Frontino y otras fuentes ya perdidas en la antigüedad.

La obra se redactó en un momento de gran incertidumbre para Roma, que vivía asediada por amenazas tanto internas como externas. Las invasiones bárbaras, la corrupción institucional y la progresiva pérdida de disciplina en las legiones preocupaban a las élites del imperio. En ese contexto, Vegecio defendía un retorno a la rigidez, el entrenamiento y la preparación que habían caracterizado al ejército romano en sus épocas más gloriosas.

Por ello, la máxima debe entenderse como parte de un proyecto político y estratégico amplio: uno se prepara para la guerra no por amor al conflicto, sino como forma de disuasión. La idea es que un estado que muestra fortaleza militar será menos propenso a ser atacado, y por tanto, disfrutará de una paz más duradera.

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Recreación ficticia de un ejército. Fuente: Midjourney/Erica Couto

La fortuna de la frase a lo largo de la historia

Aunque no surgió en los siglos clásicos de la literatura latina, la máxima se retomó con fuerza durante el Renacimiento y la Edad moderna, cuando los estudios humanistas recuperaron los textos militares de la antigüedad. Así, la frase se citó, discutió y adoptó tanto en contextos militares como políticos.

En los siglos XIX y XX, Si vis pacem, para bellum se convirtió en un lema común en las doctrinas militares europeas, muy especialmente en Alemania. En este sentido, el escritor alemán Friedrich von Bernhardi la utilizó como justificación del rearme y el expansionismo en su influyente obra Deutschland und der Nächste Krieg (Alemania y la próxima guerra), publicada en 1912.

También se adoptó en emblemas militares, inscripciones emplazadas en los cuarteles y estandartes de distintas naciones, con la intención de recalcar la necesidad constante de estar listos para el combate, incluso en tiempos de aparente calma. Su poder retórico, por tanto, la convirtió en una herramienta eficaz de las propagandas nacionalistas contemporáneas.

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Recreación ficticia de un ejército. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Una frase en constante evolución

Puesto que la lengua es un ser vivo, la frase ha dado pie a variaciones y reformulaciones a lo largo del tiempo. Entre las variantes más conocidas, se encuentra Si vis bellum, para pacem ("Si quieres la guerra, prepárate para la paz"), que se utiliza irónicamente o en tono crítico para sugerir que las apariencias pacíficas pueden ocultar intenciones agresivas.

Otra versión propone Si vis pacem, fac bellum ("Si quieres la paz, haz la guerra"). Se trata de una versión más directa, que aboga por la guerra como medio activo para imponer la paz, típica de periodos belicistas. Algunas variantes, sin embargo, abogan por un mensaje menos beligerante. Es el caso de Si vis pacem, para pacem ("Si quieres la paz, prepárate para la paz"). Adoptada por movimientos humanitarios contemporáneos, invierte la lógica tradicional al promover la preparación diplomática, económica y social como garantía de estabilidad.

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Recreación ficticia de un ejército. Fuente: Midjourney/Erica Couto

¿Qué vigencia tiene hoy esta máxima?

En el siglo XXI, en un mundo marcado por los conflictos híbridos, la amenaza nuclear y las tensiones geopolíticas, la frase sigue resonando en los discursos de defensa y seguridad. Políticos y analistas contemporáneos continúan invocando la lógica de la disuasión, especialmente en contextos como la OTAN, la guerra en Ucrania o el rearme en Asia Oriental.

Sin embargo, también ha ganado fuerza la crítica a esta mentalidad. Para muchos sectores académicos y pacifistas, el recurso sistemático a la fuerza como garantía de paz puede producir el efecto contrario: escalada, desconfianza y carreras armamentistas.

Así, el debate sigue abierto: ¿es la fuerza la mejor garantía de estabilidad? ¿O debemos buscar nuevas estrategias de paz que eviten la lógica del enfrentamiento permanente?

¿Más paz y menos guerra?

La frase Si vis pacem, para bellum encapsula una visión del mundo. Formulada por Vegecio en los últimos siglos del Imperio romano, se convirtió en una piedra angular del pensamiento militar occidental contemporáneo, basado en la idea de que la preparación constante para el conflicto es una condición previa para asegurar la paz. Sin embargo, su vigencia actual no está exenta de controversia. Como hemos visto, la frase ha generado múltiples reinterpretaciones, algunas de las cuales cuestionan su validez en contextos modernos.

Referencias

  • Di Cristofaro Longo, Gioia (ed). 2022. Si vis pacem para pacem: la pace una scelta di vita. Armando.
  • Diehl, Eric. 2016. Ten laws for security. Berlin: Springer.

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