10 frases célebres de Washington Irving

Washington Irving (1783-1859), cuyo nombre tiene su origen en la devoción que sentían sus padres por el primer presidente de Estados Unidos (George Washington), fue un escritor del Romanticismo que desde muy joven desarrolló una enorme pasión hacia la literatura y, posteriormente, también por el periodismo.
10 frases célebres de Washington Irving

Washington Irving (1783-1859), cuyo nombre tiene su origen en la devoción que sentían sus padres por el primer presidente de Estados Unidos (George Washington), fue un escritor del Romanticismo que desde muy joven desarrolló una enorme pasión hacia la literatura y, posteriormente, también por el periodismo.

El hecho de ser nombrado embajador de los Estados Unidos en Madrid (1842–1845) por orden de Daniel Webster, secretario de Estado llegó a Irving a pasar largas temporadas en España, empapándose profundamente de la historia y la literatura españolas. Se convirtió en un auténtico hispanista lo que le condujo a la creación de libros sobre leyendas españolas y sus reconocidos “Cuentos de la Alhambra”. Fruto de su influencia se creó la “Ruta de Washington Irving”, un itinerario que recorre 250 kilómetros siguiendo las huellas de la civilización hispano-musulmana, el legado árabe bajo la senda que siguió el propio Irving.

Irving fue el primer norteamericano en alcanzar la celebridad como escritor profesional y se le considera mentor de autores como Edgar Allan Poe o Nathaniel Hawthorne. Entre sus obras más destacadas se encuentran la ya nombrada “Cuentos de la Alhambra”, “El libro de bocetos” o quizá sus dos cuentos más conocidos, “La Leyenda de Sleepy Hollow” o La Leyenda del jinete sin cabeza (adaptada al cine por Tim Burton en 1999 y posteriormente llevada a la televisión en forma de serie) y “Rip Van Winkle”.

Os dejamos con algunas de sus frases más famosas:

“Las grandes mentes tienen objetivos, las demás deseos”.

“El ídolo de hoy arrincona al héroe de ayer, y a la vez lo reemplaza por el héroe del mañana”.

“La edad es cuestión de sentimiento, no de años”.

“El matrimonio es el tormento de uno, la felicidad de dos, los conflictos y la ememistad de tres”.

“Cuando una persona le dice a otra que se ve muy joven, debe tener la certeza de que se está envejeciendo”.

“Hay algo sagrado en las lágrimas. No son señal de debilidad sino de poder. Son las mensajeras de una pena abrumadora y de un amor indescriptible”.

“El omnipotente dinero, ese objeto mundial de devoción”.

“Una palabra suave puede golpear rudamente”.

“Una lengua afilada es la única herramienta que se aguza con el constante uso”.

“Casi todos se figuran en su imaginación a España como una región meridional preciosa, con los suaves encantos de la voluptuosa Italia; pero es, por el contrario, en su mayor parte -si bien se exceptúan algunas de sus provincias marítimas-, un país áspero y melancólico, de escarpadas montañas y extensísimas llanuras desprovistas de árboles, de indescriptible aislamiento y aridez, que participan del salvaje y solitario carácter de África” (Cuentos de la Alhambra).

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