El reino animal es un escenario precioso tejido con los hilos más intrincados y sorprendentes de la vida. Desde las profundidades de los océanos hasta las cimas de las montañas más altas, las creaciones de la naturaleza nunca dejan de sorprender e intrigar a quienes se toman un momento para observarlas.
Por ejemplo, el reino animal tiene su propio conjunto de estrellas que no brillan en el cielo sino en la oscuridad de la noche. Los organismos bioluminiscentes, como las luciérnagas y ciertas especies de medusas, tienen la capacidad de producir luz mediante una reacción química dentro de sus cuerpos. Este fascinante brillo puede servir para varios propósitos, desde atraer posibles parejas hasta protegerse de los depredadores y atraer presas.
Quizás una de las criaturas más peculiares del reino animal sea el tardígrado, también conocido familiarmente como oso de agua. Estos organismos microscópicos son famosos por su resiliencia, capaces de sobrevivir en las condiciones más extremas imaginables. Desde el vacío del espacio hasta las profundidades del océano, desde temperaturas hirvientes hasta un frío glacial, se sabe que los tardígrados perduran y prosperan. Su secreto reside en un estado llamado criptobiosis, donde pueden secarse y detener efectivamente su metabolismo hasta que las condiciones mejoren.
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