La oscura y triste historia de los Castrati

Su historia es bastante oscura y triste. Hablamos de los castrati. Origen, época 'dorada' y fin de esta salvaje tradición.
castrati

En el mundo de la música clásica, los castrati ocupan un lugar singular y, a menudo, perturbador. Estos niños cantores, sometidos a la castración para preservar sus voces agudas, representan una práctica que combina arte y tragedia. A lo largo de los siglos, su historia ha sido objeto de fascinación y repulsión, reflejando tanto la gloria de la ópera como las oscuras decisiones detrás de la fama.

¿Quiénes eran los castrati?

Significado y origen del término "castrati"

El término "castrati" proviene del italiano y se traduce como "castrados". Esta palabra describe a los niños que, tras ser sometidos a una operación de castración, conservaban una voz aguda similar a la femenina. La práctica se remonta a tiempos antiguos, cuando la música sacra requería voces que pudieran alcanzar notas altas imposibles para los hombres adultos. Los castrati se convirtieron en figuras prominentes dentro de la ópera y la música religiosa, desempeñando roles que combinaban la pureza vocal con la presencia escénica masculina.

La castración, en este contexto, no solo se refería a la eliminación de los testículos, sino que representaba un sacrificio personal en pro de un talento musical excepcional. La voz de un castrato era única, capaz de conmover audiencias con su rango y claridad. Sin embargo, el precio pagado por estos jóvenes era inmenso, pues su vida personal y su salud se veían afectadas de manera irreversible.

El proceso de castración: de niños a cantores

La transformación de un niño en castrato comenzaba con una operación quirúrgica brutal y dolorosa. Generalmente llevada a cabo entre los 8 y 12 años, la castración tenía como fin evitar el desarrollo de las características sexuales masculinas que cambiarían la voz aguda infantil. Este procedimiento, en gran parte clandestino, era realizado por barberos o cirujanos, quienes utilizaban opio para adormecer el dolor, aunque las condiciones eran lejos de ser seguras o higiénicas.

Tras la operación, los niños eran sometidos a rigurosos entrenamientos musicales. Se esperaba que estos jóvenes desarrollaran habilidades excepcionales en el canto, capaces de interpretar complejas arias de ópera. La educación musical era intensa, pues solo a través de ella podían aspirar a alcanzar la fama y el reconocimiento en un mundo competitivo y despiadado.

La transformación de un niño en castrato comenzaba con una operación quirúrgica brutal y dolorosa. Imagen: Wikimedia

La práctica de la castración con fines artísticos

Desde el Imperio Romano hasta el siglo XI

La castración con fines artísticos tiene sus raíces en el Imperio Romano, donde los eunucos eran valorados por sus voces delicadas. Estos individuos, castrados por diversas razones, a menudo se encontraban en las cortes imperiales, entreteniendo a la nobleza con sus habilidades vocales. Sin embargo, la práctica no se limitó a Roma, extendiéndose a lo largo de Europa y persistiendo hasta principios del siglo XI.

Durante este tiempo, la castración se convirtió en una herramienta para crear cantores capaces de interpretar música sacra y litúrgica. La Iglesia, que prohibía la presencia de mujeres en sus coros, encontró en los castrati una solución para mantener la pureza vocal necesaria en sus ceremonias. Esta práctica, aunque controvertida, se mantuvo durante siglos, reflejando una sociedad que valoraba el arte por encima de los derechos individuales.

Resurgimiento en el siglo XVI y auge en el siglo XVII

La moda de los castrati resurgió con fuerza en el siglo XVI, coincidiendo con el auge de la ópera en Europa. La prohibición papal de que las mujeres actuaran en escenarios eclesiásticos impulsó nuevamente la demanda de voces agudas masculinas. En este contexto, los castrati se convirtieron en estrellas de la ópera, alcanzando niveles de popularidad que rivalizaban con los de los actores y músicos más célebres de la época.

El siglo XVII marcó el apogeo de los castrati, cuando estos cantantes se encontraban en el centro de la vida cultural y social europea. La ópera, que combinaba música, drama y espectáculo, ofrecía un escenario perfecto para mostrar sus habilidades. Las voces de los castrati, capaces de expresar una amplia gama de emociones, se convirtieron en un elemento esencial de las producciones operísticas, atrayendo a multitudes a los teatros.

El papel del barbero italiano en el proceso

En el proceso de castración, el barbero italiano desempeñaba un papel crucial. Más allá de su función tradicional de cortar cabello y afeitar barbas, estos barberos se encargaban de realizar la operación de castración. Armados con conocimientos médicos rudimentarios, llevaban a cabo el procedimiento en condiciones que a menudo eran insalubres y peligrosas.

El uso de opio como anestésico era común, aunque no siempre efectivo. Los riesgos eran altos, y muchos niños no sobrevivían a la operación. Sin embargo, aquellos que lo lograban, ingresaban a un mundo de formación musical intensiva, donde sus habilidades vocales eran pulidas y perfeccionadas. El barbero, en este sentido, era el primer paso en un camino que podía llevar a la gloria o al olvido.

El Coro de la Capilla Sixtina, en marzo de 1898. Varios de sus miembros (con número en la foto) eran castrati. Imagen: Wikimedia

La vida de los castrati: fama y tragedia

Niños sometidos a la castración entre los 8 y 12 años

La vida de un castrato comenzaba con una decisión tomada por sus padres, generalmente motivada por la pobreza y la esperanza de un futuro mejor para sus hijos. Estos niños, sometidos a la castración entre los 8 y 12 años, enfrentaban un destino incierto. La operación no solo alteraba su cuerpo, sino que también definía el rumbo de sus vidas, marcándolos como diferentes en una sociedad que los admiraba y temía al mismo tiempo.

La infancia de estos niños se veía truncada por la operación, y su adolescencia se centraba en el entrenamiento musical. Las expectativas eran altas, y el camino hacia el éxito estaba plagado de desafíos. Solo aquellos con talento excepcional y una dedicación inquebrantable podían esperar alcanzar la fama, mientras que muchos otros se perdían en la oscuridad del anonimato.

El opio como método para minimizar el dolor

Durante la operación de castración, el opio se utilizaba como método para minimizar el dolor. Aunque ofrecía un alivio temporal, no eliminaba los riesgos asociados con el procedimiento. La falta de conocimiento médico adecuado y las condiciones insalubres aumentaban las posibilidades de complicaciones, que podían ser fatales. Para los niños que sobrevivían, el opio era solo el comienzo de un largo camino de sacrificios.

El uso de opio reflejaba la brutalidad del proceso y la desesperación de las familias que optaban por esta práctica. La promesa de un futuro brillante en la música era un incentivo poderoso, pero la realidad a menudo era muy diferente. El opio, en este sentido, simbolizaba tanto el alivio como el sufrimiento, una dualidad que acompañaba a los castrati a lo largo de sus vidas.

Solo uno de cada 4.000 alcanzaba la fama

A pesar del gran número de niños sometidos a la castración, solo uno de cada 4.000 alcanzaba la fama. La competencia era feroz, y el éxito dependía de una combinación de talento, entrenamiento y suerte. Aquellos que lograban destacar se convertían en ídolos del público, disfrutando de una vida de lujo y reconocimiento. Sin embargo, para la mayoría, la realidad era mucho más sombría.

La mayoría de los castrati vivían en la pobreza, incapaces de alcanzar el éxito prometido. La vida de estos hombres era una mezcla de sacrificio y decepción, con pocos recursos para regresar a una existencia normal. La fama, aunque codiciada, era esquiva y a menudo efímera, dejando a muchos castrati con un legado de sufrimiento y anonimato.

Famosos castrati a través de la historia

Farinelli y su legado en la ópera

Entre los castrati más famosos, Farinelli destaca por su extraordinario talento y su impacto duradero en la ópera. Nacido como Carlo Broschi, Farinelli se convirtió en una de las voces más celebradas del siglo XVIII. Su habilidad para interpretar complejas arias y su carisma en el escenario lo convirtieron en una leyenda, admirado por reyes y plebeyos por igual.

Farinelli no solo conquistó los teatros de Europa, sino que también dejó un legado en la música que perdura hasta hoy. Su vida y carrera son un testimonio del poder del arte para trascender las limitaciones humanas, aunque a menudo a un costo personal inmenso. Farinelli sigue siendo un símbolo de la grandeza y la tragedia de los castrati, un recordatorio de la complejidad de esta práctica histórica.

Otras figuras destacadas: Baldassarre Ferri y Alessandro Moreschi

Junto a Farinelli, otros castrati como Baldassarre Ferri y Alessandro Moreschi dejaron su huella en la historia de la música. Ferri, conocido por su voz excepcional y su habilidad interpretativa, fue una figura clave en el desarrollo de la ópera barroca. Su talento lo llevó a actuar en las cortes más prestigiosas de Europa, donde su arte fue aclamado por su belleza y precisión.

Alessandro Moreschi, por su parte, es recordado como el último castrato. Su carrera se desarrolló en un momento en que la práctica de la castración estaba en declive, pero su voz única fue capturada en grabaciones que aún se conservan. Moreschi representa el final de una era, un vínculo entre el pasado y el presente que nos permite escuchar el eco de una tradición que ya no existe.

Alessandro Moreschi. Imagen: Wikimedia

El fin de una tradición centenaria

La prohibición del Papa Pío X en 1903

El fin de la tradición de los castrati llegó en 1903, cuando el Papa Pío X prohibió la práctica de la castración con fines musicales. Esta decisión, basada en consideraciones éticas y morales, marcó el cierre de un capítulo oscuro en la historia de la música. La prohibición reflejaba un cambio en la percepción de los derechos humanos y el reconocimiento del sufrimiento infligido a los castrati.

La decisión del Papa Pío X fue un paso crucial hacia la modernización de la música y la sociedad. Al eliminar la necesidad de castración, se abrió la puerta para que las mujeres participaran en la música sacra y la ópera, enriqueciendo el arte con nuevas voces y perspectivas. La prohibición fue un punto de inflexión, un reconocimiento de la dignidad humana que había sido ignorada durante siglos.

Impacto en la escena musical y la incorporación de mujeres

La prohibición de la castración tuvo un impacto profundo en la escena musical, permitiendo la incorporación de mujeres en roles que anteriormente estaban reservados para los castrati. Esta inclusión no solo enriqueció la música con nuevas tonalidades y estilos, sino que también reflejó un cambio en las normas sociales y culturales de la época.

La presencia de mujeres en la ópera y la música sacra transformó el arte, ofreciendo una diversidad de voces y experiencias que habían sido excluidas. Este cambio permitió la evolución de la ópera y la música clásica, abriendo nuevas posibilidades creativas y expresivas. La incorporación de mujeres fue un paso hacia la igualdad y la inclusión, redefiniendo el panorama musical para las generaciones futuras.

Los contratenores actuales y su legado

Logros vocales sin necesidad de castración

En la actualidad, los contratenores han heredado el legado vocal de los castrati, alcanzando notas altas sin la necesidad de la castración. Estos cantantes utilizan técnicas vocales avanzadas para desarrollar sus habilidades, logrando una calidad de voz que recuerda a la de los castrati. La técnica del falsete permite a los contratenores interpretar repertorios históricos con autenticidad y precisión.

El desarrollo de los contratenores representa un avance significativo en la música, demostrando que el talento y el entrenamiento pueden superar las limitaciones físicas. Estos artistas han revitalizado el interés por la música barroca y renacentista, ofreciendo interpretaciones que respetan la tradición mientras incorporan un enfoque moderno y ético.

El legado de los castrati en la música moderna

El legado de los castrati perdura en la música moderna, influyendo en la forma en que se interpreta y aprecia la ópera y la música clásica. Aunque la práctica de la castración ha desaparecido, el impacto de los castrati se refleja en las composiciones que crearon y en las historias que contaron a través de sus voces. Su contribución al arte sigue siendo objeto de estudio y admiración, un recordatorio de la complejidad de la historia musical.

La música moderna ha aprendido de los errores del pasado, adoptando un enfoque más humano y respetuoso hacia los artistas. El legado de los castrati nos enseña sobre la importancia de valorar el talento sin sacrificar la dignidad humana, una lección que sigue siendo relevante en el mundo del arte y más allá.

Referencias

  • André, N. A. (2006). Voicing gender: castrati, travesti, and the second woman in early-nineteenth-century Italian opera. Indiana University Press.
  • Rosselli, J. (1988). The castrati as a professional group and a social phenomenon, 1550-1850. Acta musicologica, 60(Fasc. 2), 143-179.
  • Hatzinger, M., Vöge, D., Stastny, M., Moll, F., & Sohn, M. (2012). Castrati singers—All for fame. The journal of sexual medicine, 9(9), 2233-2237.
  • Melicow, M. M. (1983). Castrati singers and the lost" cords". Bulletin of the New York Academy of Medicine, 59(8), 744.
  • Peschel, E. R., & Peschel, R. E. (1987). Medical insights into the castrati in opera. American Scientist, 75(6), 578-583.

Recomendamos en