Hemos oído hablar de las egipcias y las mayas, pero quizás nos resulte sorprendente asociar las pirámides a Polonia. Un nuevo hallazgo arqueológico reconfigura el paisaje del megalitismo centroeuropeo. Se trata de una serie de estructuras funerarias, de más de 5.500 años de antigüedad, que podrían ser las más antiguas "pirámides" del continente. Localizadas en el Parque Paisajístico General Dezydery Chłapowski, en la región de Gran Polonia, estas construcciones, obra de la cultura de los vasos de embudo, preceden en más de medio milenio a las célebres pirámides de Egipto. Su descubrimiento no solo aporta datos fundamentales sobre las prácticas funerarias del Neolítico, sino que también coloca a Polonia en el centro de la discusión sobre los orígenes del megalitismo europeo.
El hallazgo en Wielkopolska: tumbas del Neolítico
Al conjunto de monumentos megalíticos ya catalogados hasta el momento, se han añadido recientemente dos nuevas construcciones. El descubrimiento tuvo lugar durante un análisis del paisaje en el mencionado parque. Fue Artur Golis, investigador vinculado al Departamento de Arqueología de la Universidad Adam Mickiewicz (UAM), quien detectó unos túmulos alargados que despuntaban en el paisaje natural. Las excavaciones arqueológicas posteriores lo confirmaron: se trataba de tumbas megalíticas erigidas hace unos 5.500 años por la cultura de los vasos de embudo, también conocida como la cultura TRB (Trichterbecherkultur).
Estas estructuras, de tierra y piedra, conocidas como tumbas tipo Kujawy, se han bautizado en la jerga popular como “pirámides polacas” o incluso “camas de gigantes”. La longitud de algunos túmulos puede superar los 150 metros, aunque los que se han localizado en el Parque Paisajístico General Dezydery Chłapowskie miden unos 100. Durante la primera excavación, los arqueólogos han encontrado fragmentos de cerámica, restos de la presencia de fuego y huesos humanos, lo que confirma su función funeraria.

La cultura de los vasos de embudo: una sociedad compleja
La cultura de los vasos de embudo (ca. 4000–2800 a.C.) se expandió por buena parte del norte y centro de Europa y es una de las más antiguas culturas agrícolas del continente. Recibe su nombre de la característica cerámica con forma de embudo que producían sus integrantes. Las comunidades vivían en aldeas permanentes, practicaban la agricultura y la ganadería, y construyeron algunas de las primeras estructuras megalíticas conocidas.
Esta cultura es célebre por la construcción de grandes tumbas colectivas, que no solo funcionaban como sepulcros, sino que también cumplían una función social y simbólica. En las regiones donde esta cultura floreció —incluyendo Dinamarca, Alemania, los Países Bajos y Polonia— se han hallado numerosos túmulos de tierra y piedra que revelan una notable planificación técnica, una jerarquía social establecida y complejos rituales funerarios. Las tumbas de Wielkopolska, por tanto, se integran en un fenómeno cultural de gran escala.

Megalitismo en Polonia: más allá de lo monumental
El descubrimiento reciente se inscribe en una larga tradición de construcción de montículos funerarios en tierras polacas. Según los estudios del investigador Rafał Gawałkiewicz, la tradición de levantar montículos en Polonia se remonta al Neolítico y perdura hasta la actualidad. Desde sepulcros tribales hasta señales de frontera, desde puntos de observación hasta monumentos conmemorativos, los túmulos han estado profundamente entrelazados con el paisaje y la identidad cultural del país.
Los montículos más antiguos, como los de Kujawy o Krakus y Wanda en Cracovia, suelen presentar una forma alargada o troncocónica, similar a las pirámides, con cámaras funerarias de madera o piedra en su interior. En algunos casos, su disposición revela también funciones astronómicas o calendáricas, lo que apunta a un conocimiento sofisticado del entorno por parte de sus constructores.
A pesar de su importancia histórica y arqueológica, muchos de estos túmulos han sido víctimas del abandono, la erosión o la destrucción. Según Gawałkiewicz, se han documentado más de un millar de montículos y túmulos en Polonia, aunque se sospecha que el número real podría duplicarse si se intensifican las prospecciones arqueológicas.

Las “pirámides polacas”: significado y valor patrimonial
Aunque el uso del término “pirámides” para referirse a estos túmulos parezca una provocación, lo cierto es que comparten con las egipcias una función esencial: servir como tumbas de personajes destacados y como símbolos de poder colectivo. En ambos casos, el trabajo colectivo que implicaba su construcción refuerza la idea de una sociedad organizada.
En el caso polaco, los túmulos reflejan, además, una forma de interacción con el paisaje. A menudo situados en elevaciones naturales, estos montículos no solo marcaban el lugar de enterramiento, sino que dominaban el horizonte. Así, funcionaban como puntos de referencia territorial y como expresión del vínculo entre los vivos, los muertos y el entorno.

Desafíos para el futuro: documentación y conservación
Uno de los retos más urgentes identificados por los investigadores es la falta de inversión sistemática en la conservación de estos sitios, en especial cuando se encuentran alejados de los núcleos urbanos. Muchos túmulos están deteriorados o incluso han desaparecido, víctimas de la agricultura intensiva, la erosión natural o la simple negligencia.
El desarrollo de bases de datos, registros cartográficos y documentación tridimensional será clave para su protección. Asimismo, la integración de estos sitios en rutas turísticas y programas educativos podría favorecer una mayor conciencia pública de su valor histórico y su relevancia en el contexto del patrimonio europeo.

Unas "pirámides" más antiguas que las de Egipto
El hallazgo de las “pirámides polacas” en Wielkopolska representa un hito para la arqueología centroeuropea. Estas tumbas neolíticas no solo superan en antigüedad a las pirámides egipcias, sino que evidencian la complejidad social y simbólica de las comunidades prehistóricas del norte de Europa. Mientras la Gran Pirámide de Guiza se construyó hacia 2.600 a.C., las tumbas de Kujawy y otros túmulos polacos datan de 3.500 a.C., aproximadamente, lo que las sitía entre las estructuras monumentales más antiguas de Europa. La cultura de los vasos de embudo, protagonista de esta historia, nos deja como legado estas impresionantes estructuras que condensan una cosmovisión sofisticada.
Referencias
- Gawałkiewicz, Rafał. 2019. "Mounds and barrows as important elements of cultural landscape of Poland". Geoinformatica Polonica, 18: 87-99. DOI: 10.4467/21995923GP.19.007.11574
- 2025. "Ancient 'pyramids' discovered in Poland, containing 5,500-year-old tombs". Notes from Poland. URL: https://notesfrompoland.com/2025/07/11/ancient-pyramids-discovered-in-poland-containing-5500-year-old-tombs/