La arqueología tiene la capacidad de devolver a la historia fragmentos ignorados de nuestro pasado. Ahora, un estudio realizado en la región de Sunbury, al noroeste de Melbourne, explora los círculos de tierra levantados por los pueblos aborígenes. Esta investigación pionera dirigida por la comunidad Wurundjeri Woi-wurrung, en colaboración con arqueólogos de varias universidades australianas, ofrece nuevas perspectivas sobre el significado cultural, el uso y la antigüedad de uno de estos enigmáticos anillos a partir del conjunto conocido como Sunbury Ring G.
Un enfoque de conocimientos entrelazados
El estudio, publicado en Australian Archaeology, se ha desarrollado mediante un enfoque de “conocimientos entrelazados” o braided knowledge que, en este caso, combina los saberes tradicionales de los Wurundjeri Woi-wurrung con métodos arqueológicos y científicos. Este modelo metodológico ha permitido reconstruir de forma total el paisaje sagrado —el denominado biik wurrdha de Jacksons Creek—, así como las actividades que allí se realizaton. La investigación, además, constituye un ejemplo de estudio autogestionado por las propias comunidades indígenas, que han participado de forma activa en todas las etapas del estudio.
Un patrimonio ceremonial amenazado
Los anillos ceremoniales de tierra, conocidos en algunas lenguas aborígenes como bora, eran lugares sagrados utilizados para celebrar los rituales de iniciación masculina. Aunque se conocen otros ejemplos en Queensland, Nueva Gales del Sur y Victoria, muchos han desaparecido tras la colonización europea. De los más de 400 registrados en el pasado, hoy apenas se conserva una cuarta parte. En el territorio de los Wurundjeri Woi-wurrung —el pueblo custodio tradicional del centro-sur de Victoria— se han identificado hasta el momento cinco anillos de tierra y uno de piedra, todos ellos en el área de Sunbury.
Uno de los pocos que se ha excavado científicamente es el Sunbury Ring G, una estructura circular de 20 metros de diámetro y 0,4 metros de altura. Esta excavación la realizó el arqueólogo David Frankel en 1979. Sin embargo, hasta ahora no se había realizado un estudio en profundidad liderado por la propia comunidad indígena.

Un paisaje de significado ancestral
Para los Wurundjeri Woi-wurrung, el anillo forma parte de un paisaje sagrado mayor. Se trata del biik wurrdha, el valle de Jacksons Creek, un paraje salpicado de fuentes de sílex y otros minerales que se usaron para fabricar herramientas.
Los ancianos entrevistados en el estudio señalaron que el anillo, las cascadas de Jackson y la colina de Redstone son hitos fundamentales del territorio ancestral. Este paisaje, además, también alberga ciertos árboles a los que la tradición reconoce un significado simbólico. En esta red geográfica de significados, también se integran depósitos arqueológicos de hasta 15.000 años de antigüedad en zonas cercanas.
En la cosmovisión Wurundjeri Woi-wurrung, el bienestar del pueblo está ligado al cuidado del territorio. Por ello, el equipo de guardabosques Narrap, perteneciente a la comunidad, sigue recurriendo a prácticas tradicionales para preservar el equilibrio ecológico del entorno.

Nuevas dataciones y evidencias de actividad humana
Una de las aportaciones más significativas del estudio ha sido la datación del anillo mediante análisis de luminiscencia ópticamente estimulada. Los resultados indican que el Sunbury Ring G se construyó entre hace 590 y 1.400 años, lo que lo sitúa como un sitio de uso ceremonial en época precolonial.
Además, se llevó a cabo un reanálisis de los 166 artefactos líticos recuperados por Frankel en 1979. Estos objetos, en su mayoría de sílex fino (silcreta), incluyen núcleos, lascas y herramientas retocadas con signos de uso, como raspadores, cuchillas y hojas con muescas. El análisis de microdesgaste y la identificación de residuos reveló que estos instrumentos se habían usado en tareas de corte, raspado y procesado de materiales orgánicos.

Huellas de fuego y ritual
Una de las observaciones más significativas del estudio documenta la presencia de alteraciones térmicas en más del 27 % de los artefactos. La aparición de fragmentos curvados térmicamente indica que algunos objetosse expusieron a fuegos, durante breves períodos y al aire libre. Los estudiosos suponen que se trataron de fogatas rituales.
Los grupos de lascas identificados, por su parte, también muestran que se produjeron concentraciones para tallar herramientas en el interior del anillo, una actividad que podría vincularse a la celebración de actividades ceremoniales. Algunas piezas fracturadas sugieren el tránsito humano sobre el lugar, lo que refuerza la hipótesis de que se trata de un espacio muy usado durante varias generaciones.

Significados pasados y presentes
El Sunbury Ring G continúa siendo un marcador espiritual y territorial para los Wurundjeri Woi-wurrung. Durante los recorridos por el terreno realizados en el marco del estudio, varios participantes compartieron emociones profundas al escuchar el sonido del agua cayendo en las cascadas de Jacksons Creek, símbolo de un territorio vivo y sagrado.
Por otro lado, los investigadores identificaronRedstone Hill, otro punto clave del paisaje, como el lugar desde el cual John Batman y otros colonos avistaron las hogueras de los Woi-wurrung en 1835. Esta escena precedió a la firma forzada del llamado Tratado de Batman, considerado por muchos Wurundjeri como un episodio de despojo de su territorio.
De la destrucción a la revitalización
El estudio también documenta el impacto de la colonización a partir de 1835, cuando los pastores europeos comenzaron a ocupar los pastizales del área. Las comunidades indígenas se vieron desplazadas de forma rápida y violenta, aunque también lograron adaptarse a las nuevas circunstancias combinando la resistencia con la negociación y las prácticas de supervivencia. Algunos Woi-wurrung continuaron viviendo en sus tierras a través de acuerdos informales con colonos más “comprensivos”, con los que intercambiaron trabajo por alimentos o dinero.
Hoy, sin embargo, la comunidad Wurundjeri Woi-wurrung ejerce su derecho a gestionar su patrimonio. Las caminatas culturales, los proyectos educativos y las acciones de restauración ecológica son formas de intervención que les están permitiendo reafirmar su conexión con el territorio, transmitir saberes y sostener una identidad viva.

Una aportación fundamental para la arqueología australiana
Este estudio representa un hito en la arqueología indígena australiana por su enfoque participativo, decolonial y respetuoso con los saberes tradicionales. Aporta una nueva manera de comprender los paisajes culturales y sus múltiples capas de significado. Como afirman los representantes Wurundjeri Woi-wurrung, visitar Jacksons Creek es reencontrarse con los ancestros, un modo de comunicar al mundo la importancia de este lugar para las comunidades aborígenes.
Referencias
- Spry, Caroline, et al. 2025. "New braided knowledge understandings of an Aboriginal earth ring and biik wurrdha (Jacksons Creek, Sunbury) on Wurundjeri Woi-wurrung Country, southeastern Australia". Australian Archaeology: 1-24. DOI: https://doi.org/10.1080/03122417.2024.2428019