De la destrucción del Vesubio al esplendor restaurado: las termas mejor conservadas del Imperio romano abren sus puertas al público

Herculano y sus Termas Suburbanas constituyen un tesoro arqueológico capaz de revelar la vida en la antigua Roma antes de la erupción del Vesubio.
Termas
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto. Interior de las Termas Suburbanas. Fuente: Parque Aequeológico de Herculano - Complejo termal

Aunque Pompeya figura en el imaginario popular como la ciudad por excelencia que se ha preservado gracias a la erupción del Vesubio, no es la única localidad engullida por las ardientes lavas volcánicas. Así, también Herculano, la antigua Herculaneum romana, quedó sellada por la erupción del año 79 d.C. Atrapado bajo un manto piroclástico que detuvo la vida cotidiana de sus habitantes en un instante eterno, el yacimiento permite acercarnos de primera mano al mundo romano. Entre sus estructuras, destaca, en especial, un edificio singular: las Termas Suburbanas, el complejo termal mejor conservado de todo el Imperio romano.

Herculano: una cápsula del tiempo

Aunque más pequeña que Pompeya, Herculano contaba con una población próspera y un tejido urbano caracterizado por residencias elegantes, jardines, comercios y espacios públicos bien planificados. Su situación costera, así como la fertilidad de las tierras campanas, le otorgaban un lugar privilegiado dentro de la red de asentamientos que orbitaban en torno a la bahía de Nápoles.

La diferencia esencial entre Pompeya y Herculano radica en la manera en que fueron alcanzadas por la erupción. Mientras que Pompeya se vio cubierta principalmente por cenizas y lapilli, Herculano quedó enterrada bajo una gruesa capa de barro volcánico y flujos piroclásticos que, al solidificarse, crearon un ambiente sellado y sin oxígeno.

Gracias a ello, en Herculano se preservaron no solo las paredes de los edificios y los mosaicos, sino también los objetos de madera, los textiles e incluso algunos restos de alimentos. El visitante contemporáneo, por tanto, puede contemplar las casas con las estructuras aún en pie, decoraciones de estuco con sus colores originales y un mobiliario que ha resistido el paso de casi dos milenios.

En ese contexto urbano, se levantaron edificios de ocio, culto y vida cívica. Entre ellos, las termas desempeñaban un papel central en la vida social. Más allá del aspecto higiénico, ir a los baños de la Roma antigua era casi un ritual colectivo, un espacio de convivencia, negocio y placer. Aunque Herculano contaba con varios conjuntos termales, ninguno resultaba comparable a las Termas Suburbanas.

Termas Suburbanas Herculano
Termas Suburbanas. Fuente: Parque Arqueológico de Herculano

El origen de las Termas Suburbanas

Situadas junto a la antigua playa y pegadas a la muralla que defendía la ciudad, las Termas Suburbanas se concibieron, en principio, como un baño privado vinculado a la poderosa familia de los Nonii Balbi, benefactores de la ciudad en época augustea. Con el tiempo, aquel lujo particular se transformó en un espacio abierto a la comunidad, ejemplo del modo en que las élites romanas consolidaban su prestigio compartiendo sus recursos con la colectividad. El visitante que accedía a las termas desde la zona portuaria se encontraba con un edificio perfectamente integrado en el paisaje urbano, con vistas privilegiadas hacia el litoral, un microcosmos de mármol, mosaicos y frescos.

Termas Suburbanas Herculano
Puerta original de las Termas Suburbanas. Fuente: Parque Arqueológico de Herculano

Una arquitectura y una decoración excepcionales

El recorrido por el edificio permite entender por qué este complejo se considera el mejor conservado de todo el mundo romano. El frigidarium, destinado a los baños fríos, conserva pavimentos de mármol de extraordinaria calidad. El tepidarium, la sala templada, muestra aún sus decoraciones en estuco con figuras de guerreros, delicadas y dinámicas. El calidarium, por su parte, mantiene el sistema de calefacción original. Empleaba una técnica de circulación de aire caliente bajo el suelo y a través de las paredes que ejemplifica la sofisticación tecnológica alcanzada por los ingenieros romanos.

Lo más asombroso del complejo, sin embargo, se encuentra en la supervivencia de elementos normalmente perdidos en otros yacimientos. Así, en las Termas Suburbanas se conservan puertas de madera originales, ventanas y hasta fragmentos de mobiliario. Estos detalles, rarísimos en el registro arqueológico, transforman la visita en una experiencia única, pues permiten vivir los ambientes tal como lo hicieron los ciudadanos de la época.

La decoración, además, refuerza esa impresión. Los mármoles importados, los mosaicos geométricos, los frescos coloridos y los estucos figurativos evocan un universo de refinamiento estético, diseñado para el deleite sensorial.

Termas Suburbanas Herculano
Bañera en las Termas Suburbanas. Fuente: Parque Arqueológico de Herculano

El uso social de las termas

En otros complejos termales, era habitual separar por sexo a los usuarios, quienes accedían a alas diferenciadas. En Herculano, sin embargo, parece que el acceso se regulaba por horarios, lo que indica una organización distinta y, posiblemente, más flexible. Esto hecho demuestra que cada ciudad podía adaptar los reglamentos de la institución termal a sus necesidades particulares.

Más allá de estas especificidades, lo que se mantenía constante era el carácter social del baño. Las termas ejercían de lugar de encuentro, conversación, ejercicio físico y ostentación cultural. También servían como escenarios de intercambio político y económico, donde se tejían alianzas y se consolidaban jerarquías. Las Termas Suburbanas de Herculano condensaban todo esto, enmarcado en el lujo arquitectónico que reflejaba tanto la riqueza local como la influencia del modelo imperial.

Termas Suburbanas Herculano
Relieve en las Termas Suburbanas. Fuente: Parque Arqueológico de Herculano

Conservación y restauración de las termas

Durante muchos años, las Termas Suburbanas permanecieron cerradas al público por motivos de seguridad y conservación. No obstante, su excepcional estado de preservación exigía un proyecto de restauración cuidadoso y sostenido, capaz de garantizar a las generaciones futuras el acceso a este patrimonio.

Así, en 2025 se puso en marcha un ambicioso programa que permite a los visitantes no solo contemplar el edificio, sino también conocer los procesos de restauración en marcha. Cada fin de semana, los accesos a los espacios de restauración muestran al público cómo se trabaja en la consolidación de las paredes, la limpieza de superficies, el tratamiento de los materiales más frágiles y la recuperación de la decoración original. Se trata de un ejemplo pionero de arqueología abierta, donde la restauración misma se convierte en una experiencia cultural y pedagógica.

Referencias

Recomendamos en