Los que tienen gato son más inteligentes que los que tienen perro, según un estudio

Un estudio impulsado por un psicoanalista británico señala que las personas que conviven con un gato son más sensibles e inteligentes que las que lo hacen con un perro.
Perro y gato con chica

Parece que la brecha entre “perrunos” y “gatunos” es insalvable: siempre hay cierta pelea entre ambas partes, y es que es cierto que difiere mucho la convivencia con un perro y con un gato. Hay muchos estudios que se centran en estudiar la diferencia entre perros y gatos, pero ¿qué pasa con las personas? ¿Qué diferencia hay entre alguien que prefiere los perros a quien prefiere los gatos?

Un reciente estudio impulsado por el psicoanalista británico Steve McKeown señala que las personas que prefieren a los perros suelen ser más sociables y extrovertidas. Esto no es una sorpresa, pues tener un perro entraña salir a pasear con más frecuencia, relacionarte con los dueños de otros perros y, en general, tener más vida social. Por otra parte, aquellas personas que tienen gato parecen ser más sensibles y abiertas de mente. Lo más interesante de este estudio es que las conclusiones reflejan las diferencias de carácter entre perros y gatos, es decir, el carácter del animal se corresponde con el de su humano.

El estudio también desmintió el mito de que los dueños de gatos son más neuróticos.

La muestra del estudio incluyó a 600 estudiantes universitarios, y entre sus conclusiones destaca que los dueños de gatos obtuvieron puntuaciones más altas en tests de inteligencia, así como que presentan un mayor número de estudios universitarios que el grupo de los dueños de perros.

Parece ser además que las personas que prefieren a los gatos tienden a ser menos conformistas y a luchar por sus creencias.

Si trabajas muchas horas, mejor un gato

 El estudio relaciona estos datos con el hecho de que aquellos que trabajan muchas horas prefieren mascotas que no requieran tanto tiempo y atención y que se adapten a su estilo de vida, y para ello los gatos serían una mejor opción que los perros.

Denise Guastello, profesora de psicología en la Universidad de Carroll, en Wisconsin, y directora del estudio, apunta: “Tiene sentido que alguien que tiene perro aparezca como más animado, porque suelen ser personas que quieren salir, socializar, conocer a gente, y por supuesto querrán llevar a su perro con ellos”.

McKeown también señala otras diferencias: “Los gatos sólo dan afecto cuando la persona lo merece. Es una relación basada en un cierto respeto, mientras que los perros te amarán incondicionalmente”. De ahí vienen también las diferencias entre las personas que prefieren a uno y a otro.

En cualquier caso, los estudios sobre psicología canina y felina y sus relaciones con el humano están a la orden del día. Por ejemplo, en cuanto a un problema muy común en los perros, la ansiedad por separación, un estudio realizado por la Universidad de Portsmouth, en Reino Unido concluyó que está provocada en gran medida por el carácter del dueño.

Sin embargo, la mayoría de estos estudios también señala siempre que los resultados nunca son completamente concluyentes, pues otros factores difíciles de estudiar, como la personalidad de cada perro o el día a día de la familia, tienen una gran influencia en la formación de su carácter y en su comportamiento.

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