La incubación bucal es una de esas estrategias de la naturaleza que nos fascinan; pero no solo eso: también tiene mucho sentido. Muchos peces y anfibios, en época de reproducción, ponen cientos de huevos en lugares muy vulnerables. ¿Cómo reducir drásticamente ese riesgo? Incubándolos dentro de la boca. Al albergar los huevos y alevines (juveniles) en la boca, son muy pocos los peces que acaban siendo depredados.
¿Y quién realiza la incubación? ¿El pez macho o el hembra?
Hay precisamente dos tipos de incubación bucal: la materna y la paterna y esta depende de la especie.
Dependiendo de la especie, unas veces el incubador bucal es la hembra (incubación bucal materna) y otras veces lo es el macho (incubación bucal paterna). Cuando son las hembras las que incuban los huevos en la boca, la hembra pondrá los huevos, los recogerá en su boca y luego el macho los fertilizará. Por otro lado, en especies con incubación bucal paterna, el desove ocurre antes de que el macho albergue los huevos fertilizados.
Lo más curioso es que los biólogos han descubierto que algunos peces machos ejercen de incubador bucal paterno cuando ni siquiera son los padres biológicos de los huevos que van a preservar.
¿Por qué motivo?
Los científicos lo desconocen. ¿Para impresionar a las hembras? Quién sabe.
Lo cierto es que estudios anteriores también han demostrado que la incubación bucal afecta al criador: no puede comer durante todo el tiempo de incubación, que podrían ser un par de semanas hasta que eclosionan los huevos. Además, el hecho de llevar una carga de huevos en la boca ralentiza la natación, según revelaron investigaciones anteriores, lo que facilita que los depredadores los atrapen.

Profundizando en la incubación bucal
Un equipo de investigadores de la Universidad Charles Darwin (Australia) decidió explorar el proceso de incubación bucal en dos peces del norte de Australia: el bagre azul (Ictalurus furcatus) y el conocido como 'boca todopoderosa' (Glossamia aprion). Ambos peces viven en ríos extremadamente fangosos, lo que dificulta el estudio de su comportamiento. Afortunadamente, el barro no oculta el ADN, por lo que los expertos evaluaron a cientos de miembros de cada especie para verificar si los huevos que se cuidaban eran o no la descendencia del criador.
Los biólogos descubrieron que los huevos transportados por el bagre azul eran los que se esperaban: todos ellos habían sido fertilizados por el mismo macho que los transportaba en su boca y todos los huevos provenían de la misma madre. Sin embargo, con la otra especie, hubo un hallazgo inesperado: aproximadamente el 25% de los huevos tenían una madre diferente o habían sido fertilizados por otro macho. E incluso encontraron casos en los que el macho llevaba huevos fertilizados por él mismo pero que provenían de más de una hembra.
Para los científicos, este hallazgo es tremendamente desconcertante. Según sugieren, los machos que llevaban muchos huevos podrían ser más atractivos para las hembras, como una señal masculina de un seguro de descendencia.
Referencia: Janine E. Abecia , Alison J. King , Osmar J. Luiz , David A. Crook , Dion Wedd and Sam C. Banks Diverse parentage relationships in paternal mouthbrooding fishes, Biology Letters (2022). Published:04 May 2022 DOI: 10.1098/rsbl.2021.0576