La vuelta de vacaciones: un buen momento para reflexionar sobre las emisiones del transporte

¿Cómo afecta el transporte a las emisiones de gases de efecto invernadero? Un análisis de los diferentes medios de transporte y sus impactos ambientales en el contexto de la vuelta de vacaciones.
Transporte

La movilidad y el transporte son esenciales en la vida diaria, especialmente en los periodos de vacaciones. Entre 1990 y 2019, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del sector transporte en la Unión Europea aumentaron un 33 %, mientras que las emisiones totales disminuyeron un 24 %. Estos datos revelan la necesidad de evaluar y comprender mejor los impactos ambientales de diferentes medios de transporte, especialmente la movilidad para largos recorridos, como la ida o el regreso de vacaciones.

La vuelta de vacaciones. — Chuyn/iStock

Los transportes con mayores emisiones en España

Según el informe más reciente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, hasta el 27 % de todas las emisiones de nuestro país proceden exclusivamente del transporte; la energía —23,3 %— y la industria —17,4 %— son los sectores que ocupan la plata y el bronce en este vergonzoso podio.

De las más de 74 millones de toneladas de CO2 equivalente emitidas anualmente por el transporte, 17 se refieren al transporte de mercancías. Es en el resto donde se debe poner el foco en el contexto vacacional.

La mayor fuente de GEI en España es el transporte por carretera urbana —poco significativo en períodos vacacionales—: 28 millones de toneladas anuales, nada menos. Seguido muy de cerca por el transporte en carretera no urbana, con 24 millones de toneladas. El transporte marítimo y aéreo tienen una carga muy inferior, en comparación: 2,5 y 1,5 millones de toneladas respectivamente. Sin duda, en este cómputo general, el ferrocarril es el que menos emisiones de GEI arroja: apenas 171 000 toneladas de CO2 equivalente; 9 veces menos que el avión, y 140 veces menos que la carretera no urbana.

Sin embargo, estas medidas globales no son extrapolables a la escala cotidiana. Es lógico que el medio de transporte más utilizado sea el causante de una mayor cantidad de emisiones, y ese medio no tiene por qué ser, necesariamente, el más contaminante si se analiza de forma pormenorizada. Para evaluar correctamente estos medios de transporte, hay que ponderarlos por persona y por kilómetro recorrido.

Medido por kilómetro recorrido y pasajero, el avión es el medio que más emisiones de GEI genera. — Dudbrain/iStock

Emisiones pormenorizadas de los medios de transporte

Si bien el transporte aéreo, en el cómputo global, se muestra como responsable de menos emisiones que el transporte en carretera, lo cierto es que hay mucha menos gente que viaja en avión respecto a gente que viaja en coche o autobús. Cuando se analizan las emisiones de GEI del viaje en avión midiéndose en función del pasajero y la distancia recorrida, el panorama cambia.

La mayor cantidad de emisiones de un avión se dan durante el despegue y el aterrizaje, independientemente de la duración del vuelo; la emisión en crucero es menor. Esto hace que el valor de emisiones por kilómetro sea difícil de calcular: se emiten más GEI por kilómetro en viajes cortos que en viajes largos. Teniendo esto en cuenta, y también sabiendo que el número de pasajeros puede variar, se pueden tomar valores promedio. Las emisiones de GEI asociadas al viaje en avión varían entre 190 y 285 gramos de CO2 equivalente por persona y kilómetro.

El vehículo privado movido por motor de combustión es el siguiente en la lista. Como sucede con el avión, hay muchas variables que cambian el valor. Hay coches más eficientes que otros, la velocidad puede alterar el consumo, y viajar con más personas en un mismo coche reduce, como es evidente, el consumo por persona. En promedio, se estima que los turismos con motor de combustión emiten entre 104 y 160 gramos de CO2 equivalente por persona y kilómetro, cifra que se reduce a unos 72 cuando hablamos de ciclomotores.

El autobús es un medio preferible a los anteriores. A pesar de que uno solo emite bastante más que un turismo, el mayor número de pasajeros compensa con creces esa diferencia. Se estima que viajar en autocar produce emisiones de GEI de entre 65 y 70 gramos por pasajero y kilómetro.

Todos los anteriores son vehículos movidos por motor de combustión, pero sus homólogos eléctricos tienen aún menos emisiones, aunque el impacto ambiental asociado a su fabricación es mayor, especialmente por las baterías. Un automóvil eléctrico en España no emite más de 43 gramos de CO2 equivalente por persona y kilómetro, y una moto eléctrica apenas 17 gramos. Aunque este valor puede cambiar en otros países donde la generación eléctrica esté basada menos en renovables y nuclear, y más en la combustión.

Coche eléctrico. — Piranka/iStock

El tren a la cabeza en sostenibilidad

De todos los medios de transporte, el de menos emisiones, sobre todo, en España, es el ferrocarril. Esta ventaja, que ya se observaba en el panorama más global, se mantiene cuando se estudian las emisiones por viajero y por kilómetro.

La ventaja fundamental del ferrocarril es su capacidad para operar con diversas fuentes de energía. Los trenes que se mueven con combustión son más eficientes que los vehículos privados, porque pueden transportar a muchas más personas. En España contamos con una excelente red de ferrocarriles eléctricos, cuyas emisiones están ligadas al sistema de generación eléctrica. Alimentados con una base sólida de fuentes renovables y nuclear, los trenes españoles tienen unas emisiones de GEI mínimas.

El tren eléctrico es el medio de transporte con menos emisiones en España — Enzojz/iStock

Específicamente, se estima que el tren eléctrico emite entre 14 y 23 gramos de CO2 equivalente por persona y kilómetro, el mínimo comparado con cualquier otro vehículo. Pero, por supuesto, para los trenes eléctricos, como sucede con otros vehículos de su misma naturaleza, es importante considerar la fuente de electricidad. En regiones donde la electricidad proviene de la quema de combustibles fósiles, el tren es mucho menos sostenible.

No se puede cerrar este artículo sin una mención a los medios de transporte de emisiones cercanas a cero, quizá no apropiados para regresar de vacaciones, pero sí para el día a día de gran parte de la población: ir a pie o en bicicleta. Recordemos que el transporte urbano sigue siendo la fuente principal de GEI originados por transporte, y muchas de esas emisiones se podrían reducir si se fortalece un buen sistema de transporte público en las ciudades y se adecúan para que moverse a pie o en bicicleta sea la opción preferida por la población.

Referencias:

  • Equipo Vostok. 2023, abril 21. ¿Cuánto contaminan estos 6 medios de transporte?
  • European Environment Agency. 2021. Transport and environment report 2020: train or plane? Publications Office.
  • European Environment Agency. 2022. Transport and environment report 2022: digitalisation in the mobility system : challenges and opportunities. Publications Office.
  • OTLE. 2022. 5.2.1 Emisiones contaminantes del transporte (Informe 2022). Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.

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