Tres mandatarios de origen peninsular gobernaron el Imperio. Trajano expandió las fronteras que su sucesor, el pacífico Adriano, trató de mantener, y Teodosio sería el último en reinar sobre Oriente y Occidente
Pocos cronistas rememoraron el nombre de las mujeres que compartieron con ellos tempestades, hambrunas y epidemias durante el largo viaje desde la Península hasta América, ni las recordaron cuando engrosaron las filas de los expedicionarios, ni tras desbrozar selvas, atravesar cordilleras y desiertos o navegar por los grandes ríos americanos junto a sus compañeros españoles. Tampoco cuando ayudaron, incluso con su patrimonio, a levantar ciudades, conventos y hospitales.
Un recorrido fascinante por las vidas y logros de los científicos que transformaron la energía eléctrica en una fuerza que impulsa nuestra civilización moderna.
La relación entre los Austrias y los Borbones fue larga y compleja, pero llevó a Felipe de Anjou al trono en 1701 tras la muerte sin descendencia de Carlos II.
El filósofo y teórico de la economía británico trabajó mano a mano con su esposa, la también filósofa Harriet Taylor Mill, que influyó notoriamente su pensamiento sobre la libertad de las mujeres.
Uno no quiso nunca ser emperador, y abandonó el gobierno a su suerte; el otro pretendió ser mucho más que eso, un dios tiránico y caprichoso. Ambos reinaron mediante el terror y dejaron un rastro de depravación y locura.
En tiempos de las Cruzadas, la sexualidad solo era lícita si se practicaba dentro del matrimonio, con fines reproductivos y limitada a lo que autorizase la Iglesia. Esta era, al menos, la teoría. En la realidad, el placer sexual se abría paso como siempre pese a todos los riesgos y amenazas.
Con la ayuda de las Órdenes Militares, los monarcas cristianos se enfrentaron durante ocho siglos al invasor musulmán para recuperar los territorios perdidos. La reconquista no concluyó hasta 1492.
La artista mexicana fue una mujer apasionada que vivió con intensidad, tanto las desgracias como las alegrías que le deparó el destino. Por ello, la pintura de Kahlo es fiesta, color, sangre y vida.
Charles Darwin contrajo matrimonio con su prima Emma Wedgwood y nunca se arrepintió de su decisión. Fueron compañeros, amantes y cómplices hasta la muerte del científico.
Era hijo de Juan II y de María de Aragón, y hermano paterno de Isabel, que se proclamó reina a su muerte. Algunos historiadores le llamaron despectivamente «el Impotente».
Se celebró el 21 de octubre de 1496 y de ella resultó la unión de los reinos de Castilla y Aragón con la Casa de Habsburgo, germen de los Austrias en España.
La escritora británica Mary Shelley nació el 30 de agosto de 1797. Vivió 53 años y nos dejó un gran legado en forma de ensayos, novelas, obras de teatro...
Emperatriz de Rusia por matrimonio, la polaca Catalina supo quitarse de enmedio a su marido y convertir a su país de adopción en una nación potente e ilustrada.
Además de los ritos obligados, el sexo y los grandes banquetes formaban parte de la rutina cortesana en Egipto. En los suntuosos palacios donde mantenía a sus esposas, hijos y concubinas, el monarca conservaba el poder pese a las intrigas. Así vivía.