Los secretos de Uruk, la primera ciudad de la historia

En el curso bajo del Éufrates, en Mesopotamia, nació el primer urbanismo, la primera arquitectura monumental urbana y la escritura como solución para administrar un nuevo nivel de comercio.
Uruk yacimiento

Hace más de 5000 años que un enclave al sur de la actual Irak se desarrolló por primera vez en la historia un urbanismo, se levantaron templos, palacios y nació la escritura para poder llevar el control de un nuevo y evolucionado sistema comercial. Allí convivieron hasta 70 000 habitantes. El lugar fue conocido con el nombre de Unu para los propios sumerios, la cultura con la que nació esta primera ciudad, la Biblia la llama Erec y hoy día se le conoce como Warka, por la ciudad moderna más cercana al yacimiento. Sin embargo, el nombre más extendido es el que le pusieron los acadios: Uruk.

El nacimiento de Uruk y su importancia en Mesopotamia

El hecho fundacional de Uruk no supuso solo el comienzo de esta histórica ciudad, sino el comienzo de la ciudad como concepto. Diferenciada de los asentamientos y pueblos vistos hasta entonces, lo urbano quedaría definido desde entonces por oposición a lo rural, entendiéndose la ciudad como un núcleo poblacional y centro neurálgico de la sociedad a la que pertenece.

La fundación de Uruk y el Rey Emmerkar

El origen de Uruk refleja un momento crucial para la historia de la humanidad: el paso de sociedades prehistóricas a sociedades urbanas insertas ya en la historia con el nacimiento de la escritura como necesidad para apoyar complejas formas de relación comercial. Esta transformación tiene una representación física en Uruk, una ciudad surgida a orillas del río Éufrates en la zona de los cursos bajos de aquella “tierra entre ríos” que conocemos como Mesopotamia. Como suele ser habitual al tratar aspectos históricos tan antiguos, la información que tenemos acerca de Uruk es una mezcla entre leyendas, mitos, tradición literaria y el estudio de sus restos con los que también asistimos a una primera Arqueología tratada desde un punto de vista más científico y no solo como la búsqueda de tesoros enterrados.

Según la Lista de Reyes de Sumeria, Uruk fue fundada por el rey Enmerkar hacia el año 4500 a. C. Los restos más antiguos que evidencian la presencia de población humana se remontan al período el-Obeid, entre el 5000 y el 3800 a. C., pero no se puede considerar una ciudad como tal ya por entonces. Teniendo en cuenta que a Enmerkar se le atribuye un reinado de más de cuatrocientos años, la credibilidad del dato sobre su fundación no supera la mera leyenda.

Según la arqueología, Uruk empezó a concentrar población entre el 3500 y el 3200 a. C. y culminó su transición a ciudad hacia el 3000 a. C. Es posible que fuera el resultado de la unión de dos asentamientos preexistentes: Eanna y Kullaba. De hecho, la ciudad se dividía en dos secciones, una dedicada a la diosa Inanna (después llamada Ishtar) y otra al dios Anu.

La Dama de Uruk. Máscara hallada en la ciudad. Osama Shukir Muhammed Amin FRCP / Wikimedia

División de la ciudad: los distritos de Inanna y Anu

La ciudad de Uruk estaba dividida en dos distritos principales, cada uno dedicado a una deidad importante en el panteón sumerio. El distrito de Eanna estaba consagrado a la diosa Inanna, posteriormente conocida como Ishtar, mientras que el distrito de Kullaba rendía culto al dios Anu. Esta división no solo reflejaba la importancia de las creencias religiosas en la vida cotidiana de los sumerios, sino que también influía en la organización política y social de la ciudad.

El distrito de Eanna, dedicado a Inanna, era un centro de actividad religiosa y cultural. Inanna, diosa del amor, la guerra y la fertilidad, tenía un papel crucial en la mitología sumeria, y su culto en Uruk simbolizaba la prosperidad y el poder de la ciudad. El templo de Eanna era un lugar de peregrinación y culto, destacándose por su arquitectura monumental y su influencia en la vida política y económica de la región.

Por otro lado, el distrito de Kullaba, donde se veneraba al dios Anu, representaba la autoridad celestial y el orden cósmico. Anu, como dios del cielo, era una de las deidades más antiguas y veneradas de Sumer, y su presencia en Uruk subrayaba la importancia de la ciudad como centro religioso. La coexistencia de estos dos distritos reflejaba la complejidad de la estructura social de Uruk, donde la religión, la política y la economía estaban intrínsecamente ligadas.

Plato de cerámica de la época uruk. Foti: World History Encyclopedia/Osama Shukir Muhammed Amin.

Urbanismo y arquitectura en la ciudad de Uruk

Como vemos, aparte de una división racional en protobarrios, Uruk fue un ejemplo de cómo ya en los primeros asentamientos urbanos las construcciones reflejaban la vida social que en ellos se tenía.

El origen de los zigurats y el Templo Blanco

El auge de la ciudad tuvo lugar durante el tercer milenio antes de Cristo, cuando Uruk superó los 40 000 habitantes y se convirtió en el centro de culto y administración más importante de Sumer, cuya configuración inspiró a otros núcleos urbanos por nacer en Mesopotamia. Fue entonces cuando se levantó la muralla que rodeaba la ciudad, según la leyenda construida por mandato de Gilgamesh, su habitante más ilustre, también envuelto en leyenda, protagonista de la primera narración épica de la humanidad.

Además de la muralla, se construyeron canales que conectaban con el Éufrates para facilitar la comunicación por vías fluviales y como recurso para la agricultura. En Uruk asistimos a una de las primeras evidencias de arquitectura monumental urbana. Cabe destacar el conocido como Templo blanco, el edificio principal de la ciudad, cuya estructura supuso el precedente de los zigurats, templos en forma de pirámide escalonada que se extendieron por toda Mesopotamia.

Construcción de canales y comunicación fluvial

La construcción de canales fue una innovación crucial en Uruk, facilitando la comunicación y el comercio a través de vías fluviales. Estos canales, conectados al río Éufrates, no solo permitían el transporte de mercancías y personas, sino que también eran esenciales para la agricultura, asegurando el riego de los campos y el suministro de agua a la población.

El análisis de los restos de estos canales muestran cómo una mayor densidad poblacional conllevó necesariamente una estructura para facilitar el riego y la higiene. Su control estaba estrechamente vinculado a la autoridad política y religiosa. Los canales no solo mejoraban la comunicación interna, sino que también conectaban a Uruk con otras ciudades y regiones, facilitando el intercambio cultural y comercial.

La infraestructura hidráulica de Uruk fue un modelo a seguir para otras civilizaciones mesopotámicas, que adoptaron y adaptaron estas técnicas para sus propios contextos. La capacidad de manipular el entorno natural para satisfacer las necesidades humanas es un testimonio del ingenio y la adaptabilidad de los habitantes de Uruk, quienes sentaron las bases para futuras innovaciones en ingeniería y urbanismo.

Relieve del templo de Inanna en Uruk. Marcus Cyron / Wikimedia

Innovaciones culturales: la escritura y el comercio

Esta nueva forma de vida urbana trajo consigo un desarrollo técnico y científico importante. Las innovaciones en comercio y la escritura, clave para señalizar la ciudad

El nacimiento de la escritura y las tablilas de Uruk

En Uruk se desarrolló un comercio basado en el trueque según una escala de valores. Esta situación llevó la economía a una mayor escala en la ciudad y surgió la necesidad de controlar todos estos intercambios. Fue así como nació la escritura y en Uruk se hallaron algunas de las muestras más antiguas de la historia.

Las tablillas de arcilla en las que se grabaron pictogramas son los textos arcaicos de Uruk con la representación de objetos, cabezas de ganado y medidas de cereales junto a cantidades que fueron el primer sistema de registro de cuentas del que posteriormente surgiría la escritura cuneiforme.

Aunque fue perdiendo población, Uruk mantuvo su ocupación hasta el siglo III d. C. Su descubrimiento corrió a cargo de William Kennet Loftus a mediados del siglo XIX, aunque la zona no fue excavada hasta la segunda década del siglo XX. La escuela alemana se encargó de sacar a la luz los restos de lo que a posteriori se supo que era la primera ciudad de la historia, en una nueva etapa para la Arqueología en la que se dejó de lado el afán cazatesoro y las leyendas para centrarse en desarrollar un método científico con el que conocer mejor el pasado.

Descifran los misteriosos símbolos de un ‘lenguaje perdido’ en antiguos sellos mesopotámicos
Un estudio reciente indica que los símbolos en sellos comerciales mesopotámicos pudieron haber sido el origen del cuneiforme, la escritura más antigua del mundo. Ilustración artística. Foto: Dall-e/Christian Pérez

El uso del sello cilíndrico como identidad

El sello cilíndrico, otra innovación cultural de Uruk, desempeñó un papel crucial en la identificación personal y la autenticación de documentos. Estos sellos, grabados con intrincados diseños, se utilizaban para imprimir imágenes en arcilla, actuando como una firma personal que garantizaba la autenticidad de las transacciones y los acuerdos.

El uso del sello cilíndrico refleja la creciente complejidad de las relaciones sociales y económicas en Uruk. A medida que la ciudad se expandía y las transacciones comerciales se volvían más frecuentes, surgió la necesidad de un sistema que asegurara la integridad y la confianza en los intercambios. Los sellos cilíndricos no solo cumplían esta función, sino que también eran objetos de arte, reflejando el estatus social y la identidad cultural de sus propietarios.

La adopción del sello cilíndrico se extendió rápidamente por Mesopotamia y más allá, convirtiéndose en una herramienta esencial en las sociedades urbanas de la región. Esta innovación no solo facilitó el comercio y la administración, sino que también contribuyó al desarrollo de una cultura visual rica y diversa, en la que los símbolos y las imágenes desempeñaban un papel central en la comunicación y la expresión artística.

Uruk a lo largo del tiempo: evolución y legado

Transición y declive de la ciudad de Uruk

A lo largo de los siglos, Uruk experimentó numerosas transformaciones, reflejando los cambios políticos, económicos y culturales de la región. Aunque la ciudad alcanzó su apogeo durante el tercer milenio a.C., comenzó a perder población y relevancia hacia el final del período dinástico temprano. Factores como las invasiones, los cambios climáticos y las transformaciones culturales contribuyeron al declive de Uruk.

Sin embargo, Uruk no fue completamente abandonada. La ciudad mantuvo su ocupación hasta el siglo III d.C., aunque su importancia política y económica disminuyó. A lo largo de este tiempo, Uruk continuó siendo un centro religioso y cultural, preservando su legado a través de los templos y las tradiciones que sobrevivieron a lo largo de los siglos.

El declive de Uruk, aunque inevitable, no disminuye su impacto duradero en la historia de la humanidad. La ciudad sentó las bases para el desarrollo de civilizaciones posteriores en Mesopotamia y más allá, influyendo en la organización social, la arquitectura, la escritura y la cultura de la región. Su legado perdura en las ruinas y los artefactos que nos permiten vislumbrar la vida de sus antiguos habitantes.

Redescubrimiento de Uruk en el siglo XIX

El redescubrimiento de Uruk en el siglo XIX marcó el inicio de una nueva era en la arqueología mesopotámica. Fue William Kennet Loftus quien, a mediados del siglo XIX, identificó las ruinas de Uruk, abriendo el camino para futuras excavaciones. Sin embargo, no fue hasta la segunda década del siglo XX que se llevaron a cabo excavaciones sistemáticas, lideradas por equipos alemanes que aplicaron métodos científicos rigurosos.

Estas excavaciones revelaron la magnitud y la complejidad de Uruk, proporcionando una visión detallada de su urbanismo, arquitectura y cultura. Los descubrimientos arqueológicos en Uruk no solo enriquecieron nuestro conocimiento de la civilización sumeria, sino que también transformaron nuestra comprensión del desarrollo de las sociedades urbanas en la antigüedad.

El estudio de Uruk continúa siendo una fuente invaluable de información para arqueólogos e historiadores, quienes siguen desentrañando los secretos de esta antigua ciudad. A través de sus ruinas, Uruk sigue contando su historia, recordándonos la rica herencia cultural de Mesopotamia y su influencia perdurable en la civilización humana. Si te has quedado con ganas de saber más sobre Uruk y te cuesta imaginar cómo sería la vida en sus calles, te dejamos esta simulación de la vida en la primera ciudad de la historia.

Referencias:

  • Gomá, D. 2023. Uruk, la primera ciudad de la historia. Historia y Vida 545.
  • Liverani, M. 2017. Uruk, la primera ciudad. Bellaterra.
  • Van de Mieroop, M. 2020. Historia del Oriente Próximo Antiguo. Trotta.

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