Maria Josep Colomer i Luque, pionera de la aviación

Piloto, instructora de vuelo y aviadora en el bando republicano, Maria Josep Colomer i Luque fue una pionera del aire.
Pepa Colomer

Mari Pepa Colomer, como se la conocía, nació en Barcelona en 1913. Hija de Josep Colomer i Girbau, industrial del tejido, y de Maria Encarnació Luque, maestra de escuela, recibió una educación abierta que le ayudó a cumplir su sueño: dedicarse a la aviación.

La aviación era una disciplina reciente. Tan solo unos años antes del nacimiento de Colomer, Louis Blériot había atravesado el Canal da la Mancha a bordo del Blériot XI y los hermanos Wright habían logrado realizar el primer vuelo comercial. En este contexto, eran muy pocas las mujeres que se habían sentado a los mandos de un aparato. Raymonde de Laroche fue la primera en recibir el permiso de piloto en 1910, aunque se considera Thérèse Peltier la mujer que realizó el primer vuelo un año antes, en 1909. Otras aviadoras internacionales como Amelia Earhart, activista por los derechos de las mujeres y el sufragio femenino. consiguieron durante las décadas de los 20 otros hitos aéreos a bordo de su avión.

En España, el proceso fue más lento. En 1928, María Bernaldo de Quirós se convirtió en la primera piloto española al conseguir su permiso en la Escuela Nacional Aeronáutica de Madrid. Tres años después, una jovencísima Maria Josep Colomer i Luque se matriculaba en los cursos de aviación que se impartían en el Aeródromo Canudas, propiedad de Josep Canudas, piloto y responsable de difundir la aviación en Cataluña. El hecho de que una mujer tomase clases para aprender a pilotar aviones resultaba inusual y, aunque el matrimonio Colomer no se mostró especialmente entusiasta, le dieron la posibilidad a Mari Pepa de seguir su camino. Así, superaba el examen de piloto en 1931 y, con 18 años, se convertía en la primera mujer catalana en obtener la licencia de vuelo.

Su carrera formativa no se quedó ahí. Colomer prosiguió su formación como piloto comercial, realizó vuelos de prueba de las avionetas salidas de revisión y acumuló horas de vuelo que le permitieron ganar experiencia. Además, realizó una labor fundamental en la formación de otros pilotos. Fundó junto a otros colegas pilotos la Cooperativa de Trabajo Aéreo en 1935 y, ya en 1936, la Escuela Catalana de Aviación y dormó parte de la Unión de Pilotos Aviadores de Cataluña, un sindicato que tenía como meta prioritaria conseguir un seguro de accidentes que cubriera a los pilotos en servicio.

Pepa Colomer - Imagen: Wikicommons

Con el estallido de la Guerra Civil, Mari Pepa Colomer se puso al servicio de la Escuela de Pilotos de la Generalitat para formar a los aviadores que deberían luchar en las filas de la República. Es en este contexto en el que conoció a Dolors Vives Rodón, otra apasionada de la aviación que, inspirada por Colomer y después de asistir al curso de preparación para pilotos civiles, ejerció de alférez a lo largo del enfrentamiento bélico. Durante el conflicto civil, Mari Pepa se encargó de escrutar las zonas costeras para alertar de la presencia de naves y avionetas enemigas, vigiló los movimientos aéreos desde las instalaciones del aeródromo Canudas, se encargó de transportar bienes de abastecimiento, trasladó a heridos a Barcelona y a desplazados al otro lado de la frontera francesa, y lanzó propaganda antifranquista.

Con el fin del conflicto civil y el triunfo de la dictadura, Mari Pepa Colomer se exilió primero a Francia y, más tarde, a Surrey, Inglaterra, donde vivió hasta su fallecimiento en 2004. Contaba Colomer que este nuevo contexto cultural y geográfico no favorecía que las mujeres pudiesen dedicarse a pilotar. Tampoco Jean Batten, aviadora neozelandesa a quien Mari Pepa Colomer recibió en 1936 en el Aeropuerto Provisional de Barcelona mientras realizaba viaje en solitario desde Inglaterra hasta su Nueva Zelanda natal, pudo participar en laSegunda Guerra Mundial porque las fuerzas aéreas del ejército británico no admitían a las mujeres. Solo los Estados Unidos, ante la escasez de hombres que pudiesen ponerse a los mandos de aviones, formaron a mujeres como pilotos durante la Segunda Guerra Mundial.

Raymonde de Laroche

Esta pionera francesa de la aviación pasó de los globos aerostáticos a los aviones de ala fija. Fue la primera mujer que obtuvo una licencia de piloto.

María Bernaldo de Quirós

La aristócrata María Bernaldo de Quirós fue la primera mujer española que se acreditó como piloto. Consiguió la licencia en la Escuela Nacional Aeronáutica de Madrid en 1928.

Amelia Earhart, feminista y aviadora

Amelia Earhart no solo realizó hazañas como volar a 4000 metros y atravesar el Atlántico en avioneta, sino que también difundió la aviación entre las mujeres. 

Maria Josep Colomer i Luque

Piloto, profesora de aviación y republicana, Mari Pepa Colomer ayudó a trasladar heridos y vigilar el territorio contra los ataques enermigos durante la Guerra Civil.

El encuentro entre Jean Batten y Mari Pepa Colomer

La piloto neozelandesa Jean Batten se recuerda por sus vuelos intercontinentales de larga distancia. En 1936, las dos aviadoras, Jean y Mari Pepa, se conocieron en Barcelona.

Las buenas maestras

Mari Pepa Colomer fue instructura de vuelo y formó a pilotos durante la Guerra Civil, entre ellas a la alférez Dolors Vives Rodón. Aviadoras como Neta Snook (en la foto), que instruyó a Amelia Earhart, inspiraron a otras mujeres para que se pusieran a los mandos de un avión. 

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